Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos.
Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana.
Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
La Epistemología Mítica en la Espiritualidad de Empresa. Ponencia para el 7º Encuentro Internacional CETR
Introducción
El objetivo de este artículo es analizar si la epistemología mítica sigue presente en la disciplina de la espiritualidad en la empresa. Esta disciplina en el mundo de la investigación de empresa es bastante reciente, se pueden trazar sus orígenes a la mitad de los años noventa en los Estados Unidos. Con este artículo queremos dar una visión epistemológica de como se presenta la espiritualidad en la empresa, como se pretende evaluar y como se justifica su adopción en la empresa.
Así, pretendemos esclarecer las hipótesis y las creencias que subyacen en los artículos más leídos de la Espiritualidad en la empresa y que definen por tanto el corazón de las argumentaciones de la disciplina. Con el fin de que este artículo fuera relevante en su generalización a la disciplina, ya que hay muchos artículos y libros, decidimos centrarnos en estudiar los artículos más citados.
Con el fin de conseguir una visión fidedigna de lo que constituye el núcleo de los artículos científicos que hablan sobre la espiritualidad en el mundo de la empresa con un mínimo rigor científico hemos escogido la base de datos del ISI Web of Knowledge que referencia la citación de los artículos, todos en inglés. En total hemos analizado los 46 artículos científicos más citados en las investigaciones sobre espiritualidad en el mundo de la empresa.
Hemos escogido el número de citaciones como proxy de los artículos que son centrales, de los que más se habla en la disciplina. Una opción diferente sería escoger también los libros más leídos, con más relevancia. Sin embargo, no tenemos conocimiento que exista una base de datos que indexe los libros más citados, y abandonamos esta opción por la falta de método en la selección de los libros. Tiene una problemática similar la de haber seleccionado manualmente los libros a partir de las citaciones de los artículos, pero no creímos que la investigación con esta muestra fuese apropiada ya que estamos asumiendo que los libros que citan los académicos en los artículos más citados corresponden efectivamente a los que el conjunto de los autores citan. Así pues, nos limitamos a analizar los artículos más citados publicados en revistas de management.
Utilizando el ISI Web of Knowledge como base de datos estamos sujetos a sus mecanismos de indexación y citación que no conocemos pero que son aceptados y referentes en el mundo científico. La búsqueda en la base de datos la realizamos el 7 de marzo del 2010 con el término “Spirituality” en el título. Así, que nuestro grupo de estudio fue fijado ese día, cualquier cambio en las citaciones desde ese día no están presentes en nuestro estudio. Escogimos la palabra Spirituality en el título y no en el tema como factor de búsqueda porque creímos que su aparición en el título indicaba un enfoque más directo hacia el tema. Con estas elecciones obtuvimos un total de 5,274 artículos de revistas que tenían el término Spirituality en el título. El artículo más citado fue “Religion, Spirituality and Medicine” que fue publicado en la revista médica “The Lancet” con un total de 241 citaciones.
De esta primera criba de artículos, procedimos a seleccionar manualmente aquellos relacionados con la empresa. De esta selección manual el primer artículo relacionado con la empresa estaba en la posición 38, con un total de 46 citaciones, el título del artículo “ Spirituality at Work. A conceptualization and measure” (Ashmos and Duchon, 2000).
Desde el artículo 869 hasta el artículo 5,274 los artículos han sido citados sólo una vez o ninguna. Porque consideramos que no era relevante para conocer los artículos centrales de la espiritualidad en la empresa que fueran citados sólo una vez, tuvimos que decidir donde fijar el límite. Decidimos parar la selección en el artículo 1,000 de un total de 5,274 artículos. Así obtuvimos un total de 46 artículos que trataban sobre la espiritualidad en el mundo de la empresa. Los dos últimos artículos de la lista de 46 fueron citados sólo una vez. El más antiguo es del año 1996 y el más reciente del año 2008. Estos 46 artículos que constituyen el núcleo científico de los artículos más citados sobre espiritualidad en el mundo de la empresa los hemos analizado buscando en ellos información que nos permitiera entender los parámetros epistemológicos que utilizaban para hablar de la espiritualidad en el mundo de la empresa.
