Como se educa la gestión de las empresas en las sociedades del conocimiento occidentales. Un problema mal planteado
Los inicios de la educación en la gestión fueron prometedores, el posteriormente proclamado santo, Bernardino Albizzeschi de Siena publicó, a inicios del siglo XV el primer panfleto sobre gestión, y un poco más tarde el Franciscano Luca Pacioli en 1494 publicó el primer libro sobre contabilidad, inagurando el inicio de la educación en la gestión y dirección de organizaciones. Fue en París, en el año 1819, donde se desarrolló la primera institución dedicada específicamente a educar en la gestión, y un poco más tarde en el año 1852 en Amberes, Bélgica se constituyeron las primeras escuelas de educación superior el Institut Supérieur de Commerce de l'Etat y el Institut Supérior de Commerce Saint Ignace (Engwall & Zamagni, 1998). El impulso en establecer la gestión de empresas como estudios universitarios se realizó por un doble motivo, primero para aumentar el estatus de los comerciantes y empresarios, que eran pujantes económicamente pero no tenían relevancia social y segundo porque se reconocía que el crecimiento de las empresas y actividad comercial era tan rápido que no habían suficientes personas preparadas para dar respuesta a este crecimiento. En estos inicios los estudios eran eminentemente técnicos y aunque con status “universitario” no gozaban de prestigio académico. El desarrollo de los mercados promovió que las empresas no fueran únicamente organizadas por los propietarios o familiares, sino que una nueva clase de gestores a sueldo fue creciendo y los estudios fueron ganando en importancia y transformándose paulatinamente en más especializados en gestión.