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Práctica de meditación 11

Meditación a partir de un texto de Teresa de Jesús

Entended que esto no es cosa sobrenatural, sino que podemos nosotros hacerlo, porque es encerramiento de las potencias en sí mesma.

Sólo esto es lo que querría dar a entender: que para irnos acostumbrando a con facilidad ir asegurando el entendimiento para entender , es menester recoger estos sentidos esteriores a nosotros mesmos y que les demos en qué se ocupar, pues es ansí que tenemos el cielo dentro de nosotros, pues el Señor de él lo está. Una vez gustamos que no es menester dar voces para hablarle, rezaremos con mucho más sosiego. (…) os ruego lo provéis, aunque os sea algún trabajo.

(Teresa de Jesús, Camino de perfección 50)
PRACTICA. RECOGIMIENTO CON AYUDA DE LA IMAGINACIÓN:

Para acostumbrar al entendimiento a "entender" Teresa de Jesús aconseja:

– recoger los sentidos "exteriores"
– ofreciéndoles en qué se ocupar

1. Recoger unos minutos la atención con la ayuda de la respiración. Seguir el flujo del aire, sin forzar el ritmo, calmarla.

2. Llevar las capacidades “en presencia de”… “en presencia del Maestro interior”
El "maestro interior " no es una entidad distinta de mí mismo/a, pero no es mi ego, no es mis discursos, mi monólogo, mis opiniones, mis proyectos… Callando todo eso, se hace presente la "Calidad profunda", la Certeza, el maestro interior…

El artilugio de Santa Teresa es representarse a Jesús con la imaginación y situarse ante él, como discípula suya. Ante él, recibir sus palabras. El paso siguiente es mantener la atención silenciosa fijada en esas palabras, como queriendo penetrarlas y dejarse penetrar por ellas. Palabras como, por ejemplo:

Marta, te preocupas por muchas cosas, cuando de hecho, sólo una es necesaria. (Lluc 10, 41)

Quien encuentra su vida, la perderá. Quien pierde su vida, la encuentra. (Mt.10,37)

3. Mantenerse unos minutos (15?) Al acabar (o antes, si la atención se dispersa), resumir la frase en una o dos palabras, convertirla en mantra. Por ejemplo: "sólo una", "una cosa", o "Vida". Repetir lenta y atentamente la expresión, unida a la respiración, dejándose impregnar por su significado, del mismo modo que nos impregna el aire vivificador.

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