Una vez detallado el método de selección de los artículos que componen la muestra del tudio pasamos a explicar de una manera escueta como entendemos la epistemología mítica. Este resumen está basado en los estudios del profesor Marià Corbí (Mariano Corbí, 1983; M Corbí, 1992; Mariano Corbí, 1996, 2001; Marià Corbí, 2006, 2007, 2010).
Entendemos por epistemología mítica cualquier interpretación de la realidad en que no exista reconocimiento explícito por parte del individuo que todo es interpretación, constructo humano.
La interpretación de la realidad es una necesidad intrínseca del ser humano. Esta interpretación no viene determinada genéticamente y necesitamos autoprogramarnos y saber como valorar la realidad con el fin de orientarnos hacia la acción y poder sobrevivir.
Para los sujetos con una comprensión epistemológica mítica las palabras describen tal como es la realidad. Así, entienden el mito y el símbolo, la ideología y la ciencia como interpretación estática, fija de que la realidad es tal como es descrita por estas distintas interpretaciones. La espiritualidad que nosotros denominamos cualidad humana profunda es entendida de la misma manera. Es decir, no sólo se toman lo que dicen los mitos, los símbolos, las ideologías como descripción de la realidad en su dimensión práctica para la supervivencia, lo que nosotros denominamos dimensión relativa, sino que la dimensión espiritual de esta interpretación de la realidad está sujeta a idénticos parámetros míticos de interpretación.
Una característica de esta interpretación mítica reside en fijar la interpretación y considerarla intocable, inmutable. Esta obediencia debida a esta descripción fija de la realidad es requerida por el mismo sistema de interpretación que lo justifica aludiendo a un Dios o ser superior, o a la naturaleza misma de las cosas “descubierta” por la ciencia.
Así, los mitos, símbolos, ideologías y ciencias se pueden entender con una epistemología mítica. No se puede decir que un tipo de interpretación sea mejor que otro, todos ponen luz sobre diferentes ángulos de la realidad, en este sentido no existe un progreso o evolución de métodos de interpretación que se acercan cada vez más a la realidad. Todo son modelaciones.
Estos mismos mitos, símbolos, ideologías y ciencias se pueden entender con una epistemología no-mítica. En este caso las interpretaciones se entienden como modelaciones de la realidad, y por tanto no se entienden como una descripción de tal como la realidad es.
El nacimiento de la ciencia, su desarrollo y extensión en nuestra cultura nos ha dejado huérfanos de una interpretación axiológica de la realidad. Esto es así, porque el mito, el símbolo y las ideologías proporcionaban a los sujetos inmersos dentro del sistema mítico una descripción del ámbito práctico para la supervivencia, la dimensión relativa, no sólo de lo que era necesario para que se pudiera sobrevivir en el plano material sino también en lo que tenían que creer,que estaba relacionado con la dimensión absoluta, en la medida que facilitaba el objetivo de la supervivencia, y esto ya no es así.
Así, con la extensión de la ciencia como modelo de interpretación, se pierde una de sus componentes, la carga axiológica. Esto es así, porque la ciencia, con su método científico pretende proveer una interpretación sin significación para el sujeto, sólo operativa. El desarrollo de la científico y tecnológico modifica continuamente el sistema de vida. A medida que avanzamos de una economía industrial a una economía del conocimiento nos damos cuenta que vivimos de transformarnos. Desarrollamos modelos científicos y tecnológicos de una manera continua y flexible, creando multitud de modelaciones de la realidad enfocados de una manera totalmente pragmática. Hemos comprendido que la ciencia no describe tal como la realidad es, sino que sólo nos da modelaciones para que podamos sobrevivir en esta inmensidad incognoscible.
Esta comprensión, que nos ha dejado huérfanos, en el sentido que somos autónomos, que no tenemos unas guías ni unos modelos que creemos son infalibles porque vienen de Dios o son descubiertos en la naturaleza misma de las cosas tiene en sí el germen de una espiritualidad no espiritualidad, de una espiritualidad no religión. Una espiritualidad que llamamos cualidad humana, para separarnos de cualquier interpretación mítica. Una posibilidad puramente humana, alejada de cualquier interpretación metafísica, sujeta a creencias, procesos, y caminos fijados.
