Las generaciones menores de 45 se encuentran en un descampado tal, que no hay nada que llevarse a la boca, por eso el ofrecimiento que se les haga tendría que ser una noticia primera, sin ningún tipo de supuestos ni de creencias, porque en las nuevas sociedades de movimiento constante es imposible creer. Habría que ofrecerles una noticia que sea un dato verificable con una verificación axiológica, no científica. Una noticia en la que no resuene nada religioso ni antirreligioso. ¿Cuál sería ese dato limpio y verificable?
Lectura simbólica de los textos sagrados
El cómo poder avanzar en esa lectura simbólica ha sido el tema de esta edición.
El cambio de las bases materiales de la sociedad está forzando a la humanidad a abandonar la forma «religiosa» que su espiritualidad había adoptado desde los tiempos del neolítico. En la nueva situación se está creando una nueva forma de espiritualidad, que acepta las tradiciones en su verdadero estatuto simbólico (no descriptivo, ni definidor de verdades o doctrinas).
Una lectura simbólica y sin creencias de las tradiciones religiosas occidentales, las hace adecuadas a las nuevas condiciones culturales y las aproxima a las grandes tradiciones orientales que también son sin creencias.
Una lectura puramente simbólica de textos sagrados y tradiciones, y no como sistemas de creencias, elimina los obstáculos que separan a judíos, cristianos y musulmanes. “Hijo de Dios” es un símbolo de origen helénico, a su vez igualmente “Pueblo Elegido” y el “Último de los p rofetas” son también símbolos de las culturas semíticas.