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Arcadi, un cultivador de la Cualidad Humana

Ha muerto Arcadi Oliveres. Hace unos años aceptó formar parte del Consejo Asesor de CETR. Junto con otras personas significadas estaba sinceramente interesado, sabía escuchar, y hacía aportaciones en la investigación sobre la sociedad de conocimiento y sus cambios continuos y sobre cómo afectaba esto a la construcción de valores que pueden ayudar a la cohesión y motivación de las personas y de los colectivos. Admiraba el papel fundamental que el cultivo de la cualidad humana profunda debe jugar en la orientación de la sociedad de conocimiento no hacia el capitalismo sino hacia una supervivencia de la especie que garantice el cuidado y la plenitud de los humanos.

Estamos agradecidos por toda su trayectoria vital y por haber podido disfrutar de su ayuda y fraternidad. Poco puede añadirse a la avalancha de verdad y de bondad que él desplegó y que su biografía transparenta y que, sobre todo desde ayer -y en las últimas semanas-, se ha expresado a través de los medios y de las redes sociales. La cualidad humana profunda es la sabiduría y Arcadi era un sabio, más grande y auténtico si cabe por su actitud sincera de buscador humilde. Siempre estaba dispuesto a aprender. A menudo decía en las reuniones que él no podía aportar mucho a una investigación que, liderada por el antropólogo y epistemólogo Marià Corbí, hacía años que el Centro estaba llevando a cabo desde el estudio de la cualidad humana profunda o espiritualidad en las diversas culturas y tradiciones religiosas y espirituales. Pero su aportación fue grande; además de su permanente  testimonio de acogida y escucha, aportaba su experiencia, su lucha, su esperanza y su amor profundo y radical por la cualidad humana. Gracias Arcadi.

Desde CETR, además de nuestro agradecimiento, queremos expresar nuestra admiración por su persona y obra, por su coraje y valentía, por su compromiso con la justicia y la paz, con nuestro país y con la humanidad fraterna y libre, pero sobre todo porque todo esto salía con total espontaneidad y sencillez, brotando de su cultivo de la cualidad humana profunda. Contemplando ahora su vida y su compromiso con tantas causas, le vemos como formando parte de aquella casta de seres humanos que han sabido llevar a la acción -a menudo revolucionaria- el inmenso legado de conocimiento y amor de tantos maestros de sabiduría. Ante la muerte de personas como Arcadi resuenan las palabras de Lord Mountbatten justo después del asesinato de Gandhi: «Mahatma Gandhi ocupará en la historia el mismo lugar que Buda y Jesús» (Dominique Lapierre y Larry Collins, Esta noche la libertad, Plaza-Janés, 1976, p. 431). Arcadi, que siempre admiró a esos maestros, es una muestra evidente que no es una quimera ser un sabio hoy si se aprende a serlo humildemente a la sombra de tales guías.

Tu vida y tu recuerdo, Arcadi, reafirma CETR en su compromiso de estudio y cultivo de la cualidad humana profunda en nuestra sociedad. Como dicen los sabios, no hay muerte. Tu presencia será otra pero, mientras haya cultivo de la cualidad humana, no desaparecerá.

CETR

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Estos días se han sucedido las publicaciones y recopilaciones de escritos de/sobre Arcadi. El Crític, por ejemplo, ofrece una selección muy cuidada:
https://www.elcritic.cat/perfils/por-que-es-importante-que-sepas-quien-era-arcadi-oliveres-85865

 

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