En resumen, la ciencia, comprendida como modelación, ha dejado el ámbito de la axiología a la pura creación humana, no sujeta a mandatos y obediencias provenientes de justificaciones creídas como intocables bajadas de los cielos o defendidas como la naturaleza misma de las cosas (este sería el caso de las ideologías).
Esta interpretación no mítica tiene grandes repercusiones:
- Primero, al entender que todas las interpretaciones son modelaciones, somos capaces de crear nuevos modelos que se adaptan a nuestras necesidades de una manera rápida y eficaz.
- Segundo, los mitos y los símbolos en su dimensión espiritual pueden ser leídos como un apuntamiento, una metáfora que nos señala esta realidad incognoscible.
- Tercero, la interpretación no mítica nos deja huérfanos de una interpretación axiológica y por primera vez en la historia de la humanidad tenemos que ser conscientes que la orientación que le damos a nuestra vida, y la valoración de la realidad no nos vienen dados por un “poder” superior, sea Dios, un ser superior o la misma ciencia, sino que tenemos que crear esa visión, imagen del futuro que sea capaz de conseguir la adhesión, y no la obediencia, de nuestros congéneres.
- Cuarto, una derivada de la tercera consecuencia, sería que diversas posiciones en disputa estarían en el nivel humano de legitimación sin apelación a entidades superiores (Dios, Poder, o la naturaleza de las cosas en sí mismo).
- Quinto, la espiritualidad deja de ser entendida con una antropología proveniente del mito, del símbolo entendido con epistemología mítica . Deja de ser “espiritualidad” entendida míticamente para denominarla cualidad humana, entendida no míticamente. Así, la interpretación no mítica de la dimensión absoluta apela a que cambiemos el término espiritualidad para evitar una interpretación mítica, ya que el término lleva en sí una concepción antropológica del hombre, formado por cuerpo y espíritu que ya no es la nuestra.
- Sexto, denominar esta dimensión, que se denominaba espiritualidad, cualidad humana, porque la comprensión de que no existen verdades a las que agarrarse, que las soluciones a nuestros problemas de organización, de vida. Las interpretaciones y valoraciones de la realidad las tendremos que crear nosotros, pone el acento en que no hay fórmulas para el éxito de nuestra supervivencia, tal como habíamos creído en épocas pasadas, sino que el éxito o el fracaso de quienes somos y de nuestra sociedad en este planeta dependerá exclusivamente de la cualidad humana que seamos capaces de desarrollar y hacer patente en nuestra vida y en nuestra sociedad.
Relevancia del estudio
Una epistemología no mítica de la espiritualidad permite cultivar la dimensión absoluta de la realidad en las condiciones culturales y de desarrollo económico que nos encontramos en la actualidad.
Esto es así porque una interpretación mítica está sujeta a creencias, por tanto a modelos fijados de actuación y comprensión del mundo y por tanto a modos de vida fijos que sólo se pueden dar en modos de vida pre-industrial.
De este modo, estudiar si existe la epistemología mítica en las conversaciones de la espiritualidad en el mundo de la empresa permitirá detectar aquellos planteamientos que no son adecuados a la sociedad del conocimiento. La clarificación de estos planteamientos permitirá a la disciplina avanzar con fundamentos sólidos. Estos fundamentos sólidos son los que permitirán dar respuestas adecuadas en el ámbito del cultivo de la dimensión absoluta para los hombres y mujeres de nuestro tiempo en el ámbito de la empresa.
Este artículo también tiene la ambición de permitir a los lectores, a partir de la presentación de la espiritualidad comprender si tienen en su vida personal, de alguna manera, una concepción mítica o no de la dimensión absoluta. Así:
- Si el individuo está inmerso en una interpretación mítica de la dimensión absoluta, a través de su adscripción a alguna religión o sistema de creencias laico, el individuo tendrá lógicas de funcionamiento totalmente opuestas, una en que todo se supone fijado y otro, la vida de cada día, sujeta al cambio continuo.
