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Colección Nº4. Ejercicios de Jñana Yoga

La estructura de nuestra percepción, nuestro pensamiento y nuestro sentir, es la propia de un viviente necesitado, que precisa vivir del medio.
La necesidad de depredar el medio para sobrevivir genera en nosotros, como en todos los vivientes, una estructura fundamental que dualiza: el viviente, su organismo, su sistema de información y acción, por un lado, el medio en el que el viviente vive, por otro.
Podríamos expresarlo así: un cuerpo, que es vivido como una individualidad, en un mundo. Esa es la estructura de los vivientes, no la naturaleza de las cosas; esa es la lectura que todo viviente tiene que hacer de sí mismo y del medio, no lo que son las cosas.

Lo que una mosca, un pez, un perro o un humano percibe, interpreta que es la realidad o valora, está en función de sus necesidades y de las acciones que debe desplegar para sobrevivir, no en función del conocimiento de lo que la realidad es en sí misma.
La percepción que tenemos de la realidad, la interpretación y valoración que hacemos de ella está en función de nuestra naturaleza de vivientes depredadores, no en función del desentrañamiento de la realidad.

Los hombres de las diversas culturas estamos sometidos a estas leyes básicas y generales de los vivientes.
Los hombres nos vivimos y experimentamos como sujetos de necesidades, en un mundo de objetos, con los que nos satisfacemos
La causa de nuestros sufrimientos es la identificación con ese paquete de necesidades, con ese sujeto de necesidades que somos, y la identificación con la dependencia de los objetos deseados.
Identificarse con unas necesidades es identificarse con unas interpretaciones y valoraciones de la realidad. Identificarse con un sujeto de necesidades quiere decir quedar enclaustrados en unos cuadros de interpretación y valoración y, por tanto, de acción.

Por tanto, nuestra incapacidad para distanciarnos de nosotros mismos, como sujetos de necesidades, es la causa 1º, de la gran mayoría de nuestros sufrimientos profundos, 2º, de la incapacidad de nuestra mente y nuestro sentir para salirse de los marcos que le dicta la necesidad, y la necesidad de un viviente siempre es una necesidad inmediata.
Eso determina que nuestras interpretaciones, proyectos y acciones estén rígidamente modeladas por la necesidad y que miren el corto plazo.
También genera en nosotros un error fundamental porque lo que comprendemos percibimos y sentimos, no es lo que la realidad es, sino lo que nosotros precisamos ver y sentir en ella para sobrevivir.
Para todos los vivientes, y también para nosotros, la realidad es dual, está compuesta de sujetos de necesidad y objetos.
Sin embargo, la realidad en sí misma no sabe nada de dualidades ni de sujetos y objetos; lo real es no dual.

Otra consecuencia de la dictadura de la necesidad inmediata en las interpretaciones, proyectos y acciones es la fijación, la falta de flexibilidad, la inercia e incluso la resistencia al cambio.
La mayoría de nuestros errores de juicio y valoración y, por tanto de proyecto y de acción, nacen de esa incapacidad de distanciarnos de nuestras necesidades inmediatas.
La incapacidad para distanciarnos del sujeto que ha de satisfacer sus necesidades día a día, es la causa de que no orientemos nuestras acciones convenientemente a medio y largo plazo.
Eso no era grave en sociedades que vivían largos espacios de tiempo haciendo siempre lo mismo. Pero es grave para sociedades que han de vivir de la innovación y cambio continuo.

El Yoga del Conocimiento pretende salirse de la realidad que la necesidad construye y acceder a la realidad que es, lo real no dual. El conocimiento del “no-dos” es el fin de la ignorancia causa del sufrimiento, es la libertad, la iluminación y la paz.

EJERCICIO nº 1.

Prerrequisitos para la meditación.
-Acepta tu vida y las condiciones de tu existencia. Vive tu vida como venga, pero siempre alerta y vigilante, permitiendo que todo ocurra como ocurre, haciendo las cosas de un modo natural, sufriendo y gozando de lo que la vida ofrezca.
-Purifícate mediante una vida útil y ordenada. Vigila tus pensamientos y sentimientos, tus palabras y obras. Esto aclarará tu visión.

Meditación.
-Vuélvete hacia adentro, vuélvete a tu conciencia de existir, a la presencia de tu propio existir. Siente tu propio ser. No ser esto a aquello sino ser, simplemente ser.
-Vuélvete a la experiencia “soy”. Permanece ahí todo el tiempo libre del que dispongas.

