José Manuel Bobadilla Som un animal amb un doble accés a la realitat. Un accés relatiu a les necessitats humanes dominat per les formes i un altre de no relatiu a les necessitats humanes i no condicionat per les formes. Un dels nostres principals sentits, com a animals depredadors que som, és la mirada. Mirar el món és una manera de sentir el món i, per tant, depenent de com el mirem, el nostre sentir hi estarà condicionat. Mirem el món des d'un llenguatge concret i actualment el llenguatge que dona forma a la nostra mirada és el llenguatge abstracte de les ciències i les tecnologies. La nostra manera de mirar el món està construïda des de la tècnica; una mirada que instrumentalitza l'entorn i ens impedeix tornar a les coses de manera neta, és a dir, alliberada de les formes en les formes. A les societats de coneixement, el domini de llenguatge abstracte construeix la barrera científica i tecnològica que ens diu que una flor és simplement una flor, o com a molt, ens proporciona una mirada biològica de la flor. No hi veiem el misteri dels mons perquè el nostre mirar està tancat en el prisma científic i tecnològic.
Consideraciones en torno a la Carta de la Tierra desde la epistemología axiológica (Encuentro Internacional 2012)
La Carta de la Tierra (CT) es una declaración sobre la interdependencia global y la responsabilidad universal. En ella se establecen los principios para construir un mundo pacífico, justo y sostenible. Fue presentada en París, en marzo del año 2000.[1]
Es el resultado de diez años de diálogo intercultural a nivel mundial sobre objetivos comunes y valores compartidos. Tiene su origen en el fracaso de la Convención de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Rio de Janeiro en junio de 1992 (Earth Summit), puesto que la Declaración final de dicha convención no tuvo en cuenta la visión ética inclusiva que muchas personas deseaban y esperaban de ella. Así, en 1994, Maurice Strong (como presidente del Earth Council que surgió del Earth Summit) y Mijail Gorbachov (como presidente de la Cruz Verde Internacional) lideraron la puesta en marcha de la Earth Charter Initiative (ECI).
A finales de 1996 empezó a trabajar una comisión para supervisar la redacción del borrador de la Carta. El proceso se inició en enero de 1997 y duró tres años. Participaron en él miles de personas y centenares de organizaciones a través de 45 comités. El proceso se desarrolló, mayoritariamente, a través de la red y de conferencias regionales en los cinco continentes.
Entre las más de 4.600 organizaciones que han aprobado la Carta y le dan apoyo se encuentran la UNESCO, la World Conservation Union, la World Federation of Engineering Organizations y el International Council of Local Environment Initiatives. Entre las instituciones políticas estatales se encuentran el senado de Puerto Rico y el de Australia, así como el parlamento de Portugal y el de la Federación Rusa. En la actualidad, la ECI se halla inmersa en proceso de expansión y descentralización y opera con seis grupos de trabajo en ámbitos independientes: la educación, la juventud, los medios de comunicación, los negocios, la ONU/gobernanza global y la religión/espiritualidad/ética. La Secretaría General se encuentra en Costa Rica, en la Universidad para la Paz, bajo la dirección ejecutiva de Minan Vilela.
[1] http://www.earthcharterinaction.org/content/pages/Read-the-Charter.html