Marià Corbí La muerte, la gran cazadora, ya me está alcanzando. Sé que es implacable, pero no es enemiga. He de apresurarme a escuchar lo que dicen todas y cada una de las cosas. Me hablan claramente y me dicen: No somos lo que te dicen tus sentidos. Tampoco somos la interpretación que haces de nosotras, según el PAC cultural que te rige. Somos lo que decimos, no lo que tú nos haces decir. Escúchanos y te hablaremos sin palabras, y nos comprenderás. No vengas a nosotras esperando algo. No vengas diciéndonos lo que somos. Cállate. Si te interesas por nosotras, y no por lo que piensas conseguir de nosotras, si tu interés es verdadero, porque sí, porque estamos frente a ti y contigo, te hablaremos claro.
LEER EL CORÁN HOY DESDE EL SUFISMO
Una aproximación a la hermenéutica espiritual sufí
Halil Bárcena
Halil Bárcena
“Únicamente puede ser llamado hombre
quien conoce el vino”
Sultan Valad
“Para quien posee sentido un signo es suficiente.
Para el desatento, mil explicaciones son insuficientes”
Hadji Bektash Velí
A manera de preámbulo: sobre el sufismo
Decía, y no sin razón, el monje trapense Thomas Merton que el sufismo, más allá de cualquier otra consideración de tipo académico, es un “asunto extraño”, realmente muy extraño. Extraño y desconcertante, me atrevería a añadir yo. Y lo es por muchas razones, algunas de ellas ni tan sólo intuidas, seguramente, por el propio Merton, alguien que aún viniendo de fuera tuvo intuiciones muy poderosas acerca del verdadero alcance espiritual de una mística, la sufí, a la que llegó tras haber hollado antes otros caminos espirituales orientales [1] .
El sufismo nos resulta extraño, en primer lugar, por lo oscuro…
1) Sobre Thomas Merton y el sufismo, véase Terry GRAHAM, “Sufismo: el “asunto extraño”. Puntos de vista de Thomas Merton sobre el sufismo”, SUFÍ nº 12, 2006, pp. 27-37.