La epistemología mítica sostiene que lo que dicen nuestras construcciones lingüísticas, tales como símbolos, mitos y rituales, e incluso formaciones conceptuales, es como es la realidad. Lo que dicen los mitos y símbolos es la naturaleza misma de la realidad. Las ciencias, hasta el último tercio del siglo XX se interpretaron también desde esta misma epistemología, con algunas excepciones.
La epistemología mítica es, pues, una interpretación de la lengua y una ontología.
Este supuesto epistemológico viene avalado por la creencia de que los mitos son el legado sagrado de los antepasados o la revelación inviolable de los dioses. La garantía de la epistemología mítica es, pues, heterónoma y absoluta.
La epistemología mítica vale tanto con respecto a lo que los mitos dicen de la vida cotidiana, como respecto, y especialmente, a lo que dicen de la dimensión absoluta de lo real.
La genética de todos los vivientes hace una interpretación y valoración de la realidad, que todos los animales dan por real y que es siempre dual. Nuestra base genética también procede igual, pero es insuficiente y debe ser completada por nuestra autoprogramación lingüística mediante los mitos, símbolos y rituales.