José Manuel Bobadilla Somos un animal con un doble acceso a la realidad. Un acceso relativo a las necesidades humanas dominado por las formas y otro no relativo a las necesidades humanas y liberado de las formas. Uno de nuestros principales sentidos, como animales depredadores que somos, es la mirada. Mirar el mundo es una forma de sentir el mundo y, por tanto, dependiendo de como lo miremos, nuestro sentir estará condicionado a ello. Miramos el mundo desde un lenguaje concreto y actualmente, el lenguaje que da forma a nuestra mirada, es el lenguaje abstracto de las ciencias y las tecnologías. Nuestra forma de mirar el mundo está construida desde la técnica; una mirada que instrumentaliza el entorno y nos impide volver a las cosas de una manera limpia, es decir, liberada de las formas en las formas.
En las sociedades de conocimiento, el dominio de lenguaje abstracto construye la barrera científica y tecnológica que nos dice que una flor es simplemente una flor, o como mucho, nos proporciona una mirada biológica de la flor. En ella no vemos el misterio de los mundos porque nuestro mirar está encerrado en el prisma científico y tecnológico.
La peor enfermedad, tener de piedra el corazón
Pequeña selección del poemario del cantautor, activista, profesor y poeta Rafa Sánchez: SED (San Pablo, 2018. 144 p.)
Versos que invitan a no asfixiar la vida que late en cada uno; palabras que, abriéndose camino en nosotros, nos recuerdan el verdadero sabor de la vida, la importancia de darnos tiempo, de estar plenamente. Cuando un poema nace de lo hondo es capaz de acercarnos ese sabor de luz, de paz, de confianza, de veneración por la vida… que nos permite descubrir que también hay hondura en nosotros.
(enlace a la tienda on-line de la editorial)
7
MAESTRA
Las sombras son el alma que hay en todo
y la Luz el corazón de la palabra.
El hueco en el vacío
es solo un sueño,
queriendo ser soñado
en algún cuerpo
Los nombres de las cosas no las crean,
o sí, quién sabe qué
es nada o materia.
Tú ves lo que yo veo, nos contamos,
y la vida es de la vida,
su maestra.
13
Hay silencios
que bailan,
cuando encuentran
una voz para vivir.
Quietas.
Calladas dicen la verdad más clara.
También la noche las sostuvo.
Y la lluvia. Y la escarcha.
Y el calor del sol de invierno.
Su fragancia y sus colores
no son su más preciado triunfo.
Su triunfo
fue la espera.
19
Amanece,
y la muerte de la noche
nos desvela vivos.
Tenemos todo el día
para la tarea:
descubrir quién fuimos
en la noche de los tiempos.
Abre,
escucha,
siente.
Muere cada instante,
vuelve.
Y sobre todo,
calla.
Sé.
20
LO ÚNICO
Emerge el tilo
de la niebla caída,
como las voces de los niños
una tarde en verano.
Todo es una fiesta
y no hacen falta luces.
Se las tragaría
la iridiscencia del amor que siento.
Te busca lo que buscas.
Detén tu paso enloquecido,
Déjate hallar.
Sé lo único que eres:
perplejidad sin nombre,
alma desnuda.
Amor.
Asombro.
33
La tragedia
no es desaparecer.
Es no estar en nosotros
mientras somos.
61
Indecible milagro: respirar.
No vivir en el asombro
es morir de dos en dos los días.
68
La peor enfermedad,
tener de piedra
el corazón.
72
Anhelo la gratuidad de la flor
más escondida del valle.
Silenciosa y callada,
entrega lo que emana
y colorea.
86
Estrechamos el mundo
para hacer pie,
aunque la plenitud
está en el corazón
de la intemperie.
95
Amanezco,
y el silencio
me ha robado
las palabras y las notas.
Ya pasó.
Ya soy canción.