En caso de que exista un cuestionamiento de esta lógica mítica del cultivo de la dimensión absoluta pueden ocurrir tres situaciones:
1. El individuo cuestiona las dos lógicas y tiene un conflicto permanente ya que su comprensión mítica de la dimensión absoluta, se encuentra en permanente contradicción con lo que vive en su vida práctica. En esta situación se podrían dar dos circunstancias:
a). El abandono de cualquier cultivo de la dimensión absoluta
b) Un cultivo de la dimensión absoluta que es en realidad un no-cultivo porque no es verdadero, al no estar integrado en la totalidad del individuo, en permanente confusión y repleto de contradicciones.
2. El individuo no cuestiona las dos lógicas. Están completamente separadas. Es un individuo escindido. Aplicará la lógica fija algunos àmbitos de su vida y la otra a otros.
3. El individuo pone en duda las dos lógicas, investiga para encontrar alguna “solución” al problema.
A este individuo que busca una “solución” al problema, dedicamos este artículo. Com-prender que una parte del problema radica en una comprensión mítica de la dimensión absoluta permite avanzar en la comprensión no mítica del legado de las grandes tradiciones de sabiduría de la humanidad, pudiendo así utilizar este legado para un desarrollo de la cualidad humana apto para los hombres y las mujeres del siglo XXI.
Antecedentes
Antes de proceder a presentar los resultados de nuestra investigación sería necesario realizar unas aclaraciones.
Primero, el análisis que desarrollamos a continuación no es exhaustivo y lógicamente está sujeto a mis parámetros de comprensión de los artículos de espiritualidad en el mundo de la empresa.
Segundo, el objetivo de este artículo no es criticar a los autores que tienen una visión mítica de la dimensión absoluta de la realidad, porque entendemos que la interpretación mítica forma parte de nuestra historia, y es por tanto comprensible que todavía esté presente de una manera u otra. Este estudio epistemológico pretende poner luz sobre los planteamientos de los autores en la disciplina de espiritualidad en la empresa para mostrar los equívocos en que basan sus aportaciones. Pretendemos mostrar que se puede investigar aquello que denominamos la dimensión absoluta de la realidad sin una epistemología mítica, totalmente adecuada al siglo XXI. Por tanto, nuestros esfuerzos van destinados a facilitar a nuestros congéneres una aproximación no mítica a la “espiritualidad”, en sintonía con el momento que nos ha tocado vivir, un desarrollo de la cualidad humana profunda porque vale la pena. Creemos que esta clarificación epistemológica es fundamental para permitir que el cultivo de esta espiritualidad no mítica del siglo XXI se propague.
Planteamiento, los 46 artículos más citados en la espiritualidad en la empresa.
Es importante destacar que la gran mayoría de los artículos, sólo hay uno que se muestra escéptico respecto a la espiritualidad en la empresa (Brown, 2003), pretenden contribuir con sus investigaciones a mejorar la situación laboral de sus trabajadores, y la organización y actuación de la empresa. Así destacan las situaciones cada vez más frecuentes donde los individuos no tienen ningún propósito ni sentido en su trabajo, donde no pueden expresar todas sus capacidades emocionales y sensitivas, individuos no-integrados a nivel personal y tampoco a nivel social, por la falta de pertenencia a una comunidad, afectando todo ello negativamente a sus vidas (Mitroff and Denton, 1999). Es generalmente entendido que la empresa tiene que ocuparse en producir productos y servicios que sirvan a la humanidad de manera positiva (Levy, 2000; Sheep, 2006), y que la economía está al servicio de la humanidad y no al revés (Jackson, 1999).
Así la disciplina de la espiritualidad en el management nace unánimemente por una preocupación con la deshumanización y la instrumentalización de los seres humanos en nuestra sociedad. Esta preocupación va más allá del comportamiento de las empresas, es una preocupación que abarca la sociedad, la política y la economía. Se centran los esfuerzos de la disciplina en fomentar en la empresa una visión espiritual, y ética que consideran se ha dejado de lado. Así, los autores afirman que la justificación de esta focalización espiritual en la empresa es una necesidad que el sistema económico y social demanda, una necesidad, no un factor más a tener en cuenta y tampoco un lujo de sociedades avanzadas.
