Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos. Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana. Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
ZEN – TEXTOS
TEXTOS (en color algunos comentarios)
EL SERMÓN SOBRE EL ZEN (extractos) de Tetsugen.
del primer agregado*
“ …. El Surangama Sutra declara: ‘Extraviados por su yo desde un tiempo sin comienzo, todos los seres vivos creen que ellos mismos son cosas y al perder su Espíritu infinito se transforman por lo tanto en cosas’.
…
Uno de los extravíos es el siguiente: mi cuerpo es un compuesto provisorio de cuatro elementos: la tierra, el agua, el fuego y el viento. La piel, la carne, los músculos, los huesos, etc., de mi cuerpo son tierra. Las lagrimas, la baba, la sangre, etc., son agua. Lo que es caliente es fuego. El aliento espirado e inspirado, y el movimiento son viento. Fuera de estos elementos, tierra, agua, fuego y viento, no hay nada en mi cuerpo. Si mi vida se terminase en este momento y si la tierra, el agua, el fuego y el viento que están en mi cuerpo volviesen a su origen, me transformaría en un simple esqueleto …No sabemos que el cuerpo compuesto de tierra, de agua, de fuego y de viento es un cuerpo provisorio; creemos en cambio que ese cuerpo nos pertenece, … y nos aferramos obstinadamente a él. Esto es un extravío de ignorantes.
Y ahora, los seres del Hinayana y del Mahayana, al ser más inteligentes que los ignorantes ven bien que sus cuerpos son componentes provisorios, de tierra, de agua, de fuego y de viento, mirando sus cuerpos como verdaderos esqueletos no se aferran a ellos como no se aferrarían al polvo. No conciben jamás egoísmo u orgullo a causa de sus cuerpos, ni codicia, ni cólera. A pesar de haber obtenido de esta manera Conocimiento Supremo no saben aún que sus cuerpos son el Tathâgata del Cuerpo de Esencia*.
…
El Bodhisattva ha superado el estado de los extravíos de los ignorantes y de los seres de las dos Escuelas (Mahayana y Hinayana), y sabe que su cuerpo es el Tathagata del Cuerpo de Esencia. Esto se encuentra en el Prajñaparamitahridava Sutra: ‘La materia es el vacío y el vacío es la materia’. La materia es mi cuerpo. El vacío significa el verdadero vacío. El verdadero vacío es el Cuerpo de Esencia; el Cuerpo de Esencia es el Tathagata. Dicho de otra manera, mi cuerpo es el Cuerpo de Esencia y el Cuerpo de Esencia es mi cuerpo. Los seres de las dos Escuelas no saben que la tierra, el agua, el fuego y el viento son originalmente lo Sustancial del Cuerpo de Esencia y creen que estos elementos constituyen cosas inanimadas. Cuando un Bodhisattva los mira, ve que la tierra, el agua, el fuego y el viento son en conjunto el verdadero Sustancial del Cuerpo de Esencia.
….
Si se toma conciencia de que la tierra, el agua, el fuego y el viento originalmente son el Buda, no solamente mi cuerpo es originalmente el Cuerpo de Esencia sino de igual modo el cielo, la tierra, el espacio y todo el universo son el Sustancial maravilloso del Cuerpo de Esencia.
Cuando esta Iluminación se realiza, se dice: ‘Todos los Dharma tienen el carácter verdadero’ o ‘Todas las plantas y la tierra se convierten en Buda’,…,’El universo sin límite se revela en la Iluminación’.
