Crisis axiológica
Nihilismo y crisis axiológica. Una mirada sobre la perspectiva del eterno retorno en Nietzsche.
En el año 1881, encontramos una gran cantidad de referencias de Nietzsche en referencia a la idea del eterno retorno, un pensamiento que marcará su obra de manera muy especial hasta el final de su producción filosófica. Quizá este sea uno de los temas más problemáticos de su pensamiento y uno de los más sujetos a equívocos al intentar comprenderlo. Incluso Nietzsche, si se atiene a la elaboración de su reflexión sobre el tema, va desarrollando poco a poco su comprensión cada vez más trabajada del pensamiento del eterno retorno. Nuestro objetivo ha sido intentar sacar del pensamiento del eterno retorno aquel contenido fundamental que con tal doctrina se quiere expresar. Fundamentalmente, en nuestro modo de comprender el asunto, lo que Nietzsche plantea con el eterno retorno no es tanto una hipótesis que pueda ser verificada en cuanto postulado científico, sino un modo de ser del mundo y, principalmente, de estar en él. El pensamiento más abismal es el de la afirmación de la vida como creación y libertad que afirma y crea en el eterno movimiento de recreación de lo mismo de la vida, desde y para la vida.
El posible quehacer universitario ante la crisis axiológica fruto del advenimiento de las sociedades de conocimiento.
Resulta importante señalar que en el presente trabajo compartimos de entrada el planteamiento propuesto por M. Corbí sobre la situación actual que vivimos como humanidad y que sirvió como título al 8º. Encuentro Internacional CETR en octubre del 2012: La crisis axiológica raíz de todas las crisis que sufre nuestro mundo. Cómo manejarnos en ella. Estamos de acuerdo en que el cambio en nuestra manera de vivir originado en la primera industrialización y que ha avanzado y sigue avanzando sin aparentemente ninguna posibilidad de vuelta atrás, afectando a todas las sociedades del planeta de una forma u otra, ha dado inicio a lo que bien se puede considerar la más grande crisis vivida por la humanidad a cuya base se encuentra, como acertadamente lo señala Corbí , una profunda crisis axiológica: “La crisis axiológica que estamos atravesando es la más grave que ha sufrido la humanidad en su larga historia. ¿En qué se fundamenta esta afirmación?
Como se educa la gestión de las empresas en las sociedades del conocimiento occidentales. Un problema mal planteado
Los inicios de la educación en la gestión fueron prometedores, el posteriormente proclamado santo, Bernardino Albizzeschi de Siena publicó, a inicios del siglo XV el primer panfleto sobre gestión, y un poco más tarde el Franciscano Luca Pacioli en 1494 publicó el primer libro sobre contabilidad, inagurando el inicio de la educación en la gestión y dirección de organizaciones. Fue en París, en el año 1819, donde se desarrolló la primera institución dedicada específicamente a educar en la gestión, y un poco más tarde en el año 1852 en Amberes, Bélgica se constituyeron las primeras escuelas de educación superior el Institut Supérieur de Commerce de l'Etat y el Institut Supérior de Commerce Saint Ignace (Engwall & Zamagni, 1998). El impulso en establecer la gestión de empresas como estudios universitarios se realizó por un doble motivo, primero para aumentar el estatus de los comerciantes y empresarios, que eran pujantes económicamente pero no tenían relevancia social y segundo porque se reconocía que el crecimiento de las empresas y actividad comercial era tan rápido que no habían suficientes personas preparadas para dar respuesta a este crecimiento. En estos inicios los estudios eran eminentemente técnicos y aunque con status “universitario” no gozaban de prestigio académico. El desarrollo de los mercados promovió que las empresas no fueran únicamente organizadas por los propietarios o familiares, sino que una nueva clase de gestores a sueldo fue creciendo y los estudios fueron ganando en importancia y transformándose paulatinamente en más especializados en gestión.
Crisis axiológica y cambio valoral en México. Perspectivas para la construcción de un sujeto social ético.
Desde este espacio se comparte la tesis de que la actual crisis axiológica y el cambio valoral de las sociedades contemporáneas representa la raíz de todas las crisis que sufre nuestro mundo. Como sabemos, detrás de toda crisis económica, política, social, ambiental, religiosa, podemos encontrar una diversidad de actos humanos que atentan contra la convivencia social guiados por el afán de poder, de dominio y de lucro que terminan por imponer las condiciones de cómo nos relacionamos tanto en el ámbito personal, social, nacional e internacional. Esos actos que causan conflicto y que son motivados por valoraciones que atentan contra el Otro (persona, comunidad, clase social, raza, credo, pueblo, cultura, nación) son el núcleo de la crisis axiológica, que si bien no es nueva porque siempre han existido relaciones de dominación, sí exige sin embargo, una profunda revisión con el propósito de contribuir en la construcción de nuevos saberes y prácticas que cambien esa antropología de poder por un proceso de humanización donde se reconozca el profundo valor de la vida como totalidad con sus intrínsecas relaciones de coexistencia[1]. Hasta el momento no hemos terminado de entender que la existencia humana depende de la relación con los demás, de la religación con el mundo, con la naturaleza y con la espiritualidad.
LA GRAN CRISIS AXIOLÓGICA QUE SE ESCONDE BAJO LA CRISIS DE LAS RELIGIONES
La crisis terminal de las religiones es mucho más que una crisis religiosa, pone de manifiesto la crisis del patrón general de construcción de proyectos axiológicos colectivos (PAC) y la necesidad de un nuevo patrón. Vamos a entrar en este tema. La crisis de las religiones, se está viviendo en muchos lugares como la liquidación de algo ya claramente obsoleto. Se piensa que la crisis de la religión no tiene por qué tener repercusiones importantes en la vida colectiva. Se cree que con las ciencias, que se extienden a todos los aspectos de la vida humana, y con una moral bien asentada y consecuente, será suficiente. El fundamento de la moral, según esta opinión, sería la razón y las virtudes acordes con la naturaleza humana. Queremos analizar si esto es así o, por el contrario, el colapso de las religiones es un problema más grave que una simple crisis religiosa para la humanidad del siglo XXI, tanto para las sociedades en tránsito a las sociedades de conocimiento, como para las sociedades de conocimiento mismas.