Marià Corbí La muerte, la gran cazadora, ya me está alcanzando. Sé que es implacable, pero no es enemiga. He de apresurarme a escuchar lo que dicen todas y cada una de las cosas. Me hablan claramente y me dicen: No somos lo que te dicen tus sentidos. Tampoco somos la interpretación que haces de nosotras, según el PAC cultural que te rige. Somos lo que decimos, no lo que tú nos haces decir. Escúchanos y te hablaremos sin palabras, y nos comprenderás. No vengas a nosotras esperando algo. No vengas diciéndonos lo que somos. Cállate. Si te interesas por nosotras, y no por lo que piensas conseguir de nosotras, si tu interés es verdadero, porque sí, porque estamos frente a ti y contigo, te hablaremos claro.
1. LECTURA COMENTADA LA JOYA SUPREMA DEL DISCERNIMIENTO DE SANKARA
Sankara un gran pensador y místico de la India (788-820 d.C.) en su obra el Viveka-Suda-Mani nos muestra el enfoque Vedanta, que de forma muy simplificada se podría destilar en estas palabras suyas: “Aquí no hay muerte, ni nacimiento, ni sujeto prisionero, ni sujeto en combate, ni buscador sediento, ni Ser liberado. Ésta es la definitiva y absoluta Verdad”. Nos adentraremos en esta obra que es básica para adentrarse en el Vedanta.
Trabajaremos el libro VEVEKA-SUDA-MANI o La joya suprema del discernimiento de Sankara publicado por la editariol Sirio.
Sankara es considerado el pensador más grande de la Índia y a su misma vez místico, y esta obra como la entrada al pensamiento Vendanta.
Aquí un fragmento:
El sentimiento del Yo
El gurú
- Hay muchas obstrucciones que atan al hombre y le arrastran hacia la transmigración. La primera de ellas, que origina todas las demás, es aquella modificación producida por la ignorancia y llamada el sentimiento del yo[1].
- Mientras el aspirante mantenga el menor sentimiento, o idea del yo, no existirá posibilidad de realización, puesto que la realidad excluye todo dualismo[2]•
- Libre el hombre de los grilletes del yo, obtiene -como la Luna cuando ya no es perseguida por el demonio Rahu, su verdadera naturaleza y comprende que es puro, infinito y capacitado para gozar de una Felicidad inalterable porque ha descubierto que sus ilusorios cuerpos son mansión de la luz.
- El sentimiento del yo, que ha sido creado por la buddhi, sume al hombre en la ignorancia y le mueve a decir : “Soy esta cualidad” o “yo tengo este defecto”. Es necesario destruir hasta la raíz este obstáculo, que una vez desvanecido permite la identificación con Brahman[3].
- El sentimiento del yo. se enrosca en torno al Tesoro de la Felicidad de Brahman, como una hidra poderosa y temible. Ella lo guarda para uso propio y lo esconde en las tres bocas de sus gunas. Solo el sabio puede abatir al monstruo si cumple lo que prescribe la sruti, y franquear los tres gunas con la espada de la realización hasta gozar de la Felicidad que confiere el Tesoro[4]
- No es posible afirmar de un enfermo que está curado mientras queden restos del mal en su organismo. Con el sentimiento del yo se produce un efecto similar: mientras subsiste algo de tal sentimiento no es posible la realización[5].
- La desaparición del sentimiento del yo, facilita primero la cesación de las olas de la mente que el sentimiento del yo levanta y, después, el discernimiento de la Realidad como «Yo soy eso”.[6]
- Deja de identificarte inmediatamente con ese yo imaginado, el agente que sólo es, por su naturaleza, una modificación, un reflejo del Ser verdadero en el cual te impide establecerte. A causa de tu errónea identificación sólo has conocido en esta existencia los dolores del nacimiento, la decrepitud y la muerte. Sin embargo, tu eres el Testigo eterno, la Esencia del Conocimiento y la Felicidad absoluta.
[1] 298.1.- Cuando se descubre que el sentimiento del yo es una creencia errónea, una identificación creada sólo por la ignorancia, se ha dado un paso importante, que permite contemplar el universo objetivo de una manera nueva, no condicionada y exenta de error. (N.T.)
[2] 299. I. – Mientras el aspirante mantiene la creencia de que es un centro, un sujeto unitario que experimenta, vive en lo dual. Él es un sujeto que se enfrenta con un universo objetivo. Solo cuando se comprende profundamente que no hay, que no puede haber, un yo, intermediario entre Brahman y el universo, tal vez pueda intuir que el si mismo, es, desnudo de identificaciones, el Ser ilimitado, no nacido y uno sin segundo. Si, además, el aspirante ha comprendido la verdad de que el universo es irreal, podrá realizar que aquellos conceptos previos de relación, sujeto conocedor – objeto conocido. eran erróneos. Lo que subsiste al final de este proceso es Brahman, Brahman sólo. (N.T.)
[3] 301.1.- Para el hombre que ha destruido el sentimiento del yo, las cualidades y defectos, así como cualquier movimiento que se produce en la mente, o cualquier acontecimiento que afecta al cuerpo grosero, o al órgano interno, por muy placentero, o doloroso, o por muy importante que sea, son hechos objetivos, esto es, que le ocurren al cuerpo grosero, o al cuerpo sutil en cualquiera de sus funciones, o modificaciones, pero no a un yo, no a un mi mismo que no existe. Quiere esto decir que en la realidad no hay un yo, o «receptáculo» central y unitario de las percepciones, porque lo único que existe realmente es el Atman, el espectador infinito que permanece independiente de todo ello. (N.T.)
[4] 302.1.- La. realización conduce a lo indiferenciado (avyakta).esto es, mas de la prakriti, o naturaleza primordial y por tanto, más allá de sus tres gunas. (Cfr. sloka 278). (N.T.)
[5] 303.1 El sentimiento del yo tiene tal arraigo que .aunque haya sido abatido puede subsistir durante mucho tiempo en calidad de impresiones latentes o, incluso, de reflejos instintivos, especialmente en el cuerpo grosero y en los niveles inferiores del órgano interno. El discípulo debe ser paciente porque en lo que se refiere a la realización todo suele ir por grados.(N.T.)
[6] 304.1- La comprensión de la Realidad como “yo soy eso», es un paso importantísimo en el proceso del jnanin. La desaparición del sentimiento del yo, facilita, en efecto, la cesación de las interminables olas de la mente, cuya existencia era debida exclusivamente a las respuestas levantadas por el sentimiento del yo. Pero la cesación de las olas de la mente, permite des cubrir la realidad interior de que la mente no existe, que no existió nunca, sino solamente las olas mentales. Como explica Sankara: ‘la mente cesa entonces de ser la mente’ (Coment. a Manduk. up. III, 32), esto es, deja de ser un elemento objetivo pues se descubre como idéntica a Brahman. El jñanin que ya no objetiviza la mente y que, por tanto, se identifica con Brahman, puede exclamar con absoluto conocimiento: «Yo soy eso». (N.T.)
Fechas: 5 de octubre al 30 de mayo (jueves, 15 sesiones de 19h a 20:30)
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