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El pluralismo religioso. Entrevista a Paul Knitter

Esta entrevista se llevó a cabo en el marco del Parlamento de las Religiones del Mundo, en Barcelona entre los días 7 y 13 de julio de 2004.
 

H: Empecemos con tu auto-presentación

P: Estoy ahora como profesor de la Universidad Javeriana, Javier University, en Cincinnati, que es una Universidad jesuita. Hace treinta años estoy ahí ofreciendo cursos en teología, pero sobre todo, cursos en teología interreligiosa, diálogo interreligioso, cursos en diálogo con el Budismo, diálogo con el Islam, en este campo.
Mi interés en esta materia empezó efectivamente hace muchos años cuando tenía trece, catorce años, cuando me decidí de entrar al seminario menor de los padres Verbitas. Entonces quería ser misionero y convertir todas estas religiones. Pero lo que mejor fue que yo aprendí de otras religiones. Y no solamente de aprender con libros, sobre todo hice amigos budistas y musulmanes. Me di cuenta que probablemente esas religiones tenían mucho para que yo aprendiera.
He tenido la oportunidad, el privilegio, de hacer mis estudios teológicos en el Gregorianum, en Roma, pero empecé mis cursos teológicos en octubre de 1962, dos semanas antes del inicio del Concilio Vaticano II. Esta experiencia de estar en Roma, de conocer obispos verbitas que asistían al concilio, y sobre todo, ver como la Iglesia Católica había cambiado sus ideas con respecto a otras religiones, haciendo la declaración de la actitud de la Iglesia hacia otras religiones, era algo revolucionario en la concepción de la Iglesia. Eso me alentó de continuar mis estudios. Yo he podido estudiar teología de las religiones, primero con Karl Rahner, después con un teólogo protestante alemán. Durante todo este período he podido ver las grandes posibilidades para la Iglesia de renovarse, de encontrar posibilidades de desarrollar una teología cristiana más adecuada a través de un diálogo con otras religiones.

H: Podemos hablar de un “pluralismo formal” que reconoce que todas las religiones tienen un lugar pero donde la mía es la más importante, o la mía es el camino de salvación, que se conoce como postura inclusivista, y un “pluralismo radical”, que asume que hay distintos caminos de salvación. La pregunta es: ¿qué lugar tiene la predicación del evangelio en un pluralismo radical?

P: Primero, no quiero cambiar el tema, pero tenemos que decir, tengo que decir porque quiero ser un teólogo católico que la posición oficial de la Iglesia Católica sería este pluralismo formal, en el lenguaje teológico esta posición puede ser denominado el inclusivismo. Pero para muchos cristianos, muchos católicos, hay muchas dificultades con esta posición. Hay una cierta tensión por lo menos, sino contradicción, entre lo que dice el Concilio Vaticano II, y también lo que dice el Papa Juan Pablo II, cuando nos dice recientemente, que como cristianos, como católicos, tenemos que dialogar con personas de otras religiones. Es casi un compromiso, una obligación como cristianos de dialogar con otros. Sobre todo en la declaración del Concilio para el diálogo con otras religiones, también el Papa en su encíclica “Redentoris Missio”, dice que un diálogo es un proceso en el cual ambas partes tienen que ser verdaderamente abiertos y dispuestos a aprender cosas nuevas. Incluso dice el documento, en un diálogo auténtico todos los participantes tienen que estar abiertos a la posibilidad de cambiar sus ideas.

H: … ¿inclusive la Iglesia Católica?

P: dice, “incluido la posibilidad de cambiar la comunidad religiosa”. La obligación de dialogar sería una cosa.
Lo otro es la tensión que existe en cómo podemos compaginar esta obligación de dialogar con nuestra teología, que dice, que nosotros cristianos, en Jesucristo, tenemos la revelación divina absoluta, final, insuperable, y que en el lenguaje viejo, soy un católico viejo, que la Iglesia en la revelación de Cristo tiene la “norma normas no normata”, que norma todas las otras normas y que no puede ser normada por otras.
¿Cómo puedo abrirme, ser verdaderamente abierto, listo a aprender algo nuevo si yo tengo la última palabra, si yo tengo la verdad última, final, definitiva, normativa para todos?
Como teólogo católico veo una clara tensión entre la práctica, la praxis del diálogo, y la teoría, teología de las religiones.
Ahora, nosotros teólogos cristianos o católicos, que no son tantos católicos naturalmente, estamos tratando con humildad, espero, con cuidado de investigar, de explorar como podemos predicar a Cristo a todo el mundo pero también estar abiertos a aprender lo que Dios quizás quiere revelarnos a través de otras religiones.
Es una “Questio Disputata”, es una tarea, un desafío para la Iglesia para los teólogos. Estamos en el proceso, no sabemos exactamente como podemos buscar la vía correcta. Pero hay una tensión entre el Vaticano, “Dominus Iesus”, y muchos teólogos católicos, pero no tantos teólogos, entre Dominus Iesus del Cardenal Ratzinger y una gran parte de los fieles católicos.