Es interesante constatar que la justificación de esta necesidad de cultivo de la dimensión espiritual no es intrínseca, esta argumentación iría en línea con su rechazo a la deshumanización e instrumentalización, sino que se argumenta esgrimiendo repercusiones económicas positivas para la empresa. Es decir, el discurso sobre la eficiencia, instrumentaliza también la noción de la espiritualidad en la empresa. Así, creemos que esta noción de espiritualidad en la empresa instrumentalizada va en contra del desarrollo de ese misma espiritualidad, esto no quiere decir que el desarrollo de la cualidad humana no tenga efectos prácticos, que puedan o no afectar a la eficiencia y a muchas otras variables. Algunos autores detectan esta instrumentalización (Benefiel, 2003; Milliman et al., 2003) y afirman que no se debe llevar a la empresa porque signifique un aumento en los beneficios, sino porque es la decisión correcta, porque es lo que se debe hacer. Entendemos que con esta aproximación justifican la espiritualidad como un deber, incluso sagrado, y entendemos que esa justificación está todavía anclada en una epistemología mítica. Sólo unos pocos afirman que la espiritualidad tendría que ser valorada en sí mismo y no por los beneficios que puede aportar (Krahnke et al., 2003).
Se afirma que esta búsqueda espiritual del ser humano es intrínseca y va más allá del desarrollo personal, porque la búsqueda de significado y sentido de sus vidas y de su trabajo tiene una focalización no en uno mismo sino en los otros (Ashar and Lane-Maher, 2004). Se puede afirmar que esta concepción todavía tiene raíces en la epistemología mítica, presentando como característica de espiritualidad y rasgo definitorio la focalización en los otros, aunque el mismo planteamiento que argumentan tiene como premisa que se busca el significado y el sentido de vida de uno.
Así, los académicos sujetos a las demandas científicas de la investigación en ciencias sociales, queriendo definir el objeto de estudio limitan la espiritualidad utilizando diversas características que posteriormente intentan medir con el fin de conseguir justificación empírica y demostrar que la espiritualidad tiene importancia, favoreciendo positivamente los resultados de la empresa. Pretendiendo así favorecer el interés por la espiritualidad y el crecimiento de esta disciplina.
Pero la conceptualización y la pretendida búsqueda de parámetros de medición va en contra de la espiritualidad, no porque la espiritualidad sea sagrada, sino porque al intentar instrumentalizarla estamos de hecho dejando de entender que la espiritualidad, o mejor dicho la cualidad humana, tenga valor en sí misma, y no por los efectos que podamos obtener en la empresa. Si deseamos desarrollar la espiritualidad para conseguir una mejora en nuestro liderazgo o en nuestra empresa, estamos en efecto minando nuestros esfuerzos y la posibilidad de desarrollar esta cualidad humana que vale de por sí, una cualidad que afecta a toda la vida del ser humano.
Además de la preocupación por la deshumanización del ser humano en la empresa y el interés en fomentar prácticas empresariales al servicio de la humanidad, los académicos justifican su interés y sus aportaciones en la investigación de la espiritualidad en la empresa de la siguiente manera:
- El desarrollo y cultivo de una vida espiritual requiere que todas las facetas del individuo estén integradas, y el individuo pasa mucho tiempo en el trabajo, es apropiado por tanto facilitar este cultivo en el ambiente laboral (Ashar and Lane-Maher, 2004).
- La espiritualidad es una dimensión humana, y como tal está presente en la vida del individuo. Por tanto tiene sentido que se estudie no sólo como forma parte del trabajo del individuo sino también de la organización formando parte de la cultura organizativa (Gotsis and Kortezi, 2007).
- Los autores defienden la necesidad de investigar la espiritualidad en la empresa por el rigor que aportan y evitar que aproximaciones no rigurosas como el New Age confundan a la gente, en esta dimensión del ser humano tan importante (Mitroff and Denton, 1999).
- También defienden que con su postura pretenden evitar que se manipule a los empleados y a las empresas. Es decir, sus investigaciones permiten discriminar aquellos esfuerzos que realmente son “espirituales” y aquellos que sólo utilizan el término espiritual pero en realidad no lo son (Dean et al., 2003; Milliman et al., 2003)
Por tanto, pretenden que con sus aportaciones teóricas y empíricas se crearán unas bases fuertes para implantar la espiritualidad en la organización.