-Conocemos el mundo exterior de personas, cosas, ideas, acciones, pero sabemos poco de nuestro mundo interior de pensamientos y sentimientos. Ignoramos mucho más la fuente de nuestro ser.
-La meditación orienta hacia el interior y pretende dos cosas.

1ª, hacernos conscientes de nuestros pensamientos y sentimientos, de nuestra vida interior, para irla conociendo.
Observar el fluir continuo de nuestra mente y corazón, los aquieta, los calma y desvela su naturaleza frágil, cambiante y vacía.
Somos esclavos de lo que no conocemos; el conocimiento suelta las cadenas y libera las energías sometidas del pensar y del sentir.

2ª, hacernos conocer, intuir en nosotros mismos, el origen de la existencia y de la conciencia. La meditación nos conduce a la fuente de la realidad que reside en nuestro propio interior, más íntima a nosotros mismos que la propia yugular.

-La verdad no es una formulación, es una presencia.
No es la presencia ni de un objeto ni de un sujeto.
Para nosotros, vivientes perceptivos, la verdad es vacía.
-La verdad se manifiesta espontáneamente y sin esfuerzo

-cuando las cosas se dejan a sí mismas y no se interfiere en ellas,
-cuando no se esquivan, ni se desean, ni se conceptualizan,
-sino que se experimentan con una conciencia total.

-Rechaza todos los pensamientos excepto uno: “Soy”. La mente se rebelará al principio pero, con paciencia y perseverancia, cederá y se quedará tranquila
-Una vez estés tranquilo, las cosas comenzarán a suceder de forma natural y espontánea.

EJERCICIO nº 2.

Empezar el ejercicio observado el flujo de mi mente, hasta que se calme.
Desde el silencio interior reflexionar hasta comprender sobre la aceptación.

-Sea el que sea el acontecimiento que se presente, acógelo calmadamente y acéptalo.
-Lo que ha ocurrido, ha ocurrido. ¿Verdad que es imposible negarlo? Pues acéptalo.
-Cuando un acontecimiento ha ocurrido, ningún otro es posible en su lugar. Verlo y sentirlo así equivale a decir: “sí, así es”. Eso es tomar posesión del hecho.

-¿Qué hay de malo en buscar lo agradable y apartarse de lo desagradable? El río de la vida discurre entre las riberas del sufrimiento y del placer. No hay problema a menos que lo mental rechace fluir con la vida y pretenda quedarse anclado en una ribera.
-Fluir con la vida es la aceptación; dejar llegar lo que viene y dejar ir lo que se va.
-No desees, no tengas miedo, observa el presente tal cual es y como llega.
-Tú no eres lo que llega, sino aquel a quien eso llega, el observador.
-En el fondo, no eres ni siquiera el observador. Eres la potencialidad última cuya manifestación es la conciencia que todo lo abarca.

-Debes ser un “sí” sin ningún “no”. Lo que hay es “es”, el “debería ser” no existe.
-Si deseas otra cosa, dices “no” a lo que hay. Entonces amas más a tu criterio que a la realidad que es.
-Lo que ha ocurrido, ha ocurrido. No digas “no”, no desees “otra cosa”. Lo mismo con respecto a la relación con las personas. Hay que tomarlas “como son”, “como deberían ser” no existe. Acéptalas, reconócelas, diles “si”. No rechaces lo real por tu idea. No te alejes de la persona que existe por amor a “tu idea” de ella.
-Es preciso decir “sí” enseguida y en primer lugar. Una aceptación profundamente sentida. Ningún “no”, ningún rechazo.
-Acepta, y si después de haber aceptado, hay alguna cosa a hacer, hazlo lo mejor que puedas en la medida de tu comprensión y de tus fuerzas y entonces, acepta de nuevo.

-Desear que las cosas sean de otra manera, eso es ignorancia.
-La fuente de la desgracia reside en el hecho de no ver, -porque no se acepta-, “lo que es”, “lo que ocurre” y querer que “sea y ocurra otra cosa”.
-No viendo lo que es, lo mental suspira por otra cosa. “Pensar” y “desear” recubren de sombra el “ver” y el “ser”.
-Lo que ocurre está bien porque sólo lo que ocurre es el “uno sin segundo”, lo que yo desearía que ocurriera es sólo una representación de mi mente.

-Donde hay aceptación hay paz. Donde hay rechazo no hay paz.

EJERCICIO nº 3.

Preliminar: Observa tu propio interior y tu entorno, especialmente lo que causa dificultad, dentro y fuera.

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-Ponte un desafío: ¿Existe realmente otra cosa que lo que ocurre? No, no. ¿Entonces? Toma, acepta, reconoce lo que es.

