Marià Corbí Nuestro ser cognoscitivo es una suma diversificada de funciones psíquicas: percepción, sensibilidad, conocimiento, amor, imaginación, voluntad, etc.; todo ello son aspectos diferentes de nuestro ser cognoscitivo. El núcleo de nuestro ser es percibir, tomar conciencia. Caminar hacia el conocimiento no puede tener fin. Siempre empezando mundos nuevos. El camino hacia la verdad, es un camino y una búsqueda que se hace con todo el ser, con la mente y el sentir. La verdad que se indaga es, al mismo tiempo, la verdad humana y más allá de toda medida humana. Es un camino sin fin. Es aprender a ser testigos imparciales del misterio sin fin de la existencia. La naturaleza humana y su destino es aprender, y aprender sin límite. Su ser conciencia-testigo es lo que lo define, y llegar a ser esta conciencia-testigo es lo que constituye su beatitud. Las creaciones de nuestra mente dirigen nuestra suerte como humanos.
ÚLTIMAS ORIENTACIONES DEL SABIO MILAREPA
(Tíbet, s.XI-XII)
No califiquéis de religioso aquello que hacéis tan sólo por orgullo mundano. (…)
Quienes se hallan llenos de mundanales deseos nada pueden hacer por la causa de los demás. Y ni siquiera hacen nada provechoso para ellos mismos. Es como si un hombre arrastrado por un torrente pretendiera salvar a los demás. Nadie puede hacer nada por las criaturas sin conocer la esencia de las cosas. Comenzad por amar a vuestro prójimo y desead convertiros en budas por su causa.
(…)
Ligados a las letras de las fórmulas de oración,
no hallarán en las prácticas exteriores más que motivos de extravío.
Quien no extrae de sí mismo su satisfacción,
no acumula más que para enriquecer a los demás.
Quien no tiene en sí mismo la fuente de su felicidad no halla sino dolor en la felicidad exterior.
El deseo de agradar agita los cinco venenos.
Los deseos temporales separan a los más queridos amigos.
La grandeza de uno es la humillación de los demás.
El silencio sobre uno mismo evitará los conflictos.
Proteger la propia calma y evitar la turbación
proporcionará compañeros al solitario.
Tomad el último lugar y conseguiréis el primero.
Quien camina lentamente llega con rapidez.
La renuncia produce grandes efectos.
Permanecer en la vida secreta conduce por el camino más corto.
La noción de la nada engendra la piedad.
La piedad suprime las diferencias entre uno mismo y los demás.
La unión entre uno mismo y los demás realiza la causa del prójimo.
Quien realice la causa del prójimo me encontrará.
Quien me haya encontrado será buda.
Yo, buda y discípulos roguemos en una sola plegaria.
(del Testamento de Milarepa, Tíbet, s.XI)
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