Una de las primeras matizaciones que realizan es señalar la diferencia fundamental que existe entre espiritualidad y religión. Así la religión se ve como divisiva, dogmática, con estructura formal, intolerante, cerrada, y excluyente de todos los que no comparten la creencia particular (Mitroff, 2003). En cambio la espiritualidad se concibe de una manera personal, universal, tolerante, abierta e inclusiva.
Aunque a primera vista esta separación entre espiritualidad y religión es aceptada por los académicos hay algunas contradicciones que se presentan: ¿de dónde sale la espiritualidad?, muchos advierten que sin un fundamento religioso es imposible cultivar una espiritualidad con sentido, denotando en esta última puntualización que hay muchas espiritualidades que se denominan así pero que según ellos no se les puede denominar espiritualidad.
También, ¿Qué ocurre cuando hay diversas espiritualidades en la empresa?, en esta pregunta está implícito que se tiene una visión de espiritualidad bastante similar a religión, porque se piensa que crea problemas, división, por tanto es exclusiva. En esta misma línea, ¿Qué ocurre cuando el individuo es espiritual y la organización no lo es? y¿si la organización es espiritual y el individuo no?
Además consideran que en sociedades cada vez más pluralistas es difícil que exista una tradición religiosa dominante que pueda utilizarse como fundación a nivel social y a nivel empresa (Cavanagh, 1999). Así se advierte que utilizar la religión como sistema de legitimación social puede llevar a la falta de confianza y a la rotura de la democracia. Esto es así, porque desde la ilustración se ha esclarecido que la religión es una fuente de superstición e irracionalidad opuesta a la racionalidad de la ciencia (Cavanagh, 1999).
Es interesante destacar que los estadounidenses no tienen una hostilidad directa a la religión, pero si que la tienden a trivializar, a tratarla como una afición o una salida emocional. Se menciona a Dios como una formalidad, pero para los estadounidenses no es aceptable permitir la entrada de creencias religiosas en las discusiones de las políticas públicas (Cavanagh, 1999).
Por tanto, un planteamiento que defendiera la entrada de creencias religiosas en la empresa encontraría la oposición de la opinión pública norteamericana y de los directivos porque va en contra de la diversidad y la inclusión en la empresa (Forray and Stork, 2002).
Así, que los académicos intentan no utilizar lenguaje religioso ni concepciones religiosas porque para la gran mayoría son fenómenos diferentes. Aunque algunos no hacen la separación explícitamente y presentan por ejemplo la espiritualidad cristiana (Delbecq, 1999) destilada directamente de la religión.
Así, aunque la gran mayoría pretenden mostrar que la espiritualidad es un fenómeno diferente a la religión, la manera en que se presenta la espiritualidad es totalmente religiosa. Precisando, es mayoritariamente una aproximación religiosa cristiana.
Resumiendo, vemos ya algunas contradicciones de la disciplina de espiritualidad en la empresa. La primera, los autores advierten la creciente instrumentalización del ser humano, pero al mismo tiempo, en una gran mayoría de los casos, instrumentalizan la espiritualidad. Segundo, el querer demostrar que la espiritualidad tiene efectos positivos en la empresa conduce a definir la espiritualidad y a medirla. Esta operatividad de la espiritualidad sólo es posible si se definen unas características del individuo espiritual. Esta definición lleva implícita una concepción mítica de la espiritualidad heredada de las religiones. Tercero, se quiere separar religión y espiritualidad por los efectos negativos que tiene la religión en el fomento de la división y exclusión, pero tal como hemos presentado este esfuerzo explícito de separación se ve socavado por el uso implícito en su definición de espiritualidad de una epistemología mítica heredada de las religiones.