H: Algunos sostienen que “Dominus Iesus” fue escrita como respuesta a las posturas de Asia.

P: Si, pienso que esto es correcto, porque sobre todo en Asia, donde los cristianos siendo una minoría tienen que aprender a vivir como una minoría, no es tanto que ellos tienen que vivir con otras religiones, pero el hecho que han vivido, ya hace muchos siglos, con otras religiones en comunidades de respeto mutuo, eso, los teólogos pero no solo los teólogos, sino también los obispos, saben, dicen claramente como han dicho en el Sínodo Asiático que con la cristología que nosotros tenemos en occidente, cristología Europea, que es la misma de los Estados Unidos, los asiáticos no pueden predicar el evangelio en Asia. Tenemos que reformar renovar nuestra cristología, nuestra comprensión, nuestro entendimiento de la unicidad de Cristo. Es una tarea difícil pero esencial al bienestar de la Iglesia, al éxito de la Iglesia en la predicación del evangelio.

H: ¿Cuál crees que es la relación entre diálogo interreligioso y Teología de la Liberación?

P: Me parece que es una relación esencial de parte de ambas partes. Quiero decir que la Teología de la Liberación necesita un diálogo con otras religiones, y el diálogo de las religiones necesita el influjo de la Teología de la Liberación. Porque la liberación, quiero decir, el compromiso a remover, a quitar una parte del sufrimiento universal causado por la injusticia es una tarea, un compromiso que una religión sola, que una nación sola, no puede cumplir. Tenemos que cooperar, trabajar juntos. Juntos quiere decir naciones a nivel internacional, juntos quiere decir, religiones a nivel interreligioso. Pero el diálogo interreligioso necesita también el desafío o el estimulo de la teología de la liberación. Porque el diálogo interreligioso puede ponerse, como efectivamente se puso, como un acontecimiento, un proceso muy cómodo… “tenemos muchos encuentros, hablamos de Dios, hablamos de la armonía, todo está bien…”. Normalmente las personas que son parte de estos diálogos son los líderes, son los académicos, que tienen bastante dinero para poder participar y se olvidan de la realidad, de la injusticia, de la pobreza. Algunos dicen que el diálogo interreligioso puede terminar como un “encuentro para tomar te”, de hablar, que sería solamente una distracción de la realidad del sufrimiento pero una cooptación del diálogo de parte de los ricos. Y por eso es muy importante de tener un diálogo entre liberación y las religiones.

H: ¿Cómo se habla de Teología del sufrimiento en Estados Unidos? ¿Qué lugar tienen la Teología de la Liberación en Estados Unidos?

P: Es una pregunta muy difícil pero muy importante. Es difícil. No porque no tengamos pobres en los Estados Unidos, tenemos mucho pobres. Por ejemplo, cuarenta y cinco millones de americanos no tienen seguridad social, quiere decir que no pueden ir al médico cuando tienen dificultades de salud, eso es una realidad. Pero la mayor parte de los americanos, como puedo decir, son cómodos porque tienen como los Romanos antiguos, “Panis et Circus”, Pan y circo, tienen que comer,…

H: … tienen Mc Donals y Basketball, NBA, …

P: Exacto,… pueden mirar Football con una cerveza en la mano y se olvidan del mundo. Pero hoy en día la situación es todavía peor porque hoy no es solamente “Panis et Circus” sino también el terrorismo, quiero decir, el miedo. Los americanos tienen tanto miedo de ser atacados por los terroristas que no piensan en otros problemas, no piensan en otras realidades. La pregunta esencial sería: ¿por qué tienen miedo? Eso es el resultado de la política explícita del gobierno de George W. Bush. Tratan de mantener, de causar, mantener, estimular el miedo para poder distraer a los americanos de otras cosas importantes.