…
El Bodhisattva ha superado el estado de los extravíos de los ignorantes y de los seres de las dos Escuelas (Mahayana y Hinayana), y sabe que su cuerpo es el Tathagata del Cuerpo de Esencia. Esto se encuentra en el Prajñaparamitahridava Sutra: ‘La materia es el vacío y el vacío es la materia’. La materia es mi cuerpo. El vacío significa el verdadero vacío. El verdadero vacío es el Cuerpo de Esencia; el Cuerpo de Esencia es el Tathagata. Dicho de otra manera, mi cuerpo es el Cuerpo de Esencia y el Cuerpo de Esencia es mi cuerpo. Los seres de las dos Escuelas no saben que la tierra, el agua, el fuego y el viento son originalmente lo Sustancial del Cuerpo de Esencia y creen que estos elementos constituyen cosas inanimadas. Cuando un Bodhisattva los mira, ve que la tierra, el agua, el fuego y el viento son en conjunto el verdadero Sustancial del Cuerpo de Esencia.
….
Si se toma conciencia de que la tierra, el agua, el fuego y el viento originalmente son el Buda, no solamente mi cuerpo es originalmente el Cuerpo de Esencia sino de igual modo el cielo, la tierra, el espacio y todo el universo son el Sustancial maravilloso del Cuerpo de Esencia.
Cuando esta Iluminación se realiza, se dice: ‘Todos los Dharma tienen el carácter verdadero’ o ‘Todas las plantas y la tierra se convierten en Buda’,…,’El universo sin límite se revela en la Iluminación’.
…
Si obtengo esta Iluminación, veo que mi cuerpo sin dejar de ser mi cuerpo, era en el origen de lo Sustancial del Cuerpo de Esencia, que no ha tenido nacimiento. Puesto que no ha tenido nacimiento, no a conocido la muerte. Es lo que se llama “no-nacimiento y no-destrucción” o “el Buda de la vida infinita” Creer en el nacimiento y en la muerte es el sueño del extravío. Si es así para mi cuerpo, también lo es para los otros cuerpos.
del cuarto agregado
“… Si existen ilusiones en el espíritu, este último no permanece estable ni un solo instante; cambia sin cesar. Podemos compararlo con el agua que fluye continuamente y no se detiene, y con la llama que no cesa de vacilar y no se inmoviliza jamás. Observad atentamente cómo el pensamiento varía sin cesar de la mañana a la noche. Somos absolutamente inconstantes, porque cambiamos en cada instante que pasa con la rapidez del relámpago o de la chispa. Los Dharma* de engaños que son condicionados, son vicisitudes del agregado de las formaciones mentales, por eso son impermanentes e inestables; son producidos y destruidos a cada momento y no se fijan ni un solo segundo.
del quinto agregado
Cuando un hombre que ha comprendido que los placeres del mundo de los humanos y de los dioses son placeres condicionados e impermanentes y que en consecuencia son falsos placeres que pertenecen al sueño de la ignorancia y practica la meditación sedente, los tres estados de bien, de mal y de indefinido aparecen en su corazón. Los buenos pensamiento son el bien. Los malos pensamientos son el mal. Lo indefinido no es ni el bien ni el mal, sino un estado indiferente del corazón.
…
… A veces, cuando ya no tiene ni malos ni buenos pensamientos, y tampoco está en el estado indefinido, su espíritu se clarifica como un espejo pulido o como el agua límpida. Esto dura algunos instantes… Si habéis hecho una experiencia semejante debéis practicar más ardientemente la meditación sedente. Si la practicáis sin cesar y sin negligencia, vuestro espíritu que se purifica por poco tiempo al principio, queda cada vez más purificado y permanece puro durante un tercio o dos tercios del tiempo de la meditación sedente.
Sucede también que vuestro espíritu permanece puro desde el comienzo hasta el fin de la meditación (…) entonces vuestro espíritu es semejante a la vacuidad del espacio y os sentís como si el mundo del Dharma existiera en vuestro pecho, como si una frescura incomparable reinase en vosotros. Más de la mitad del camino de la meditación sedente está hecho. Esto se llama en la escuela zen: ‘Reunir todo en uno’, ‘ La situación de un sólo color’, ‘Nada en estado de gran muerte’.
