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Lluís Valls Areny, pintor, colaborador y maestro de CETR

 

Nos ha dejado Lluís Valls. Moría el 24 de agosto, de forma repentina, en su paseo matinal por los campos y bosques de Castellar del Vallés. Lúcido hasta el último momento, volcado hacia la belleza de los campos, con el cuaderno de dibujo bajo el brazo.

Hemos perdido al amigo, al compañero, al maestro, y su ausencia nos recuerda con todo el vigor lo que Lluís era, su valor, su grandeza. Lluís era un hombre bueno, de una bondad profunda y discreta, como todo en su vida. Era bueno con todo y con todos. Lo amaba todo; a los suyos, sí, pero es que con su pintura Lluís lo amaba todo. Su pintura es un acto continuo de amor por los cielos, los campos, los pueblos, por todo lo que le rodeaba.

Su pintura es honda, silenciosa, sin concesiones, buscando únicamente la verdad de la belleza. Era un maestro de los amplios espacios. En sus cuadros los espacios y vacíos expresaban su desnudez y desprendimiento interior, su enorme pureza.

Expresaba el misterio insondable de lo real con la sobriedad limpia y transparente, como él, de sus pinturas. Y lo hacía discretamente, sin darse importancia y casi pidiendo disculpas por tal atrevimiento. Por ello mismo, lo hacía profunda y eficazmente. ¡Qué poco le interesaban la fama y el reconocimiento y cuánto le interesaba la verdad de la pintura!

Fue un hombre atrapado por el amor de la belleza, que para él era también el misterio profundo de la realidad; y estaba tan hondamente fascinado por la realidad, que pasaba desapercibido. Era tan humilde y discreto que había que tener los ojos y el corazón bien abiertos y libres para poder apreciar su persona y su obra.

Hemos perdido al amigo, al compañero, al maestro, pero su vida ha sido muy bella y muy fecunda. Sin poder negar la tristeza que nos acompaña, nos embarga un profundo agradecimiento por haber conocido a Lluís, por haber compartido con él un tramo de nuestras vidas.

El curso 2003-2004, en CETR, se inauguró con una exposición suya. La presentación –a cargo de Marià Corbí- fue un motivo para reflexionar sobre arte y espiritualidad. Os invitamos a leer aquel texto, y a ver algunas de las pinturas de Lluís Valls.

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