H: La situación de pobreza en el Tercer Mundo empezó a cambiar cuando se empezó a preguntar cual eran las causas de esa pobreza. El pueblo Norteamericano se pregunta ¿cuál es la causa del miedo?

P: Por lo general la mayoría de los americanos no pueden ver la conexión entre el terrorismo y la pobreza. No quiero hablar demasiado simplistamente, porque hay muchas causas del terrorismo, pero una causa principal, muchos piensan así, es la desigualdad entre una parte del mundo, quizás, 20 % de la población mundial que tiene el 80 % de la riqueza de la tierra y la mayoría de la gente que no pueden dar de comer a sus niños. Pero nuestro gobierno no quiere hablar de esto. Nuestro presidente formulo la pregunta dos semanas después del 11 de septiembre: “¿Por qué nos odian?”. E inmediatamente el mismo contestó a esta pregunta diciendo: “Nos odian porque odian nuestra libertad, porque odian nuestro sistema democrático”. Eso es una contestación totalmente equivocada, o por lo menos, incompleta.

H: ¿Cómo es la relación entre la Iglesia Católica y los pueblos originarios de Norteamérica?

P: Son llamados los “Natives Americans”, Nativos Americanos, los americanos verdaderos. Pero en este campo solamente hace diez años, quizás quince años, que teólogos cristianos, católicos y protestantes, han empezado a desarrollar o a abrirse a otros cristianos indígenas y también representantes de las religiones indígenas de los Estados Unidos. Hemos empezado a explorar las posibilidades de dialogar entre la Iglesia Norteamericana-Europea blanca y la Iglesia y también las culturas Indígenas. Pero las culturas indígenas quieren tener mucho cuidado en este diálogo porque tienen miedo de ser otra vez explotadas… “Ahora los blancos vienen y quieren utilizar nuestra religión para su ventaja”.

H: Sobre todo porque la religión de los pueblos nativos está vinculado a lo medicinal…

P: El punto para un diálogo entre las culturas y religiones indígenas y la teología cristiana corriente es la ecología, el medio ambiente. Las religiones indígenas mantienen, y tienen razón, que ellos tienen mucho que enseñar a la teología cristiana tradicional de los Estados Unidos. La teología actual tiene mucho que aprender con respecto al medio ambiente de las religiones indígenas.

H: ¿Cómo debería ser el papel de un agente pastoral católico en estas comunidades, para qué tendría que estar allí?

P: Sería la cuestión general de cómo podemos encarnar el evangelio en otra cultura. Porque hasta ahora la cultura indígena de los Estados Unidos, de los nativos Americanos, estuvo oprimida. Sobre todo en los últimos años, las iglesias no conservadoras evangélicas, la Iglesia Católica, Presbiteriana, Metodista, reconocieron que han impuesto una cultura europea en los pueblos indígenas.
Por lo menos deberían tratar las Iglesias de abrirse a permitir, porque ellos tienen el poder, para un desarrollo de una nueva teología verdaderamente indígena.

H: ¿Cuáles son las convicciones de fe de Paul Knitter? Un pequeño credo suyo.

P: Yo trato de ser un discípulo de Jesucristo. Pero el Jesús que conozco y que he podido conocer a través de mi práctica cristiana católica, es un Jesús que es un camino abierto a otros caminos. No puedo seguir a Jesús sin abrirme a otras religiones. Lo que aprendí de otras religiones, sobre todo del Budismo, me ayudó tremendamente a entender mejor que quiere decir ser discípulo de Cristo. Yo quiero escribir un libro que quizás pueda ser un pequeño testimonio que tendría el título: “Sin Buda yo no puedo ser cristiano”. Esta es mi experiencia de la importancia del budismo en mi vida cristiana.

H: ¿Cuál es tu opinión del Parlamento de las Religiones de Barcelona?

P: Puedo decir que este Parlamento de las Religiones, comparado con el de 1993 es menos encarnado. En 1993 hubo mucha más conciencia del mundo actual de pobreza, de problemas de medio ambiente, mucho más contextualización en este mundo. Este Parlamento me parece que es más “espiritual”. Yo diría teológicamente o filosóficamente, hablando, más dualístico, espiritualidad- materialidad.

H: Sin embargo las situaciones de violencia parecen más graves hoy que hace diez años atrás.

P: No oí mucho sobre la realidad global de lo que está sucediendo en los países.

H: ¿Qué cosas se fecundan mutuamente entre cristianismo y budismo?