(…) el novicio cree que ya ha realizado la Iluminación y que es igual a Sakyamuni y a Bodhidharma. Pero es un gran error. Es lo que el Surangama Sutra llama:’ Entrar en la calma y unificarse con ella; es estar al borde de la conciencia’(…) Pero esta gente aún no conoce la experiencia interior del Buda, de los Patriarcas del zen y no llega todavía al origen del Espíritu único. (…)Aunque sus ejercicios lo hayan hecho progresar hasta aquí porque se aproximaban a la Verdad, no sabe trascender esta conciencia; engañado por esta última, la confunde con el Espíritu infinito.(…)El Surangama Sutra declara: ‘El estado donde todas las discriminaciones desaparecen no es ni la materia ni el vacío.
(…) Un antiguo maestro explicaba el asunto así: ‘Muchos sabios terminan por ser enterrados y conservan esa serena tranquilidad (…) es porque se aferraban al estado del alma donde no se eleva ningún sentimiento de gozo, de cólera, de tristeza o de placer’.
Los Buda y los grandes maestros del zen han hablado del mismo modo al mostrar la ausencia de reflexión y de pensamiento después de haber abandonado la discriminación causada por la percepción. El estado donde ya no hay reflexión ni pensamiento, claro como un cielo sereno, es la Octava Conciencia*. A causa de esta conciencia, los seres vivos han imaginado el cielo, la tierra y el espacio, y todos los seres animados e inanimados que allí se encuentran.(…) En este sentido el Buda declara: ‘Los tres mundos son simplemente una conciencia’.
(…)
Aunque esta conciencia se parezca al verdadero Espíritu infinito, no es este Espíritu, por eso el Buda no lo explica imprudentemente a los necios.
(…)
Aunque esta conciencia sea totalmente el ‘Espíritu infinito’, no podemos llamarla ‘Espíritu infinito’ porque el sueño de la ignorancia se aferra a ella. Aunque no pueda llamarse ‘Espíritu infinito’, no es absolutamente un engaño, porque todas las ilusiones han sido ya abandonadas en esta situación.
Si el practicante ha llegado a este punto debe continuar practicando más ardientemente.(…) Sabed que este estado no es aún la verdadera Iluminación. Un maestro dijo: ‘Al llegar a la extremidad de una vara de cien pies, dad aún otro paso y manifestad vuestro cuerpo intacto al mundo entero’.
(…)Sin dejar de lado este estado, sin regocijarse en él, sin permanecer en la espera de la Iluminación, continuad practicando con todas vuestras fuerzas. Entonces de pronto, la verdadera Iluminación aparecerá e iluminará todos los Dharma como si cien soles salieran a la vez. Esto se llama ‘Convertirse en Buda al ver su propia Naturaleza’ o ‘La gran Iluminación y la gran penetración’. Entonces encontraréis a todos los Buda del pasado, del presente y del futuro al mismo tiempo y conoceréis la esencia de Sakyamuni y de Bodhidharma, encontraréis la Naturaleza propia de todos los seres vivos, penetraréis hasta el origen del cielo, de la tierra y de todas las cosas. El gran gozo de ese momento es inefable. Por eso el Surangama Sutra declara: ‘en una limpidez extrema, la luz penetra por todos lados. Una paz luminosa baña todo el espacio. Al retornar al mundo, creemos haber soñado’.
Cuando se realiza esta Iluminación en el universo no existe nada que no sea mi Espíritu infinito.
