Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos.
Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana.
Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
ZEN – MAESTROS DEL SIGLO XX
Kodo Sawaki, 1880-1966
Conocido por su profunda comprensión del Shobogenzo de Dogen, se negó a hacerse cargo de ningún monasterio, ni siquiera fijó su residencia en un templo o dojo. Fue siempre un monje errante. Fue un impulsor de la práctica del Soto Zen en Japón. Con una gran personalidad cuya influencia es notable aún hoy día. Recorrió todo el país enseñando Zazen tanto en universidades como en prisiones y fábricas. Su enseñanza podría ser resumida en dos puntos: exactitud en la práctica de Zazen y estudio constante del Shobogenzo del maestro Dogen.
Fue el maestro de Taisen Deshimaru al que envió a transmitir la enseñanza Zen a Occidente.
Taisen Deshimaru 1914-1982
Discípulo de Kodo Sawaki, fue el primer maestro autorizado por la Escuela Soto japonesa para transmitir a Europa su enseñanza.
Llegó a París en 1967. Durante quince años se dedicó a la expansión de la enseñanza zen, formó a más de trescientos monjes, los primeros monjes europeos, tuvo miles de discípulos laicos y se fundaron a partir de su transmisión, mas de ciento cincuenta centros en todo el continente europeo.
Conoció el Nembutsu * por la influencia de su madre una adepta de esta secta, estudió el cristianismo junto a teólogos y sacerdotes. Entró en contacto con la escuela Rinzai hasta que finalmente conoció a su maestro Soto con el que permanecería durante treinta años y de quién se convertiría en sucesor en Occidente.
Shunryu Suzuki, 1905-1971
Miembro de la escuela Soto. En 1958 se trasladó a EE.UU. donde fundó dos monasterios, en San Francisco, los primeros monasterios zen fuera de Asia.
Enseñaba que “al practicar zazen, nuestra mente siempre sigue a nuestra respiración. Cuando inhalamos, el aire penetra en el mundo interno. Cuando exhalamos, el aire sale al mundo externo El mundo interno es ilimitado y el mundo externo también es ilimitado. Hablamos del “mundo interno” y de “mundo externo”, pero en realidad sólo existe un mundo. En este mundo sin límite, nuestra garganta es como una puerta oscilante. Si pensáis “yo respiro”, sobra el “yo”. No existe tal “yo”. Lo que llamamos “yo” no es más que una puerta oscilante, que se mueve cuando inhalamos y cuando exhalamos. Sólo se mueve, y eso es todo. Cuando la mente es pura y está tan en calma que puede seguir este movimiento, no existe nada: ni “yo”, ni mundo, ni mente, ni cuerpo; tan sólo una puerta oscilante.” (Anne Bancroft. Zen, pg. 27)
Sobre la práctica del zazen decía: “Cuando os sentáis en la posición de loto, ponéis el pie izquierdo sobre el muslo derecho y el pie derecho sobre el muslo izquierdo. Al cruzar de este modo las piernas, la izquierda y la derecha se convierten en una. La posición expresa la unidad de la dualidad: no es ni dos ni uno. Esta es la enseñanza más importante: ni dos ni uno. Nuestro cuerpo y nuestra mente no son dos ni son uno. Si pensáis que el cuerpo y la mente son dos, os equivocáis; pero si pensáis que son uno también os equivocáis. Nuestro cuerpo y nuestra mente son dos y a la vez uno. Solemos pensar que si algo no es uno, será más de uno; si no es singular, será plural. Pero en la experiencia real, nuestra vida no sólo es plural, sino también singular. Cada uno de nosotros es a la vez dependiente e independiente.
Todos moriremos al cabo de algunos años. Si nos limitamos a pensar que ahí se acaba nuestra vida, habremos comprendido mal. Pero, por el contrario, si pensamos que no morimos, también estaremos equivocados. Morimos y no morimos. Esa es la comprensión correcta. Algunos pueden decir que la mente o el alma existen eternamente, y que sólo muere nuestro cuerpo físico. Pero esto no es exactamente cierto, porque tanto la mente como el cuerpo tienen un final. Pero al mismo tiempo también es cierto que existen eternamente. Y aunque los llamemos mente y cuerpo, en realidad son dos caras de la misma moneda. Esa es la comprensión correcta. (Anne Bancroft. Zen, pg. 26)
Seung Sahn, 1927
Maestro zen coreano , fue abad en Seúl, más tarde enseñó en Japón donde fundó templos en Tokio y en Hong-Kong. En 1962 llegó a EE.UU. donde ha fundado varios centros.
Seung Sahn también conocido como Soen-sa que significa ‘maestro zen’ incluye en sus prácticas el cántico de mantras, sobre todo en los casos de estudiantes que encuentran dificultades en la meditación de koans. La meditación sobre mantras no es considerada como diferente de la meditación sobre el koan.
Este maestro insiste en mantener la mente clara durante todo el transcurso de la vida, pues la mente cotidiana es el camino. Remarca que las técnicas y las posturas corporales no tienen importancia, lo importante es cómo se mantiene la mente en todo momento.
“Alguien preguntó a Soen-sa: ‘¿Cómo puedo entender el Absoluto?
Soen-sa dijo: ‘Tienes que entenderte a ti mismo’.”
(Seun Sahn. Tirando cenizas sobre el Buda, pg.10)
“...En vuestra mente hay una espada de diamante. Si queréis entenderos a vosotros mismos, cogedla y cortad lo bueno y lo malo, lo largo y lo corto, el ir y el venir, lo alto y lo bajo, Dios y Buda. Cortadlo todo.
Tenéis que proceder como si caminarais sobre una capa de hielo muy delgada, concentrándoos completamente en cada uno de vuestros pasos. Si dais un paso en falso, moriréis e iréis al infierno como una flecha.
Atravesando este reino de no-pensamiento, llegáis a la tierra del verdadero vacío. El verdadero vacío es anterior al pensamiento: Esta tierra no tiene palabras ni habla; así que en ella no hay montañas, ni ríos, ni Este, Oeste, Norte o Sur, ni Dios ni Buda.
Pero si os quedáis allí, os apegaréis al vacío y ni siquiera Buda será capaz de salvaros.”
(Seun Sahn. Tirando cenizas sobre el Buda, pg.126)
Yasutani Roshi, 1885-1973
Padre de familia y Maestro de la escuela Soto hace uso del sistema de koans de la escuela Rinzai.
Por otro lado este maestro pone énfasis en el aspecto religioso del budismo Zen, especialmente en la fe como requisito para la iluminación.
Escribió cinco volúmenes de comentarios sobre las colecciones koans más conocidos como el Mumonkan, el Hekigan-ku, el Shoyo-roku, el Denkoroku y los Cinco Grados de Tozan. Viajó varias veces a EE.UU. y Europa para dirigir sesshines *.
Enomilla Lassalle, 1898- 1990
Sacerdote jesuita que después de residir catorce años en Japón empezó a practicar zazen en 1943. Recibió la guía de Harada Roshi y de su sucesor Yamada Roshi. En tiempos del Concilio Vaticano II intervino en la redacción del Decreto de las Misiones en el que se invita a aprender de otras tradiciones. Introdujo en España la línea de la escuela Sanbo Kyodan de los maestros Harada Roshi y Yasutani Roshi. En 1985 fue relevado por su discípula y asistente Ana Mª Shlüter, que en el mismo año recibió el reconocimiento de maestra zen de Yamada Roshi.
Entre 1978 y 1985 se formaron doce zenkais o grupos zen de esta línea en la Península Ibérica.