P: Por lo general el budismo, y cuando digo budismo digo, el estudio del budismo y también la práctica de la meditación tipo Budismo Zen, ambos, la teoría y la práctica, y práctica de meditación en este caso. El budismo me ayudó a enfrentar ciertas dificultades teológicas pero también personales que tenía con el cristianismo. Había problemas de entendimiento, ¿cómo podía entender ciertas creencias cristianas, cómo podía experimentar como hacer una relación entre mi experiencia y el credo del cristianismo? El budismo me ayudó mucho en este sentido.
Para tratar de explicarme un poquito, por ejemplo. Yo he sentido mucho el dualismo entre Dios y el mundo, y que me parece que todavía queda en las doctrinas cristianas, en la imagen, en el entender a Dios. El budismo hablando de lo último, si se puede hablar de un último, no es un Último destacado que se encuentra allá y acá esta la creación. Es un Último que es parte de lo que nosotros somos, de lo que el mundo es. En el sentido de que este Último, lo budistas dice es, el Sunyata, que literalmente quiere decir Vacío, pero no es un Vacío- vacío, sino que es un Vacío que no tiene una realidad individual, es una realidad que existe entre nosotros. Esto no tiene que ser algo incomprensible para nosotros porque así hablamos de la Trinidad. Pero en la Trinidad las personas son relaciones no son personas en el sentido de individuos como usted y yo. Por eso mi símbolo central cristiano para hablar y también para ponerme en contacto con Dios es el Espíritu, El Espíritu pero sentido en el sentido budista, como esta energía de compasión, esta energía de Amor. Ahora, mi meditación o mi oración no es que hablo, pero me pongo en una situación utilizando la metodología Zen de estar atento. Eso, estar atento a lo que es, a lo que existe, a lo que es el Espíritu que no solamente está dentro de mi, como San Pablo dice: “no existo yo, existe Cristo”. “No existo yo, si existe Cristo” que es el Espíritu de Cristo.
También este punto de que quiere decir la resurrección. Tengo dificultades con la resurrección entendida en una manera literal, física. San Pablo también… (risas). La resurrección, para San Pablo, quiere decir estar en Cristo. También aquí el budismo me ayudó mucho. Porque quizás una experiencia central del Budismo, también una creencia esencial Budista, es el Anata, el No ser, el No si mismo, que yo no existo como yo, pero mi existencia se realiza en estar relacionado con otros, y ese ser relacionado con otros se realiza como el Cristo viviente. Por eso he sentido, experimentado lo que San Pablo probablemente quería expresar cuando en la epístola a los Gálatas dice: “No soy yo quien vive sino que es Cristo quien vive en mi”, no, Yo, sino Yo-Cristo. Por eso cuando trato de practicar la meditación, un método budista es contar las respiraciones, yo no cuento las respiraciones, pero mi mantra es para inhalar, “Yo”, para exhalar “Cristo”, “Yo-Cristo”, “Yo-Cristo”, no dualismo.
También me ayudo para entender que quiere decir “la vida inmortal”. El budismo también me ayudó. Antes de estudiar budismo tenía dificultades de creer en la existencia, que Pablo dice, que va a continuar después de la muerte. Me parecía tan egoísta. “Yo tengo que continuar”, como Pablo. La vida va a continuar, esto lo espero, lo creo, pero ¿cómo?, no puedo decir. Los budistas dicen, toda la existencia continúa en una manera diferente porque yo viví, pero yo no voy a existir en una forma personal pero la existencia continuará; no puedo explicar más, no puedo entender más que esto, pero me basta. No quiero esperar más porque no es posible.
Son solo algunos ejemplos de cómo el budismo me ha ayudado.

H: … ayuda a entender que hay vivencias de otras religiones que ayudan a la propia comprensión…

P: Exactamente, sin el budismo no hubiera podido entender y experimentar estos aspectos más profundos de mi fe.

H: ¿Crees que el Cristianismo le puede decir algo al Budismo?

P: Si, ciertamente lo creo, pero eso es algo que los budistas tienen que decir. Yo he podido hablar con mis amigos budistas de lo que el cristianismo podría contribuir. Una de las cosas centrales que sugiero a mis amigos es esta opción fundamental por los pobres, la justicia. Porque no existe el concepto de Justicia en el Budismo. Eso sería que ellos quizás deben recibir.

Esta entrevista se llevó a cabo en el marco del Parlamento de las Religiones del Mundo, en Barcelona entre los días 7 y 13 de julio de 2004.
 

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