(Tetsugen. El sermón sobre el zen)
“Si tomáis un koan y lo estudiáis sin cesar, vuestros pensamientos morirán y las demandas de vuestro ego quedarán destruidas, Es como si se abriera frente a vosotros un inmenso abismo, sin ningún lugar donde apoyar las manos y los pies. Os enfrentáis a la muerte y sentís arder el corazón. Y de pronto, sois uno con el koan y os desprendéis del cuerpo y la mente… A esto se le llama penetrar en la propia naturaleza. Hay que empujar hacia delante sin descanso, y con la ayuda de esta gran concentración penetrareis seguros en la fuente infinita de vuestra propia naturaleza.” (de Hakuin en Anne Bancroft. Zen. pg.24)
“Ahora bien si me preguntáis en que consiste este espíritu de meditación, os responderé que consiste en tener en todo momento un corazón benévolo y compasivo, tanto al hablar como al menear el codo para escribir, tanto en movimiento como en reposo, tanto si se tiene buena suerte como si se la tiene mala, en el honor y en la vergüenza, en la ganancia y en la pérdida, con razón o sin ella(…) Aunar todas estas cosas en una frase y concentrar vuestra energía con la fuerza de una roca de hierro bajo el ombligo y la parte inferior del abdomen: este es el espíritu de la meditación.
Si poseéis este espíritu, entonces, por lo mismo, vuestra espada de dos filos será vuestra mesa de meditación, colocada siempre ante vosotros. Vuestra silla de montar será el cojín sobre el cual meditáis. Las colinas, los ríos y las llanuras serán el suelo de vuestra sala de meditación.. serán verdaderamente, la sustancia de vuestro auténtico ser”. (de Hakuin en Anne Bancroft. Zen. pg24)
La tradición debe conducir a la visión, no a soluciones o programas.
El mundo se revela completamente puro, desapegado, inaccesible, liberado de todo pensamiento de un ego y, por consiguiente, lugar de paz y de felicidad. (Suzuki, D.T. Essais sur le Bouddhisme zen. Troisième série. Pg.284)
Hay que recordar que lo que se enseña es la «visión» y no el «razonamiento» o la «argumentación» lógica. (Suzuki, D.T. Essais sur le Bouddhisme zen. Troisième série. Pg.266)
Aquello que afirman las Escrituras y los maestros, hay que verificarlo por sí mismo.
La religión es construida sobre el cimiento de la experiencia religiosa, sin la cual se derrumba toda su superestructura metafísica o teológica. (Suzuki. Ensayos sobre el budismo zen. Primera serie. pg.192-3.)
Lo enseñado por los maestros es una solución para los que están muertos y, desde esa creencia, un consuelo para los que todavía viven.
La verdadera religión no es para los muertos. La verdadera religión es viviente y va dirigida a los vivos. Sólo «aquí y ahora» es importante. (Deshimaru, Taisen. El canto del inmediato Satori. Pg. 164.)
La entrada al paraíso está aquí mismo, porque aquí mismo está la perla preciosa. La entrada está aquí y es sencilla, pero ¡qué sutil!
¡Qué maravilloso y sorprendente resulta esto!:
Yo saco agua, yo transporto leña. (Suzuki, D.T. Introducción al budismo zen. Pg.120.)
En cierta ocasión se le preguntó a un gran maestro:
-¿Haces tú ininterrumpidamente esfuerzos por ejercitarte en la verdad?
-Ciertamente, los hago.
-¿Cómo te conduces?
-Si tengo hambre, como; si me hallo cansado, descanso o me acuesto un rato.
-Esto hace todo el mundo. ¿Se puede decir, pues, de cualquiera que se comporta o ejercita como tú?
-No.
-¿Por qué no?
-Porque los demás, cuando comen, no comen, sino que andan dando vueltas a los más diversos asuntos, dejándose molestar por ellos; si duermen, en realidad no es dormir lo que hacen, sino soñar en un sin fin de cosas. Así pues, ellos no son como yo. (Suzuki, D.T. Introducción al budismo zen. Pg.124.)
Ver es extraordinariamente sencillo, pero ¡qué trabajoso!
Nuestra experiencia no es verdaderamente nueva más que si ponemos en ella un inmenso interés y un gran amor. Entonces hay algo nuevo cada segundo, y no una acumulación de lo viejo. (Linssen, Robert. Bouddhisme, taoisme et zen. Pg. 261.)
Eso que se conoce ya no es una representación sino una presencia.