-Acepta y vivirás en paz. Ningún rechazo. No dejes entrar al “no” en tu vida. Sé y acepta.

-No esperes ninguna otra cosa que lo que es.

-Para conocer hay que aceptar. Lo que viene, tal como viene, es el “no-dos”. Si no aceptas por completo lo que viene, si lo rechazas o le pones “peros”, rechazas y pones “peros” al “no-dos”.

-Lo que llega, lo que ocurre y cómo ocurre, es la Verdad.

-Aceptar y amar son uno y lo mismo.

-La esencia de la sabiduría es la aceptación total del instante presente, la armonía con las cosas, tal como llegan. El sabio no desea que las cosas sean de otra forma de como son; sabe que, teniendo en cuenta todos los factores, son, de hecho, inevitables. Está en armonía con lo inevitable, por ello, no sufre. Si puede, hará lo necesario para restaurar el equilibrio, o dejará las cosas seguir su curso.

EJERCICIO nº 4.

Preliminar:
-La observación silenciosa es el fundamento del yoga; es la base de todo el trabajo interior.
-La observación atenta comporta interés, y el interés es amor. Para indagar y descubrir hay que poner todo el corazón y toda la mente. Eso es la atención.

-Das realidad a tus ideas que son conceptos, que no son más que deformaciones de la realidad. Renuncia a toda conceptualización, a toda representación; sé silencioso y atento.
-Intenta comprender que vives en un mundo de ilusión; estúdialo y por sus raíces al desnudo.

Ejercicio.
-Obsérvate en tu vida cotidiana, con interés vigilante, con la intención de comprender más que de juzgar; en la entera aceptación de lo que pueda emerger, porque con eso animas al fondo a venir a la superficie y enriqueces tu vida con energías cautivas. Por la comprensión suprimirás los obstáculos a la libertad. La atención alerta es la madre de la inteligencia.

-Vigila a tu yo en la actividad y en el reposo: cómo se pone en marcha, cómo cesa, lo que quiere y cómo lo obtiene; hasta que tengas una visión lúcida y una comprensión completa.

-Observa asiduamente tu vida, siempre cambiante. Sondea profundamente los motivos de tus actos y atravesarás pronto la bola en la que estás encerrado.
-Si observas las idas y venidas de tu mente y tus sentimientos, los pensamientos y los sentimientos se pararán y descubrirás la paz del espíritu que constituye tu naturaleza verdadera.

-Mira lo que llega a tu mente. Haz esa única cosa con aplicación. Es todo.

Observaciones:
-No combatas tus pensamientos ni tus sentimientos. No hagas nada con respecto a ellos; déjalos existir, sean los que sean. Combatirlos les da vida. Conténtate con no hacerles caso; míralos a través. Lo que llegue, llegue
-No es necesario que dejes de pensar, basta con que no des ninguna importancia a tus pensamientos. Cesa sólo de reaccionar a esos pensamientos, de estar apegado a sus contenidos. El desapego libera.
-No quedes fijado por ninguno de tus pensamientos ni sentimientos, suéltate de ellos, despégate. No hay nada más que hacer.
-Sólo observa; renuncia a tu hábito de esperar resultados y toda la libertad del universo será tuya.
-Renuncia al esfuerzo.

NOTA. La propuesta es para trabajarla toda la semana. Aquí la ejercitamos por primera vez para poder aprender el procedimiento y sus dificultades.

EJERCICIO nº 5.

-Mira tus pensamientos como miras el tráfico de la calle. Las gentes van y vienen; lo adviertes, pero sin responder.

-Deja las cosas ir y venir. Los deseos y los miedos son también cosas; no les hagas caso. Desde tiempos inmemoriales el polvo de los acontecimientos se ha posado sobre el espejo límpido de tu mental. Barre el polvo antes que tenga el tiempo de incrustarse, eso pondrá al desnudo los viejos niveles, hasta que descubras la verdadera naturaleza de tu mental. Todo esto es muy simple y relativamente fácil; sé aplicado y paciente.

-Intenta comprender que vives en un mundo de ilusión, estúdialo y pon sus raíces al desnudo.

-Examina con diligencia todo lo que se encuentra en el campo de tu atención. Con la práctica el campo se ampliará y la investigación se profundizará, hasta que el campo se haga ilimitado y la investigación espontánea.

-Permanece tranquilo Cumple tu tarea en el mundo, pero en ti mismo permanece en calma. Tu esperanza reposa en el silencio de tu mental y en la quietud de tu corazón.

