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Los vivos y los muertos. Joan Maragall

Especial Joan Maragall (1860-1911)

(publicat al Diario de Barcelona. 1-XI-1911)

Esta Conmemoración anual de los Difuntos es como una corona lanzada en ofrenda al más allá por encima del muro de obscuridad que nos rodea y que nos va sorbiendo uno tras otro, sin que ninguno vuelva a decir lo que pasa al otro lado ni nos dé señal de ello. […] Hermanos nuestros sois los millones que lo habéis pasado: ayer erais como nosotros mismos, y sabéis nuestro afán, que era el vuestro propio. Aquí nos habéis dejado golpeando el muro y queriendo ablandarlo con nuestras lágrimas para sentir algo al través, y nada contestáis: aunque hayáis sido aquí nuestro amor más fuerte, y nosotros el vuestro, nada queréis decirnos. ¿No podéis? […] Tal vez nos llamáis a gritos y no podéis haceros oír de nosotros […]

 

 

Tal vez nuestro error está en considerar la otra vida como cosa demasiado distinta y apartada. Algo de nuestra humanidad habrá aun en ella ¿no os lo dice el corazón? Y eternidad hay en todas, y nuestra fe no es tan ciega como exasperadamente la pintamos. Momentos de eternidad sentimos ya en nosotros mismos. Ante la naturaleza, ante los grandes afectos humanos, ante Dios directamente en la oración, tenemos momentos de luz, de exaltación, de alegría, con una gran paz al mismo tiempo, en que todo lo de este mundo nos es igual; es el puro goce del ser de cualquier modo, es la vida eterna.

Pues no busquéis más: esto es lo que os espera, un poco más claro tal vez, si lo habéis merecido, al otro lado del muro, y en ello todos vuestros muertos. Y si os ejercitáis bien en esto ya del lado de acá, si tales momentos de eternidad se multiplican y dilatan tanto en vuestra vida actual que ya lo demás de ella sea lo de menos, el muro que nos rodea se irá adelgazando, adelgazando, y sutilizándose y dejándose penetrar hasta que vacile y caiga. (1-XI-1911)

Los vivos y los muertos

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