Actualmente yo sé que sé, pero no sé lo que sé. (Humphreys, Ch. Une aproche occidentale du zen. Pg.198.)
Afirmación de Prajña-páramitá-Sutra, «no tener Dharma alguno sobre el cual discutir: esto es discutir acerca del Dharma«. (Suzuki, D.T. Ensayos sobre budismo zen. Primera serie. Pg. 308.)
Si alguna forma, aunque sea sacratísima, pretende fijar y someter, hay que destruirla prontamente y sin consideración alguna.
Rinzai: Oh vosotros seguidores de la Verdad: si deseáis obtener una compresión ortodoxa (del zen), no seáis engañados por los demás. Si encontráis cualquier obstáculo, interna o externamente, derribadlo lejos. Si encontráis al Buda, matadlo; si encontráis al Patriarca, matadlo; si encontráis al Arhat o al padre o pariente, matadlos a todos sin vacilación: pues éste es el único medio de liberación. No os enredéis con objeto alguno; estad por encima; pasad y sed libres. Como veo a los denominados seguidores de la Verdad en todo el país, no hay ninguno que venga a mí libre e independiente de los objetos. Al tratarlos, los derribo, vengan de donde vinieren. Si confían en la fuerza de sus armas, les quito la vida; si confían en su elocuencia, los hago callar; si confían en la agudeza de sus ojos, los cegaré. Hasta ahora no hay nadie que se haya presentado ante mí totalmente sólo, totalmente libre, totalmente único. Todos están invariablemente atrapados por las vanas tretas de los viejos maestros. En realidad, nada tengo para daros; todo cuanto puedo hacer es curaros de las enfermedades y libraros de la esclavitud. (Suzuki, D.T. Ensayos sobre budismo zen. Primera serie. Pg. 380.)
La visión es de «nada que ver» por que El es todo.
Hay visión, pero nada que sea visto. (Suzuki, D.T. Le non-mental selon la pesée zen. Pg.111.)
Todo dice una sola cosa: Eso.
La murmurante corriente de la montaña es la ancha y larga lengua de Buda;
la montaña misma, en sus siempre cambiantes matices, ¿no es su Cuerpo Puro?
durante la noche fueron recitados ochenta y cuatro mil gathas,
¿pero cómo puedo algún día mostrarlos ante los demás? (Suzuki, D.T. Ensayos sobre el budismo zen. Segunda serie. Pg.204)
No hay que ir ni a lo alto ni lejos. La misma vida cotidiana es el tesoro escondido.
..si considerais al Buda como una forma que sería pura, brillante y libre, y los seres sensibles como una forma que sería manchada, oscura, entenebrecida, sujeta al nacimiento y a la muerte, no podréis, mientras mantengáis esta opinión alcanzar la iluminación incluso después de tantos kalpas como granos de arena hay en el Ganges, porque os ligáis a la forma. Es preciso que sepáis que hay sólo un único Mental; fuera de él no hay ni un átomo de lo que sea que podáis reivindicar como vuestro. (Suzuki, D.T. Le non-mental selon la pensée zen. Pg. 186.)
La salvación debe buscarse en lo finito mismo; no hay nada infinito aparte de las cosas finitas; si buscas algo trascendental, eso te segregará de este mundo de relatividad, que es lo mismo que aniquilarse. No quieras la salvación a costa de tu propia existencia. Si es así, bebe y come, y halla tu modalidad de libertad con este beber y comer. (Suzuki.D.T. Ensayos sobre budismo zen. Primera serie. Pg. 25.)
«Oh monjes, estáis aquí reunidos, consumiendo tantas legumbres cada día. Pero si las llamáis mero manojo de legumbres, vais al infierno tan directamente como vuela una flecha.» (Suzuki, D.T. Ensayos sobre budismo zen. Segunda serie. Pg. 211.)
¿Llegó? ¿Llegó?
Voy a la orilla a encontrarme con él.