-Para el que busca la realidad, no hay más que una sola meditación: un rechazo riguroso de acoger pensamientos. Estar libre de pensamientos es en sí una meditación.
¿Cómo practicarla? empiezas por dejar fluir los pensamientos, mirándolos. La simple observación ralentiza lo mental hasta que se para completamente. Una vez calmado lo mental, guardas la calma. Que esa paz no te aburra, permanece en ella, profundiza más y más en ella.
Vigila tus pensamientos y obsérvate vigilando los pensamientos. El estado de desapego de todo pensamiento se producirá repentinamente, y lo reconocerás por la beatitud que es la marca.

EJERCICIO nº 6.

-Empieza por ser un centro de observación, de conocimiento deliberado, después ese conocimiento florecerá como un centro de amor activo.

-Permanece tranquilo y examina lo que aparece en la superficie de lo mental. Rechaza lo conocido, acoge lo que, hasta ese instante, era desconocido, y recházalo a su vez. Alcanzarás así un estado en el que no hay conocimiento sino sólo el ser. El ser mismo es conocimiento. Conocer por la experiencia de ser es el conocimiento directo.

-El hecho de observar transforma al observador y lo que es observado.
Lo que impide la visión penetrante de nuestra verdadera naturaleza es la debilidad y la estrechez de nuestro mental y su tendencia a dejar de lado lo sutil para concentrarse únicamente en lo grosero.

-Intenta estar en calma, todo vendrá a ti, el trabajo, la fuerza para hacerlo, la motivación justa.
No te angusties por tu porvenir, quédate tranquilo hoy y todo se pondrá en su sitio.
Lo inesperado llegará ciertamente, mientras que lo esperado puede no producirse jamás.

-Estate abierto y tranquilo, es todo. Lo que buscas está tan próximo de ti que no hay lugar para un camino.

-Es preciso que consagres tu corazón y tu mental a estas cuestiones y que les des vueltas sin cesar en tu espíritu. Pasa como al cocer los alimentos, hay que guardarlos un cierto tiempo en el fuego antes de que estén preparados.

-¿Cómo hacer para comprender? Por la meditación, que es la práctica de la atención. Hazte plenamente consciente del problema, obsérvalo desde todas sus caras, estudia la manera con la que afecta en tu vida. Luego déjalo en paz. No puedes hacer nada más. Ya se cocerá.

-Fija tu atención sobre una sola cosa y esfuérzate de no apartarte. Todo irá bien.


EJERCICIO nº 7.

-En la meditación consideras la enseñanza recibida bajo todos sus aspectos y, a menudo, hasta que nazca la lucidez y la confianza y con la confianza, la acción.
La convicción y la acción son inseparables. Si la acción no se sigue a la convicción, examina tus convicciones, no te acuses de falta de coraje. Despreciarte no te llevará a ninguna parte. ¿De qué utilidad puede ser la voluntad sin la claridad y un asentimiento emocional?

-El valor de la meditación regular reposa en el hecho de que aleja de la monotonía de la rutina diaria, y te recuerda que no eres lo que crees ser.

-La meditación es una tentativa deliberada de elevarse a más altos niveles de conciencia y, en definitiva, de ir más allá. El arte de la meditación es el arte de transferir el foco de la atención a planos cada vez más sutiles, sin por eso perder la presa que se tiene sobre los planos precedentes.

-Se llega al último estadio de la meditación cuando el sentimiento de identidad sobrepasa el “yo soy un tal”, sobrepasa el “yo soy así”, sobrepasa el “no soy más que el testigo”, y llega, más allá de todos estos estados, al puro ser impersonalmente personal.

-Al término de la meditación todo será conocido directamente. Ninguna prueba se requerirá, sea de la naturaleza que sea. Cada gota del océano lleva en ella el gusto del océano y, lo mismo, cada instante es portador del gusto de la eternidad.
Cuando hayas gustado por ti mismo, encontrarás el gusto por todas partes y en cada instante. Una vez que lo conozcas, no lo perderás jamás.

EJERCICIO nº 8.

-El camino es una tentativa obstinada por sobrepasar las formas verbales y acceder a las que no lo son.

-Para ir más allá de lo verbal, que es lo mental, es necesario estar en silencio y en paz. Paz y silencio, silencio y paz, he ahí el camino.

-El camino del silencio y de la paz es el camino de la pérdida de la individualidad. Los métodos están hechos para los indagadores que todavía no han perdido su individualidad. El método se indica al buscador para permitirle perder su individualidad.

-El hombre en su condición ordinaria vive bajo la ilusión de estar separado de su fuente. Esta ilusión debe ser destruida. Todo método que apunta a esta destrucción se llama yoga.

