uestra existencia no tiene importancia ninguna. Somos insignificantes. Frágiles formas de existir que hoy son y mañana desaparecen. Nuestro nacimiento fue insignificante para la inmensidad de los mundos y nuestra muerte no significará nada para esa misma inmensidad de mundos. Somos tan sin importancia como una hierba del camp, como una espiga de trigo, como una piedrecita del camino, como la vida de un gorrión, como el existir o no existir de un pequeño insecto.
La verdad es pura cualidad
La verdad no es una formulación, porque toda formulación es una modelación de la realidad a la medida de las necesidades de un viviente.
Lo que llamamos verdad los humanos es una modelación a nuestra medida. Incluso la verdad científica, aunque no sea a la medida de nuestras necesidades inmediatamente, es una modelación a la medida de nuestras posibilidades como animales terrestres.
Cuando damos nuestras modelaciones como descripción de la realidad misma, eso es una falsedad.
Todo lo que podamos nombrar, describir, objetivar, es falso, porque lo real no es así. Lo real de lo que damos por real no es a la medida de ningún animal terrestre, y nosotros, en definitiva, somos animales terrestres.
La verdad no es ni un nombre, ni una objetivación, ni una descripción; la verdad es una pura cualidad. No es una cualidad en relación a nosotros, es una cualidad pura, una cualidad no relativa a nosotros, es una cualidad absoluta.
La DA de lo real no es nada acotable ni representable, es una pura noticia cualitativa. Es una noticia mental-sensitiva de Eso de ahí, como fuente de todo lo que damos por real, como realidad de la realidad. Es una noticia no formulable, pero una noticia real y operativa en todo nuestro vivir como animales flexibles en relación al medio.
La verdad es la noticia que tenemos anterior a toda modelación, no como anterioridad temporal, y como fundamento y base de toda modelación. La verdad es el soporte inmodelable de toda modelación. El soporte innombrable de toda modelación no puede ser más que cualitativo.
Aquí llamamos “cualidad pura” a una noticia mental-sensitiva cierta e incuestionable a nivel operativo de nuestro vivir. Esa noticia está siempre ahí a nivel inconsciente, pero no siempre a nivel consciente. Las religiones y las grandes tradiciones espirituales apuntaron a esa dimensión de nuestro existir y la subieron a nivel consciente mediante representaciones simbólicas, sea a través de imágenes o sea a través de formaciones conceptuales usadas como símbolos, sin pretensión de escribir lo indescribible.
¿Qué es una noticia puramente cualitativa?
La DA es una cualidad pura.
La cualidad pura es una noticia mental-sensitiva de un rasgo de lo que se presenta sin delimitación alguna, sin posibilidad de ponerle cualificaciones, porque eso sería ponerle fronteras; sin posibilidad de cualificarla de una forma u otra, sin ponerle fronteras también; sin posibilidad de individualizarla, por la misma razón.
Es una noticia mental-sensitiva del que es el rasgo fundamental y fundante de lo que es, que ni tan solo se puede decir que exista o no exista, porque eso sería poner fronteras entre el ser y el no ser, que son claros conceptos humanos, primariamente con proyección práctica.
La pura cualidad es una notica clara y cierta desde su condición de incalificable. Noticia que no se puede decir de qué o de quién; y es tan sin fronteras que no es noticia a alguien.
No hay ningún sujeto de esa noticia, ni hay ningún objeto.
Por todos esos rasgos tenemos que llamarle noticia pura, cualidad pura.
Hay que insistir que es noticia no sólo mental, sino también sensitiva, porque a pesar de que la sensibilidad sólo tiene que ver con lo concreto, se tiene noticia de eso indefinible, que viene en lo concreto.
Así se presenta la DA: cualidad pura en cualidades concretas. Las cualidades concretas son sólo formas de la cualidad pura; son formas de ella y guías a ella.
Quien comprende, ve las cualidades concretas de las realidades y se adentra en ellas, con toda la mente y todo el corazón. Esas cualidades concretas de las realidades se desfondan de toda realidad y en su hondura abren unas puertas que dan a la cualidad pura.
Las cualidades concretas de las cosas, cuando nos volvemos plenamente a ellas, no por interés alguno sino por ellas mismas, se transmutan de cualidades concretas a abismos concretos que arrastran a lo que es su fondo y fundamento: el gran abismo de la cualidad pura.
La cualidad pura es el gran abismo que toda cualidad concreta tiene en su seno, como el agujero negro de las galaxias.
Quien ame, no por interés propio sino porque sí, en lo que ama brillará para él la cualidad concreta de lo amado con un gran brillo porque tiene en el centro de su seno el agujero negro de la pura cualidad.
Ese abismo tragará todo su ser, de forma que el engullido ya no tiene otro ser, ni otra identidad que no sea el abismo sin fondo de la pura cualidad.
La noticia de la DA es la noticia de la cualidad pura en cada realidad, en cada cualidad concreta. Y esa noticia llega desde la misma entraña de cada cosa, porque la cualidad pura es el centro y la fuente de su ser.
A la pura cualidad le llamamos abismo, porque arrastra al corazón y a la mente a una cualidad sin fronteras, que siendo, para un viviente, una desconcertante nada, arrastra a una certeza indudable y resistente como un diamante a cualquier duda.
La cualidad pura arrastra desde el corazón de cada cualidad concreta a una cualidad que disuelve las fronteras mismas de la cualidad concreta en la que se presenta y la sumerge en la no realidad propia, en la no identidad propia, en la nada y en el nadie de la pura cualidad.
Que un humano se despierte a la DA, se identifique con ella, comporta:
-volverse con toda la mente y todo el corazón a todo lo que tenga carga axiológica, a todo lo que tenga una cualidad concreta;
-ir a esa realidad con interés por ella, sin ocuparse de sí mismo;
-dejarse arrastrar por la cualidad de eso concreto para ir a su mismo centro;
-quien se deja arrastrar o rema para alcanzar el hondo centro de todas las realidades, ese pierde su pretendido ser, su identidad y su individualidad.
Mientras es arrastrado al centro de las cosas, comprende y siente que su ser, que su cualidad, que su identidad, no es “otra” respecto a la pura cualidad. La pura cualidad sorbe todo lo que se había tenido por realidad, y todo se pierde en ese camino hasta llegarse a saber y sentir como “no otro” de esa pura cualidad y a esa pura cualidad como “no otra” de su ser.
Así, quien despierta a la DA, pareciendo que conserva sus límites en el espacio-tiempo y en el ser que le constituye como cualidad concreta, como identidad, como individualidad, lo pierde todo hasta el punto de ser no siendo nada de eso, siendo únicamente la pura cualidad misma.
Llamamos cualidades concretas a las realidades que llegan a la mente y pueden llegar al corazón porque tienen carga axiológica, valor. Cada una de esas realidades parece tener límites en el espacio-tiempo, parece tener identidad, individualidad, parece ser algo o alguien, pero a la que se supera su superficie y se intenta bajar a su hondura, se pierde todo y se transforma en un profundo abismo, que disolviendo esas categorías, las conserva en su apariencia para que se pueda jugar el juego de la vida. No siendo, son; son no siendo.
Quien reside en la cualidad pura, se aleja definitivamente del nacer y del morir, del ser y el no ser, del eternalismo y de la aniquilación.
Ese lugar, que no es un lugar, es la residencia de la paz, de la reconciliación con todo, de la aceptación, de la plenitud, de la nada, de la hondura, de la comunión con todo, del amor y del servicio a todo.