Mas en la orilla no hay nada salvo brisa
que canta entre los pinos. (Suzuki, D.T. Essais sur le bouddhisme zen. Troisième série. Pg.113.)
El silencio es el conocimiento de la Unidad.
Por favor, pensad desde el fondo del no-pensamiento. No penséis desde el fondo del pensamiento. (Maestro Dogen. En: Deshimaru, T.La práctica de la concetración. Pg. 11.)
El conocimiento silencioso está más allá de toda formulación.¡Error! Marcador no definido.
El maestro Chiao dijo: «La afirmación no está en vigencia, tampoco la negación, ni la afirmación-negación. ¿Qué dices? (Suzuki, D.T. Ensayos sobre budismo zen. Segunda serie. Pg.210.)
Hay que recordar que lo que se enseña es la «visión» y no el «razonamiento» o la «argumentación» lógica.( Suzuki, D.T.: Essais sur le bouddhisme zen. Troisième série. Pg.438.)
Cuando el conocimiento se aproxima, nada queda en pie.
Estudiar el budismo es estudiarse a sí mismo.
Estudiarse a sí mismo es olvidarse de sí mismo.
Olvidarse a sí mismo es ser iluminado por todas las cosas.
Ser iluminado por todas las cosas es desprenderse del propio
cuerpo-mente, y del cuerpo-mente de los demás. ( Dogen: Shobogenzo Zuimonki. Pg.23.)
Para avanzar por el camino no hay que atarse a ningún prejuicio pero tampoco a ningún logro.
Si, en lo más profundo de vuestro corazón pensáis que lo que habéis logrado durante tantos años de estudio y esfuerzo no puede ser abandonado fácilmente, este pensamiento es, en él mismo, una atadura al mundo de las pasiones. Reflexionad sobre ello cuidadosamente. (Dogen Shobogenzo Zuimonki. Pg.56.)
Lo más importante para vosotros, estudiantes del Dharma, es que debéis desprenderos de vuestros puntos de vista personales. Esto significa abandonar vuestro cuerpo y vuestra mente, vuestro ego. (Dogen. Shobogenzo Zuimonki. Pg.96.)
La razón por la cual aquéllos que estudian y practican el Dharma no consiguen alcanzar el Despertar es que siguen apegados a sus propios puntos de vista personales. (Dogen Shobogenzo Zuimonki. Pg.100.)
Si deseas aprender el Dharma del Buda, no te aferres a la mente del pasado, del presente y del futuro. ( Dogen. Shobogenzo Zuimonki. Pg.126.)
Un día, Dogen dio esta enseñanza:
Hay un proverbio referente a la vía del emperador: «Si el corazón no está vacío, es imposible aceptar el consejo de los ministros». Esto quiere decir que si el emperador no está libre de prejuicios, no podrá aceptar el consejo de sus ministros y las cosas no podrán llevarse a cabo tal y como deben hacerse.
La actitud de los monjes Zen debe ser la misma cuando practican el Dharma. Las palabras de vuestros maestros no podrán entrar en vuestros oídos si persistís en vuestras concepciones personales, por mínimo que lo hagáis. Si no podéis escuchar las palabras de vuestro maestro, no podréis comprender el Dharma.
Debéis olvidar todos los puntos de vista falsos sobre el Dharma, así como todos los asuntos mundanos, el hambre, el frío. Solamente cuando escuchéis así, con el cuerpo y la mente purificados, podréis oír íntimamente a vuestro maestro y comprender sus enseñanzas. Escuchando así seréis capaces de iluminar la verdad y de responder a vuestras preguntas.
El verdadero mérito en la Vía es dejar a un lado el cuerpo y la mente y seguir la dirección de vuestro maestro. Si mantenéis esta actitud os convertiréis en verdaderas personas de la Vía. Este es el secreto esencial. (Dogen. Shobogenzo Zuimonki. Pg.151-2.)