-Los contactos con los objetos otros que sí mismo, despiertan el deseo o el rechazo y vuelven agitado a lo mental.
La indiferencia, el desapego respecto de todo lo que no sea el Ser, constituye la primera etapa.
Viene a continuación el hábito de introspección y de concentración.

-El examen de la naturaleza efímera y vacía de los fenómenos exteriores conduce al desapego.
-Cuando la introspección y la indagación se desarrollan, la fortuna, la fama, el confort, los placeres, etc. pierden su peso y su valor.
-Los procesos de la mente se hacen más y más claros al examen y se hace más patente la fuente del yo.

-Sin embargo, si el aspirante no está dotado, por temperamento, para la vichâra marga (el método de la introspección), debe volverse a la vía de la devoción (entrega de mente y sentir) por un ideal, sea Dios, el maestro, la humanidad en general, el saber, la moral, la belleza. Cuando uno de estos amores toma posesión del individuo, todos los restantes apegos se debilitan y el desapego crece al mismo tiempo que se desarrolla el ideal, hasta el momento en el que invade la persona entera.
La concentración se desarrolla paralelamente e imperceptiblemente, sea o no acompañada de soportes directos.

-A falta de vichâra y bhakti se puede recurrir a un método natural de tranquilización mediante el prânâyâma (control de la respiración) que actúa como un sedante. Cuando la vida está en peligro, todo el interés se concentra sobre un solo punto, el de salvarla. Lo mismo, si el aliento es controlado y retenido, lo mental no pude permitirse andar saltando entre sus juguetes preferidos, los objetos exteriores, y no lo hace más. Mientras la atención se vuelve hacia la respiración y su control, los otros intereses se desvanecen.

-Quien tenga dificultades con los métodos anteriores, debe tomar recurso del Karma-Yoga (yoga de la acción): cumplir buenas acciones sin ningún beneficio propio, por ejemplo, lanzarse a algún servicio a la sociedad. Su pequeño yo se afirmará con menos fuerza y tendrá así la posibilidad de dar libre curso a su naturaleza profunda. Así, también, se hará capaz de enrolarse en una de las vías anteriores, o de mejorar su rendimiento.
También con sólo el Karma-Yoga puede lograr que su intuición se desarrolle.

-La postura (âsana) no tiene un especial interés si se sigue la vía del conocimiento. Lo que cuenta es tomar asiento firme en el Ser. Se trata, sobre todo, de una postura interior.
-Dicen los maestros vedanta que el Hatha-Yoga es útil a aquellos que no pueden tranquilizar su mente con otros métodos.


EJERCICIO nº 10.

-Da reposo a tu mente. Comienza liberándola de su actividad. Dale paz; apártala de las distracciones; permanece tranquilo. Enséñale a volverse hacia el interior; haz que adquiera el hábito.

-Los contactos con los objetos excitantes, vuelven agitada a la mente. El desapego respecto de todo lo que no sea el Ser, es una etapa imprescindible. El examen de la naturaleza efímera de los fenómenos exteriores conduce al desapego (vairâgya).

-Viene a continuación el hábito de introspección y concentración.
La introspección es una indagación interior. La indagación también conduce al desapego.

-Escuchar únicamente no te ayudará mucho. Es preciso que guardes en tu mente lo que los maestros te dicen. Intenta comprender; rómpete la cabeza en ello.

-La vía que enseñan es la vía antigua y simple de la liberación por la comprensión. Comprende tu mental y la presa que tiene sobre ti, se quebrará. Lo mental, el ego, no comprende, es su naturaleza misma. Sea como sea el nombre que le des, la comprensión justa es el único remedio.

-Esta es la enseñanza que debes comprender: “No eres lo que crees ser”.

-Encuentra lo que no has perdido.

-Sumérgete profundamente en la pura sensación de existir, sin más calificativos, expresada como “soy”-equivalente a expresión el Ser está aquí;- o expresada como “yo soy” –equivalente a la expresión el Existir está aquí, en la realidad que yo llamo mi ser.

-Concentra tu mente, tu atención y tu tiempo libre en la pregunta “¿quién soy yo? ¿qué es lo que hay aquí en mí?” Intenta sin descanso responder a esta pregunta. La respuesta no puede ser una formulación, ni una palabra, sino una comprensión directa, como una visión.

-Te basta con saber lo que no eres. No necesitas saber lo que eres, porque lo que eres no puede ser descrito más que como la negación de todo. Todo lo que tu puedes decir es: “no soy esto, no soy aquello”. No eres nada imaginable. No eres nada concreto.