Por consiguiente, estas contradicciones nos permiten argumentar la necesidad de ofrecer una base sólida sobre la que la disciplina de la espiritualidad en la empresa pueda seguir avanzando. Así, se requiere una definición de espiritualidad anclada en una antropología en el que el individuo se entiende como un animal simbiótico que habla, y donde la dimensión absoluta de la realidad es una característica y capacidad intrínsecamente humana. La cualidad humana profunda es ésta capacidad sutil fruto y origen del interés por la realidad tal como es, por el desapego y un silenciamiento de los esquemas mentales. Una cualidad que se puede observar, pero no se puede definir, ni medir, ni valorar. Por tanto, esta base que aportamos fruto de las investigaciones del Dr. Corbí (1983; 1992; 1996, 2001; 2006, 2007, 2010) es díficil instrumentalizar, no tiene una epistemología mítica y por tanto no es equiparable a la religión.
A continuación presentamos un recopilatorio de la epistemología mítica que hemos detectado en los textos más citados de la espiritualidad en la empresa:
- Nunca se cuestiona la palabra espiritualidad, sino que se acepta. Esta falta de cuestionamiento de la palabra ímplícitamente acepta la existencia del espíritu como una entidad
- Lleva en la gran mayoría de los casos a pensar en el espíritu como opuesto a la materia. Se piensa que el ser humano tiene un alma, o espíritu y un cuerpo.
- Este espíritu en muchos casos se considera trascendente y conectado a una entidad, a un poder, a un Dios, a una energía, a un plan. Es decir, se conecta a alguna entidad superior. Por tanto la legitimidad del sistema de esta espiritualidad está avalado por este ente superior.
- Algunos autores afirman no sólo la transcendencia sino la inmanencia de este espíritu. Afirman que está en todo, que nosotros somos parte de este todo.
- La manera de enfocar esta inmanencia es que tenemos este espíritu, que sentimos conectado con todo.
- Esta guía, esta entidad supernatural tiene un propósito para todo.
- El propósito es que nosotros avancemos hacia un desarrollo espiritual.
- Así, esta espiritualidad nos tranquiliza, porque no importa lo mal que vayan las cosas, se afirma que de alguna manera todo acabará solucionándose.
- Nuestro objetivo, propósito es hacer el bien.
- Se entiende a la espiritualidad como algo sagrado, por tanto, no debe instrumentalizarse
- Una creencia que el ser humano puede perfeccionarse y hay un camino para ello.
- Hay unos valores que cuando están en la empresa demuestran que la empresa es espiritual
- La espiritualidad es un fenómeno personal.
- La espiritualidad es entendida como una estructura de creencias que lleva al destino que todos deseamos.
- La espiritualidad no es racional, por tanto cualquier compromiso con ella puede desembocar en fanatismo y por tanto irracionalidad. Cualquier “devoción” a aquello que “no se ve” puede llevar al fanatismo, tanto en el mundo de la empresa como fuera de ella.
- El empleado espiritual demuestra un grado más elevado de sensibilidad y compromiso y atributos personales beneficiosos como son: aumento de la alegría, compasión, serenidad y significado en el trabajo.
- Hay una serie de valores que definen al individuo espiritual. Estos valores son universales y son definidos por las grandes religiones de la humanidad.
Resumiendo, la problemática de la concepción imperante de la espiritualidad es que aunque se quiere separar de la religión que se considera no apta para las nuevas sociedades no se consigue ya que se continua teniendo una noción mítica de la espiritualidad. La problemática de esta concepción mítica es:
1. Se basa en creencias de como es, o debe ser la espiritualidad. Si se separa la definición de espiritualidad a la de religión esta espiritualidad es más abierta, si se relaciona o incluso se entiende que la espiritualidad no puede existir sin religión, entonces esta espiritualidad está completamente definida en todos sus términos, en lo que se tiene que creer y como se tiene que actuar.
2. La creencia mítica no está explícita, porque precisamente el sistema está diseñado para que esto no sea así, es decir, la concepción mítica lleva implícito que no se puedan entrever otras posibilidades.
3. Esta visión mítica es eminentemente, una visión mítica cristiana, lo que demuestra el poco conocimiento de otras tradiciones de sabiduría.
