LOS SECRETOS DE YHVH
Patrick Levy El rabino Isaak era un maestro exigente. Estudiar con él no era ir a pasar un rato a su casa para aclarar un par de temas de la Torá. Planteada una cuestión, Isaac podía trabajar durante cinco o seis horas. Nos pedía centrar nuestra atención en ello con una vigilancia constante. Para hacerlo, nos planteaba repentinamente alguna cuestión inesperada. Yo temía aquellos momentos en los que me pedía entrar en mí para examinar lo que me estaba mostrando. Estaba muy lejos de ser un juego intelectual. Con cada una de esas introspecciones, yo sabía que me estaba llevando a examinar algo que me haría ver el mundo de una manera diferente. Sobre todo, él insistía en que no me quedara en las palabras, que transformara en actos aquellas nociones a las que nos habíamos aproximado por el razonamiento. La intelección se transforma con el estudio y entonces modifica…
EL PEREGRINO Y LA FILOCALIA
La obra anónima Relatos de un peregrino ruso popularizó la tradición de "oración continua" practicada por la Iglesia oriental y, muy especialmente la recopilación de enseñanzas sobre la oración que lleva por título Filocalía (amor a la belleza). Dice así el peregrino: … entré en la Iglesia para orar durante el oficio; estaban leyendo la epístola de San Pablo a los Tesalonicenses, en el pasaje en que está escrito: "Orad sin cesar". Estas palabras penetraron profundamente en mi espíritu, y me pregunté cómo es posible orar sin cesar, siendo así que todos debemos ocuparnos en diversos trabajos a fin de proveer a la propia subsistencia. Busqué en la Biblia y leí con mis propios ojos exactamente lo mismo que había oído: "Orad sin cesar"(Te 5,17); "orad en todo momento en espíritu" (Ef 6,18) ¿Qué hacer?, pensé. ¿Dónde encontrar una persona capaz de explicarme estas palabras? Iré por las iglesias donde…
NO CONOCIENDO AÚN LA VIDA… -Enseñanzas de Confucio-
El Maestro dijo: “estudiar y, en el momento oportuno, llevar a la práctica lo aprendido, no es acaso motivo de alegría? El que venga un amigo de lugares remotos, ¿no es acaso motivo de regocijo? No experimentar amargura pese a ser ignorado por los hombres, ¿no es eso nobleza? (I,1) El Maestro dijo: “You, te enseño lo que es el saber? Considera que sabes lo que sabes, considera que no sabes lo que no sabes. Ese es el saber” (II, 17) Zidong dijo: “lo que no deseo que los demás me hagan, tampoco deseo hacerlo a los demás”. El Maestro dijo: “Zi, todavía no has llegado a eso”. (V, 11) El Maestro dijo: “No esclarezco más que a quien muestra esfuerzo. No inspiro más que a quien muestra anhelo”. (VII, 8) El Maestro dijo: (...) “de no conseguir ver a un hombre de bien, me bastaría con ver a uno…
»Intentar comprender el mundo es un tipo de amor»
Adam Zagajewski, poeta y ensayista polaco "63 años. Nací en Lvov (hoy Ucrania) y vivo entre Cracovia y Chicago. Estoy casado y tengo una hija. Este mundo complejo nos enfrenta a emociones rápidas como el odio y el chovinismo; deberíamos ser lentos y racionales. Constantemente busco algo superior, que creo existe." IMA SANCHÍS - LA VANGUARDIA - 23/03/09 Buscar resplandores Pasó fugazmente por Barcelona para participar en el ciclo Europa eslava y su literatura (CaixaForum), y cada respuesta la pensó dos veces. Considerado por muchos una de las voces contemporáneas más relevantes, ha vivido en París y en EE. UU., pero jamás ha abandonado su lengua polaca. Sus libros de poemas y ensayos, traducidos al español en su mayoría por Acantilado, han recibido numerosos premios. Para él, la poesía es la búsqueda de resplandor, ese algo que hay más allá de las palabras: "...Se transmite alguna experiencia que está antes…
‘Hoy ya no tengo esos sueños’
Pedro Casaldáliga El Cardenal Carlo M. Martini, jesuita, biblista, arzobispo que fue de Milán y colega mío de Parkinson, es un eclesiástico de diálogo, de acogida, de renovación a fondo, tanto de la Iglesia como de la Sociedad. En su libro de confidencias y confesiones Coloquios nocturnos en Jerusalén, declara: «Antes tenía sueños sobre la Iglesia. Soñaba con una Iglesia que recorre su camino en la pobreza y en la humildad, que no depende de los poderes de este mundo; en la cual se extirpara de raíz la desconfianza; que diera espacio a la gente que piensa con más amplitud; que diera ánimos, en especial, a aquellos que se sienten pequeños o pecadores. Soñaba con una Iglesia joven. Hoy ya no tengo más esos sueños». Esta afirmación categórica de Martini no es, no puede ser, una declaración de fracaso, de decepción eclesial, de renuncia a la utopía. Martini continúa…