-Ponte a la tarea con celo. Tus tanteos ciegos mismos están llenos de promesas. Tu búsqueda misma es el descubrimiento. No puedes fracasar.


EJERCICIO nº 11.

-Empieza siendo consciente de ti mismo; consagra toda tu atención a tu mental.
No pretendas resultados rápidos, sé paciente. La falta de atención ha construido lo que eres; la atención dará sus frutos en el futuro. Los cambios será más lucidez en tus reflexiones, más compasión en tus sentimientos, más rectitud en tu conducta.

-Indaga en ti mismo, si quieres conocer al Absoluto. Busca en tu mente y en la fuente de tu mente; en tu ego, y en la fuente de tu ego.

-Cuando se comprende que Eso-real “no es otro” que mi propia realidad, se termina la separación.

-Quien busca en su interior al Ser-Conciencia (Sat-Chit), aleja la duda y el miedo y calla todos los pensamientos y sentimientos centrados en torno del yo.

-No necesitas esperar lo que ya está en ti. Rechaza el sentimiento y la opinión de que “el que es” todavía debe ser hallado y que está más allá de ti mismo. Aparta las corrientes de pensamientos y sentimientos que invaden tu mente y te abrirás a la percepción directa en ti mismo.

-La pregunta sobre la propia realidad, sobre “¿qué es lo que hay aquí?” sobre “¿quién soy?” es la cuestión última a la que cada uno debe encontrarle una respuesta.
La respuesta siempre será la misma, porque es vacía y sin palabras, pero se expresará diversamente, según la cultura, la propia historia, el temperamento y las esperanzas que se tuvieron al arrancar la indagación.


EJERCICIO nº 12.

-La historia personal ha empleado una enorme energía para construir una prisión. Hay que servirse de una energía mayor para demolerla.
La demolición es fácil, porque lo falso se desvanece en cuanto es descubierto.

-Para conseguirlo hay que empezar por poner en cuestión las cosas que parecen más evidentes: ¿existo verdaderamente como entidad separada? ¿quién soy?

Todo el engaño reposa sobre la idea “yo soy”. Hay que examinarla cuidadosamente. Ella ha creado la ilusión de una separación donde no existe ninguna.

La separación hace del ego un extranjero en el mundo que él mismo crea.

Cuando el sentimiento de ego desaparece, sobreviene la calma; cuando vuelve, se reinician las perturbaciones. Cuando se descubre, gracias a la indagación, la fuente del ego, ya no se manifiesta más.

-Esta es la enseñanza: la comprensión es el único remedio justo.
Y esto es lo que hay que comprender: no eres lo que crees ser.

La imagen que tienes de ti mismo son sólo representaciones, recuerdos.
Encuentra lo que eres, no lo que te representas ser.
Encuentra lo que, en ningún momento, has perdido.

-Para conocer tu auténtico ser no tienes que practicar nada. Lo que ya eres, no se alcanza con ninguna práctica. Para conocerte bastará con que seas lo que eres. ¿Cómo? Cesando de imaginar que eres esto o aquello.

Sé únicamente. Observa ese puro existir sin calificaciones.

Mira tu propio existir y deja así que tu naturaleza emerja.

Rechaza toda imaginación, toda representación.

EJERCICIO nº 13.

-El desapego es el primer paso a la paz y al conocimiento.

¿Cómo conseguir el desapego en medio de los estímulos de las cosas que nos rodean?
Con el análisis detenido de la naturaleza efímera de las cosas y las personas. Este es el primer paso para conseguir el desapego y con él, la paz que se requiere para el conocimiento.

El segundo paso, y definitivo, se dará con la indagación misma de lo que es mi realidad. La aproximación a “lo que es”, el “no-dos” pone en evidencia “lo que no es”, lo que es sólo cáscaras vacías concebidas, construidas y sustentadas en nuestras necesidades.

Quien se aproxima al conocimiento del Ser real, se desapega de lo que sólo parecía ser. Con el desapego están abiertas las puestas a la indagación del puro existir del “yo soy”.

-La indagación comienza con la meditación.
El propósito de la meditación es ver lo falso como falso.
La meditación es el ejercicio diario y deliberado de discernir entre lo verdadero y lo falso y renunciar a lo falso.
Hay muchos tipos de meditación, pero todos tienen el mismo propósito.

La meditación te ayudará a encontrar tus fijaciones, a aflojarlas, a desatarlas, a soltar amarras.
Cuando ya no estés apegado a nada, habrás hecho tu parte. El resto será hecho para ti.

¿Por quién? Por el mismo poder que te ha llevado hasta aquí, que impulsó a tu corazón a desear la verdad y a tu mente a buscarla. Es el mismo poder que te mantiene vivo. Puedes llamarlo como quieras.

