Marià Corbí «No tenemos nada que hacer en esta hermosa Tierra, en este pequeño y maravilloso planeta; no tenemos otra tarea que cumplir que vivir para reconocer toda la maravilla que nos rodea. Vivimos para tener la posibilidad de reconocer. Reconocer es testificar que hemos visto y sentido lo que está frente a nosotros. Reconocer es decirle a todo que hemos advertido su presencia, que hemos visto su esplendor, su belleza, su inmensidad y que nos hemos maravillado de su existencia y la hemos amado. Ese es nuestro destino. Somos una chispa de luz que salta del fuego de la tierra, ilumina por unos instantes lo que le rodea y se apaga volviendo otra vez a la tierra. Hay chispas de luz grandes y pequeñas; brillantes e intensas o más tenues y débiles. No se nos pide que seamos lumbreras ni soles; no se nos pide que nuestra luz sea cegadora; sólo se nos pide que seamos lucidez y reconocimiento.» (p.176)
Cosmologías tradicionales africanas y dignidad de la persona humana
por Jean-Bosco Botsho
Las violaciones de los derechos humanos, en nombre de las “tradiciones”, tan frecuentes hoy en África subsahariana llevan a mucha gente a negar que las mismas tradiciones tienen una noción de la dignidad de la persona humana.
Jean Bosco Botsho ha querido mostrar en este documento que el África tradicional posee en particular teorías que garantizan la protección de los seres humanos. Basándose en vivencias y observaciones entre unos pueblos bantú de su propio país, la República Democrática del Congo, muestra cómo el universo cultural bantú es portador de un conjunto de cosmologías que profesan principios que proclaman la dignidad de la persona humana. Analiza, para ello, los ejes centrales de tres de los principios que le parecen más destacables, es decir: la supremacía de lo “invisible”, el imperativo de la unidad, y el respeto del orden.
Jean Bosco Botscho es licenciado en Relaciones internacionales y en Derecho, miembro de la Asociación Intercultura i del CEII de la Universidad Autónoma de Barcelona. Presidente de la Asociación AFRICAT, trabaja en el Centro Interreligioso del Ayuntamiento de Barcelona.