Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos. Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana. Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
11. LA VIDA ES COMO UN SUEÑO: LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD
Muy a menudo la sabiduría de las tradiciones espirituales sostiene que la realidad es inconsistente, un simulacro, que es como un espejismo. Siguiendo algunos textos indagaremos paso a paso estas afirmaciones sin apoyarnos en supuestos ni creencias, intentando llegar al fondo mediante un trabajo de razonamiento.
Nos proponemos llegar a comprender lo más hondamente posible que nuestro mundo y nosotros mismos somos una construcción. Una construcción necesaria pero sin mayor consistencia que la que nosotros mismos le damos. Nuestro mundo no es más real que el de un escarabajo o un pájaro: cada viviente construye un mundo correlato a sus necesidades, y estos mundos están sólo en su mente.
Como también proponen las tradiciones de sabiduría indagaremos: ¿qué es lo que se presenta detrás de la completa inconsistencia? Es su misma inconsistencia la que nos dirá lo que deba decirnos.
Trabajaremos con textos vedantes como Ashtavakra Gita, y autores como Gaudapada, Sánkara y otros budistas cuya perspectiva queda recogida en esta síntesis de Mariano Corbí:
No soy mi individualidad.
Aquí no hay un mundo, ni yo he venido a este mundo.
Mi realidad no está en esta individualidad, eso sólo es lo que parece y el error de lo que vivo.
Mi realidad verdadera son mis raíces que se pierden en el origen de la vida y del cosmos en un misterio indescifrable para nuestra capacidad de concebir.
La imagen «mis raíces» todavía da demasiada importancia a mi individualidad. Otras imágenes sean quizás más conecta que la de «raíces».
Soy una floración de la fuerza de la vida.
Soy la presencia momentánea del poder creativo de la vida.
Soy un fuego leve de la inmensidad de la hoguera del cosmos.
Son una exhibición de la inconcebible complejidad de las tramas de la vida.
Soy un juego frágil de la complejidad y delicadeza del saber de la vida.
Soy la manifestación clara, aunque brevísima, de la inteligencia del misterio de lo que existe.
Soy la proclamación explícita de que el misterio del cosmos no es inerte como una roca que rueda por los infinitos espacios o como la tierra que pisan nuestros pies.
Soy la evidencia clara de que el misterio del cosmos es capaz de sentir y comprender como mi carne.
Soy un discurso del cosmos que explica que lo que hay no es sólo luz que brota de la combustión de los inmensos hornos estelares sino que también es la luz de los ojos y de la
mente.
Soy la presencia inmediata y clara del poder, de la infinita capacidad creadora, de la inteligencia inagotable, de la complejidad sin fin del misterio de lo que hay.
Pensar que soy una realidad autónoma, una individualidad diferente de todo eso es un error que sólo me causará temor, dolor y preocupación.
No soy mi cuerpo.
No soy un pobre cuerpo caído en esta inmensidad, soy sólo un tránsito de esa inmensidad, una manifestación breve de ella.
No soy un cuerpo frágil que hoy todavía es pero que mañana ya no, soy el poder que recorre todas las edades y todas las dimensiones.
No soy esta carne que está envejeciendo, soy el rostro mismo con el que el Único se muestra, se acerca y mira.
Mi verdadero ser no es este cuerpo quebradizo, mi verdadero ser el ser del Único. Todo lo que hay en mí es su ser y sólo su ser, aunque yo no sea el suyo.
No soy esta individualidad física, soy la sabiduría que la formó, la sostiene, la rige y la dirige.
Mi cuerpo físico es un rizo de la corriente de ser que viene desde los inicios del cosmos; es una pequeña onda del río de la vida que recorre la tierra desde hace miles de millones de años.
Mis manos y mis pies, mis entrañas, mi cerebro y mis ojos, todo son manifestaciones de la inteligencia que recorre de punta a punta mi cuerpo. Eso que me recorre, ni nace en mí ni
muere en mi, ni se identifica con los rasgos de mi rostro ni con el color de mi piel.
La profunda y poderosa corriente que me recorre es la raíz de mi ser y es mi verdadero ser. La carne que nació y que envejece son sólo las hojas de la raíz. Aunque las hojas caigan, la raíz estaba antes de que las hojas brotaran y permanecerá cundo estén marchitas en el suelo.
5, 19 y 26 de abril
3 martes, de 19:00 a 20:30 h. Presencial y online
Aportación: 45 €
Inscripción para hacer el curs on-line:
Puede inscribirse en este curso enviándonos un mensaje a jm.bobadilla@cetr.net
Cuando nos envíe el correo, por favor, recuerde indicar su nombre y el título del curso o nº del curso que encontrarás en el programa.
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Banco Sabadell: ES79 0081 5119 6800 0108 8609
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