-Pon en el trabajo todo tu corazón, tu alma, toda tu atención y todo tu tiempo libre. Tu dedicación marcará el grado de tu progreso.

-Cuando hayas comprendido lo falso, lo que no eres, establécete firmemente en la conciencia de “existir” sin calificación ninguna. Céntrate en esa conciencia y permanece en ella.


EJERCICIO nº 14.

-Sumérgete profundamente en la “sensación de existir” que se muestra como “yo soy”.
Contémplala con calma y pregúntate de dónde viene.

Esa sensación de existir está siempre presente, pero está recubierta de todo tipo de cosas tales como soy este cuerpo, estos sentimientos, estos pensamientos, estas opiniones, estas posesiones.
Esos revestimientos te inducen a creerte lo que no eres.

-Observa ese “yo soy” con todos sus revestimientos. La realidad de tu ser está detrás de todos ellos. Si permaneces tranquilo y en silencio, emergerá y te acogerá.

Rechaza todo pensamiento, excepto uno: “yo soy”.
La concentración sobre el “yo soy” es la concentración sobre el sentimiento de puro ser, sin revestimiento alguno.

Todos los pensamientos y sentimientos que vengan al espíritu, ligados al “yo soy”, que no sean la pura sensación de existir, no hay que prestarles ninguna atención.

-La mente, puesto que es un instrumento de supervivencia, está vuelta hacia el exterior; la faena que se propone es interiorizarla, invertir la dirección de su flujo.
Sólo desde la interiorización de la mente prevalecerá el sentimiento de ser sin cualificación ni relación ninguna, sentimiento de ser simplemente y absolutamente.

Cuando la mente se calma y se centrea sobre el puro “soy”, aquí, en mí, en la experiencia directa e inmediata, se capta la pura existencia, la existencia sin más.

-Para indagar en ese vacío de formas hay que dejar atrás las palabras.
Cuando las palabras quedan atrás sólo queda la visión directa, sin intermediación ninguna, dentro de uno mismo.

Permanece más allá de todo pensamiento, en el silencio de la conciencia de ser
.
Pon toda tu atención en el “yo soy”, sin pelearte con tus pensamientos, tus sentimientos, tus recuerdos, tus proyectos.
Nada permanecerá si no le prestas atención; es el apego emocional el que mantiene vivos y vibrantes a todos esos procesos de la mente.

EJERCICIO nº 15.

La música es la expresión de un comprender y sentir en el que no hay ni sujetos ni objetos.
La gran música tiene la misma la misma estructura que el conocimiento silencioso porque es comprender y sentir la realidad de lo que hay, sin que haya un sujeto que comprende ni nada objetivo comprendido.
La gran música no expresa los sentimientos del autor ni sus concepciones. El autor desaparece en la obra. Lo que la obra dice en formas sonoras es mayor que el autor y su historia personal; lo que dice la obra es una pura comprensión de la realidad, que es también un puro sentir. Esa comprensión y ese sentir no es de ningún objeto, ni de ninguna individualidad. Es comprensión y sentir vacío de cualquier objetivación y vacío de sujeto conocedor.
Cada autor tiene su estilo inconfundible de decir y su peculiar comprensión y sentir de lo real, pero en su obra, y con su estilo, no hay ningún sujeto ni ningún objeto.
Hay músicas que expresan los sentimientos del autor. En esas obras, se dice con formas sonoras los sentires de una subjetividad, pero, incluso en ese caso, se mantiene un cierto grado de universalidad. Igualmente, hay músicas que sugieren ambientes, determinados tipos de realidades o de situaciones. También en estos casos la referencia a objetos es general y poco concreta.
Por consiguiente, aunque haya músicas que hacen una cierta referencia al sujeto y otras que la hacen a lo objetivo, el núcleo de la gran música es una concreción en formas sonoras de una comprensión y un sentir en el que no aparece ni el sujeto ni los objetos.
La música es una prueba patente para todo el mundo de que el conocer y sentir silencioso existe. Es una prueba patente de que el hombre tiene la capacidad de un conocer y sentir en el que están ausentes tanto los sujetos como los objetos.
De las otras bellas artes podría decirse algo semejante, pero no con la falta de ambigüedad y pureza de la música.

EJERCICIO nº 16.

-Mantener la atención distante del flujo de los pensamientos y los sentimientos del ego, es un ejercicio saludable y necesario. Cuando la atención, y el observador con ella, se disocia del flujo mental, aparece el testigo. La atención debe identificarse con el testigo.