La verdadera manera de comprender las enseñanzas del Dharma es reformando gradualmente lo que ya sabéis y pensáis, siguiendo siempre las instrucciones de vuestro maestro.
Si hasta ahora habéis pensado que los Budas poseen características excelentes, como por ejemplo Sakyamuni, Amitaba u otros, si creíais que los Budas tienen un halo de luz alrededor y la virtud de predicar maravillosamente el Dharma beneficiando a todos los seres, y un día, vuestro maestro os dice que un sapo o un gusano es Buda, debéis desechar inmediatamente vuestras ideas primitivas. Esto no significa que debáis buscar características excelentes en un sapo o en un gusano, tales como un halo de luz a su alrededor. Si lo hacéis así aún no habéis corregido vuestra mente discriminativa. Debéis comprender tan sólo que lo que estáis viendo ahora mismo es Buda. Si rectificáis continuamente vuestra mente discriminativa y vuestro apego fundamental, siguiendo las instrucciones de vuestro maestro, llegaréis a ser naturalmente uno con la vía. (Dogen Shobogenzo Zuimonki. Pg.38.)
Hay que llegar a la inmediatez completa.
«No te apegues a los fenómenos.
No te estanques en el Vacío.»
Debemos estudiar esto profundamente y comprenderlo con claridad. Percibir la luminosidad de los colores, de las formas, de los sonidos, etc., sin añadir discriminación alguna, constituye la sabiduría de Buda. ( Menzan Zuihô. Jijuyu Zanmai. Pg.26.)
Los maestros no poseían nada.
¡Cómo recuerdo a los antiguos maestros cuya morada no era mejor que la sombra de un árbol! (Suzuki, D.T. Ensayos sobre budismo zen. Primera serie. Pg.383.)
El comportamiento justo no es un sometimiento a preceptos.
Los preceptos no deben ser ni una moral ni un ascetismo. (T. Deshimaru. El canto del inmediato Satori. Pg. 145.)
Atarse al pie de la letra a los preceptos es egoísmo o miedo. (T. Deshimaru. El canto del inmediato Satori. Pg. 146.)
El amor es el único fundamento de la acción justa.
Lo más importante es el amor. ( Humphreys, Ch. Une aproche occidentale du zen. Pg. 168.)
En un sutra está escrito: todos los seres sensibles son mis hijos. Todas las personas mayores son mi padre y mi madre. Todos los hombres y mujeres de mi edad son mis hermanos y mis hermanas. Todos los niños son mis hijos y mis hijas. (Deshimaru, T. La práctica de la concentración. Pg. 136.)
Me gustaría vivir solo en una ermita pequeña con el techo de paja, construida a la sombra del bosque de pinos. Viviendo en esta cabaña, si un niño cayera enfermo en el este, iría a curarlo. Si una madre estuviera fatigada en el oeste, iría a ayudarle y a darle masajes en los hombros. Si hubiera un moribundo en el sur, iría a decirle que no se preocupara, que no tuviera miedo de la muerte. Pero si muriese, lloraría con una profunda compasión por él y por su familia. Si en el norte hubiera una querella, iría a detenerla y diría: No pelearse. Combatir no sirve de nada. Aunque algunos me criticasen y me tratasen de estúpido, no me entristecería. Aunque otros me admirasen como a una buena persona, no me alegraría. Espero ser así algún día. (Deshimaru, T. La práctica de la concentración. Pg. 247.)
La libertad está por todos los sitios: kanjizai. ( Deshimaru, T. El canto del inmediato Satori. Pg. 226.)
La Verdad no admite etiquetas.
La verdadera religión no se encierra en una religión, en una secta, en un
sistema. ( Deshimaru, T. El canto del inmediato Satori. Pg. 182.)
La verdadera religión difiere para cada persona, de la misma manera que difieren las caras, las personalidades; cada uno comprende de manera diferente la misma verdad. (Deshimaru, T. El canto del inmediato Satori. Pg. 183.)