El cuidador de rebaños
No creo en Dios porque nunca lo he visto. Si el quisiera que yo creyera en él, seguro que vendría a hablar conmigo y entraría por mi puerta diciéndome: ¡Aquí estoy! Pero si Dios es las flores y los árboles…
No creo en Dios porque nunca lo he visto. Si el quisiera que yo creyera en él, seguro que vendría a hablar conmigo y entraría por mi puerta diciéndome: ¡Aquí estoy! Pero si Dios es las flores y los árboles…
Oh amigo, espérale mientras vives, conócele y compréndele, es en esta vida donde mora la liberación. Si no es entonces cuando quebrantes tus vínculos, ¿cómo esperas lograrlo en la muerte? Si ahora lo hallaste, lo habrás hallado también después, conseguida…
Antes de hablar de la música y la cualidad profunda humana, la “espiritualidad” de nuestros antepasados, empezaré hablando de la belleza. La verdad espiritual no es ninguna formulación, es la verdad del no-dos, por tanto más allá…
Las ACTIVIDADES del mes de octubre: lecturas comentadas, cursos, prácticas de silencio... y, también, inicio del ciclo de cine Lecturas comentadas BODHIDHARMA A cargo de Marià Corbí Del 5 de octubre de 2010 al 31 de mayo de 2011, el…
Con motivo del extenso debate vivido sobre el velo integral, la Xarxa Catalana d'Entitats de Diàleg Interreligiós ha redactado un Manifiesto recogiendo una serie de reflexiones (ver el Manifiesto)
No pensar nunca en la muerte y dejar irse las tardes mirando como atardece. Ver toda la mar de frente y no estar triste por nada mientras el sol se arrepiente. Y morirme de repente el día menos pensao ése…
"El camino interior es una indagación. Un rastreo de los senderos del silencio. Y las vías del silencio, el itinerario a la unidad. Ese es el destino, la travesía humana. El resto,sólo una sombra". El texto: un conjunto de huellas escritas de la búsqueda de ese itinerario, recorrido desde las nuevas condiciones culturales de Occidente.
Una bella publicación que reúne breves meditaciones de Marià Corbí e ilustraciones del artista Pere Rius. Unas páginas que nos muestran al Corbí más íntimo, más personal, en su esfuerzo por “cruzar los umbrales y entrar en la intemperie que provocan la atención y el silencio”; allá dónde “la verdad es inhóspita pero profundamente hospitalaria; despiadada como la inmensidad pero acogedora como una amante; vacía como un abismo pero haciéndose sentir con una presencia plena y cálida”