4. Esta concepción mítica también tiene una problemática en el método, al no plantearse desde el inicio las hipótesis que se están asumiendo, conducen las investigaciones hacia un camino positivista y por tanto mítico (King and Crowther, 2004). Muchos autores critican las aproximaciones positivistas (Dean et al., 2003; Fornaciari and Dean, 2001; Freshman, 1999; Heaton et al., 2004; Krahnke et al., 2003; Lips-Wiersma, 2003) y abogan por métodos cualitativos, sin previamente haber cuestionado las hipótesis aceptadas, así continúan teniendo una epistemología mítica aunque creen que no es así.
Otro de los problemas de rigor que presenta la disciplina reside en la concepción personal, individual que presenta la espiritualidad. Mientras la religión es concebida en un marco de formas, rituales y estructura, exclusiva y divisiva, la espiritualidad se presenta libre de formas, inclusiva y totalmente subjetiva. Esta concepción produce como dificultad una abundancia de puntos de vista, de falta de crítica ya que todas las opiniones, experiencias vividas y historias personales se consideran igualmente relevantes. En este punto podríamos argumentar que en vez de un pluralismo sano se permite un relativismo, donde todo vale. Por tanto, sería importante aportar todo el conocimiento de otras disciplinas como las tradiciones de sabiduría en el area de la espiritualidad en la empresa.
Conclusiones
Este artículo ha pretendido sacar a la luz los planteamientos todavía míticos de la espiritualidad en el mundo de la empresa. Gracias a este análisis creemos que podemos proponer adoptar las bases de la espiritualidad en la empresa de una manera no mítica. Así, la investigación de eso que no podemos conceptualizar, ni acotar, que está más allá de cualquier formulación pero que es profundamente y únicamente humano, fruto de nuestra condición de hablantes simbióticos puede ser desarrollado por los individuos de nuestra sociedad.
Esta concepción no mítica enraíza el “fenómeno” espiritual, que dejamos de llamar espiritual para denominarlo cualidad humana, en una antropología que deja de lado cualquier concepción que haga referencia a una dimensión super-natural. Se enraíza en el ser humano entendido como un animal que habla y que es simbiótico, y que gracias a este lenguaje es capaz de entender que en la realidad hay más que lo que sus deseos, intereses, expectativas y miedos le muestran. Esta dimensión no relativa a las necesidades del ser humano del que nos hablan todas las tradiciones de sabiduría es desde los años 90 objeto de atención por los académicos de la empresa.
Aunque si bien la gran mayoría se acercan a la espiritualidad como una píldora que puede paliar la deshumanización e instrumentalización del ser humano en la empresa, algunos van más allá al afirmar que en las condiciones actuales de competitividad de la empresa, la creatividad y la innovación son importantes, y sólo con individuos plenamente integrados en todas sus capacidades se pueden producir estos efectos. Sin embargo, el planteamiento al estar anclado en una epistemología mítica difícilmente se podrá popularizar a unos individuos del siglo XXI que entienden que no se puede creer en nada, que todo cambia y lo que ayer funcionó hoy ya no es garantía de éxito. Esta misma lógica tendría que aplicarse en la disciplina de la espiritualidad en la empresa, que busca en lógicas pasadas soluciones a la problemática actual sin haber realizado un análisis exhaustivo de las hipótesis de base.
Además de las hipótesis de base hay otras problemáticas que necesitan ser aclaradas, como el pensar que la espiritualidad es la solución a todos los problemas de la empresa. Así su instrumentalización de facto va en contra de esta misma espiritualidad.
Creemos que también sería necesario que los académicos mostraran con más énfasis que la cualidad humana no es un factor adicional o un lujo sólo de empresas punteras, sino que es una necesidad intrínseca de cualquier empresa u organización. Es intrínseca porque es la base para desarrollar propósitos y valores a los que los individuos de la empresa puedan adherirse libremente y que funcionen como elementos de cohesión para desarrollar los objetivos definidos por los miembros de la empresa. Por tanto, la importancia crítica de dedicar una labor investigadora en la disciplina de la espiritualidad en la empresa y colaborar a desarrollar métodos adecuados para popularizar una espiritualidad no mítica en las empresas.
Este artículo ha pretendido analizar lo que significa una espiritualidad mítica y no mítica con el fin de avanzar en este propósito.
Bibliografía
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