Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos.
Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana.
Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
Trabajo interior y vida cotidiana
(extracto de: Sé lo que eres. Las enseñanzas de Sri Ramana Maharshi J.J. de Olañeta, 2005)
P: ¿Cómo puede desenvolverse un grihastha (cabeza de familia) para alcanzar moksha (liberación)? ¿No debe necesariamente convertirse en mendigo para alcanzarla?
R: ¿Por qué piensas que eres un grihastha? Si te haces sannyasi (monje errante), te perseguirán pensamientos de que eres un sannyasi. Tanto si permaneces como cabeza de familia como si renuncias y te vas a un bosque, la mente te seguirá persiguiendo. El ego es el manantial de los pensamientos que crea el cuerpo y el mundo, y te hace pensar que eres un grihastha. Si renuncias, lo único que harás será reemplazar el pensamiento de sannyasa por el de grihastha, y el entorno del bosque por el de un hogar. Pero los obstáculos mentales siempre estarán contigo. Incluso llegan a hacerse mucho más potentes en un entorno nuevo. No sirve de nada cambiarse de entorno. El único obstáculo es la mente y hay que vencerla, ya sea en el hogar o en el bosque. Si eres capaz de hacerlo en el bosque, ¿por qué no en casa? Por lo tanto, ¿para qué cambiar de ambiente? El esfuerzo lo puedes hacer ahora mismo, sea cual sea el entorno.
P: ¿Se puede disfrutar del samadhi mientras uno se ocupa del trabajo en el mundo?
R: La sensación de que “yo trabajo” es el obstáculo. Pregúntate “¿Quién trabaja?” Recuerda quién eres y el trabajo no te atará, sino que se realizará de forma automática. No hagas ningún esfuerzo por trabajar ni por renunciar. Tu esfuerzo es lo que te esclaviza.
P: Pero mi trabajo puede verse afectado si no me ocupo de él.
R: Ocuparse del Atman quiere decir ocuparse del trabajo. Como te identificas con el cuerpo, te crees que eres tú quien hace el trabajo, pero tanto el cuerpo como sus actividades, incluido el trabajo, no son algo que exista aparte del Atman. ¿Qué más da si te ocupas del trabajo o no? Cuando te diriges de un sitio a otro no vas mirando cada paso que das y, sin embargo, acabas llegando a tu meta al cabo de un tiempo. ¿Te das cuenta de cómo se realiza la acción de caminar sin que tú te preocupes por ello? Pues lo mismo sucede con otros tipos de trabajo.
P: Si uno siempre tiene presente al Atman, ¿serán sus acciones siempre correctas?
R: Deberían serlo. Sin embargo, esa persona no se preocupa de si las acciones son correctas o incorrectas.
P: ¿Cómo puedo tener la mente tranquila si la tengo que usar más que otra gente? Quiero retirarme a un lugar solitario y renunciar a mi trabajo de director de colegio.
R: No, puedes continuar donde estás y seguir con tu trabajo. ¿Qué es esa corriente subyacente que vivifica la mente y la capacidad para realizar todo ese trabajo? Es el Atman. Por lo tanto ésa es la auténtica fuente de tu actividad.
Simplemente mantente consciente de ella mientras estás trabajando y no te olvides de ella. Incluso cuando estés trabajando, contempla el trasfondo de tu mente. Para hacer eso, no tengas prisa. Tómate el tiempo que necesites. Mantén vivo el recuerdo de tu verdadera naturaleza incluso mientras estás trabajando, y evita esas prisas que te hacen olvidarte de ella. Vive pausadamente. Practica la meditación para aquietar la mente y hacer que tome conciencia de su auténtica relación con el Atman que le da apoyo. No consideres que eres tú el que está haciendo el trabajo. Piensa que es esa corriente subyacente la que lo está haciendo.
Identifícate con ella. Si trabajas sin prisas, recordando eso, tu trabajo o servicio no tienen por qué constituir un obstáculo.
P: En las etapas iniciales, ¿no sería conveniente que el hombre buscara la soledad y abandonara las obligaciones externas de su vida?
R: La renuncia siempre está en la mente, no en irse al bosque o lugares solitarios, ni en desentenderse de las responsabilidades que uno tenga. Lo principal es asegurarse de que la mente no se dirige hacia fuera sino hacia dentro. No es realmente el hombre el que decide si va a tal o cual lugar, ni si se ocupa o se desentiende de sus obligaciones. Para lo único que tienes libertad es para dirigir la mente hacia dentro y, ahí, renunciar a las actividades.
P: Pero ¿no es posible que algo sirva de ayuda, sobre todo para el principiante, igual que se pone una valla alrededor de un árbol joven? Por ejemplo, ¿no dicen nuestras escrituras que es una buena ayuda ir de peregrinaje a lugares sagrados o recibir sat-sanga?
R: ¿Quién ha dicho que no sea una ayuda? Lo único es que ese tipo de cosas no dependen de ti, mientras que el dirigir la mente hacia dentro, sí.
P: ¿Por qué lo único que depende de nosotros es dirigirnos hacia dentro y no las cosas externas?
R: Si quieres descubrir los fundamentos, debes preguntarte quién eres y averiguar quién es el que tiene libertad o está predestinado. ¿Quién eres tú y por qué se te ha dado ese cuerpo con esas limitaciones?
P: ¿La soledad es necesaria para el vichara?
R: En todas partes hay soledad. El individuo siempre está solitario. Lo que le corresponde es descubrirlo dentro de sí, no andar buscándolo fuera.
La soledad está en la mente del ser humano. Se puede estar en medio de todo el jaleo y conservar la mente serena. El que lo consigue está en soledad. Puede que otro se quede en un bosque pero será incapaz de controlar la mente, y de ése no se puede decir que esté en soledad. La soledad es una función de la mente. El que está apegado a los deseos no alcanzará la soledad esté donde esté, mientras que el desapegado siempre estará en soledad.
P: O sea que, entonces, uno puede dedicarse a su trabajo y estar libre de deseos y mantenerse en soledad, ¿no?
R: Sí. El trabajo realizado con apego es como un grillete, mientras que el que se hace con desapego no afecta al individuo. El que trabaja de esa manera está en soledad, aunque esté realizando su trabajo.