Rabindranath Tagore, Últimos poemas
La vida que fluye por mis venas, noche y día, Danza en ritmos maravillosos en los cielos, Circula a través de los poros de la tierra, Llevando alegría a las hojas, flores y granos. Año tras año, vida y muerte saltan Con la marea y flujo de los océanos. Esa vida perpetua late por mis miembros, Dándoles majestad, Y el latir de las Edades Baila en mis nervios. Rabindranath Tagore, Últimos poemas, Visor de poesía, 2002Selección Pepa Torras Virgili
Ahora que siento amor
Ahora que siento amor Siento interés por todo lo que huele. Nunca antes me interesó que una flor tuviese olor. Ahora siento el perfume de las flores como si viese algo nuevo. Sé bien que ellas olían, como sé que existían. Son cosas que se saben por fuera. Pero ahora lo sé con la respiración de la parte de atrás de la cabeza. Hoy las flores me saben bien con un gusto que se huele. Hoy a veces me despierto y huelo antes de ver. Fernando Pessoa, Poesías completas de Alberto Caeiro, Editorial Pre-textos, 1997 Selección Pepa Torras Virgili
El libro de horas
Aunque todos se esfuerzan por salir de sí mismos Como de la prisión que les odia y encierra, Existe un gran milagro en este mundo: Yo lo siento: se vive toda vida. ¿Quién, entonces, la vive? ¿Son las cosas, que como melodía no tocada, en la tarde se quedan, como en arpas? ¿Son los vientos, que alientan las aguas, son las ramas, que están haciendo señas, son las flores, que tejen los perfumes, son las largas, vetustas alamedas? ¿Son los calientes animales, que andan, son las aves, que extrañas se remontan? ¿Quién la vive? ¿Tú, Dios, vives la vida? Rainer Maria Rilke. El libro de horas. Editorial Lumen, 1993
Poemas sufíes
¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mí mismo. No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán. No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar. No soy de la mina de la Naturaleza, ni de los cielos giratorios. No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego. No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad. No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia. No soy del reino de Irak, ni del país de Khorasan. No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno. No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, Ni Rizwan. Mi lugar es el sinlugar, mi señal es la Sinseñal. No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado. He desechado…