-La actitud de testigo supone desplazar el interés y la atención
-de la implicación en el flujo de la mente, flujo de pensamientos, sentimientos, proyectos y recuerdos,
-a la observación de ese mismo flujo.

-No puede haber testigo sin distanciamiento y desapego. Si están presentes estas dos cualidades, el bloque de mi atención puede situarse en la orilla del río mental y observarlo. Si falta la distancia y el desapego, estaré sumergido en las aguas del río.

Observa tu mente con desapego y distancia. Eso bastará para calmar tu monólogo interno. Cuando al río mental le falta la energía de la atención y la implicación, porque esa atención se ha desplazado a las orillas, las aguas se remansan.

-Tranquiliza tu mente. No la ocupes constantemente. Para; dale reposo. Tener la mente siempre ocupada, debilita al testigo.

Si la mente se calma, se purifica y adquiere vigor. Con el torrente del flujo mental serenado, la comprensión es más clara y más vigorosa. Cuando la fuerza de las aguas está encalmada, el testigo puede conocer desde fuera el correr de las aguas. Si las aguas están muy embravecidas, es difícil alcanzar la orilla para contemplar el discurrir de las aguas.

Precisas un mental apacible. No hay paz sin distancia y desapego. De ahí se seguirán todos los bienes. Para que pueda surgir el testigo necesitas un mínimo de paz en la mente y en los sentimientos. Una vez surgido el testigo, su mirada terminará por calmar las aguas.

-Mira y sé, simplemente. Entonces te conocerás como el testigo inmutable de lo mental cambiante

Advierte tu condición de testigo lúcido, distante y desapegado. Advierte su modo de ser. No podrás observarlo directamente, porque no podrás objetivarlo ya que es vacío; no es ni un sujeto ni un objeto, esta vacío de todo eso. Es puro observador y no se puede observar al observador, como no se puede ver la visión.

EJERCICIO nº 17.

1º. Calmar la mente observando con distancia y desapego el tráfico en la mente de pensamientos y sentimientos, recuerdos y proyectos; como quien observa desde la acera el tránsito de la calle.

Observarlo bien, hasta que se adviertan todos sus detalles.

2º. Advertir la condición de testigo distanciado y desapegado del que observa el tráfico.

Esforzarse en discriminar, con claridad, el tráfico, que es el ego, del testigo de ese tráfico y de ese ego.

3º. Advertir la naturaleza peculiar del testigo.

-un estado de conciencia que conoce y no es un sujeto de necesidades,
-conoce y lo que conoce no son objetos para él:

-los deja fluir sin intervenir,
-no busca nada en ellos,
-no pretende interpretarlos ni conducirlos ni pararlos,

-sólo es pura observación,
-puro advertir lúcido y detallado.

En ese peculiar conocer, el sentir está implicado, pero es un sentir peculiar. Advertir su peculiaridad:

-completamente vuelto al tráfico, interesado pues, pero sin responder a él,
-interesado, pero sin que le afecte, como si no tuviera que ver con él.

4º. Advertir claramente esta peculiar manera de conocer y sentir: sin sujeto de necesidades, sin objetos que conseguir o interpretar.

Esa peculiar naturaleza lúcida, distante, desapegada, alerta, es nuestra; más íntimamente nuestra que el tráfico observado en el ego.

Esa insospechada forma de conocer y sentir es nuestra, aunque no sea la propia de un sujeto en un mundo, ni la de una persona individual y concreta.

5º. Indagar todas estas cuestiones

-hasta discriminarlas con claridad,
-hasta verificar, es decir, ver que no son especulaciones teóricas, conceptos, sino realidades comprobables.


EJERCICIO nº 18.

-Lo Real está más allá de toda descripción. Toda descripción habla de una forma del “no-dos”, pero nunca puede hablar del “no-dos” mismo, desnudo de formas. Lo Real es vacío de toda forma.

Ese vacío no se puede objetivar, por consiguiente, a lo Real sólo se le puede conocer, siéndolo. Siendo “el que es”, se le conoce; no de otra manera.

Cualquier otra manera, le situaría en el orden de las formas, por tanto, en el de la dualidad, de la objetivación y de la pluralidad, que sólo reside en mi mente.

-Para dar con lo que es Real, sumérgete en tu propio interior y lo encontrarás en ti mismo.

Pero piensa que lo Real no es el logro de una transición, no es el término de un proceso.
No es un estado del espíritu, ni de la conciencia; no es algo que tenga un principio y un fin, que se presente o que no se presente.

Lo Real no es una experiencia. La experiencia se alimenta del cambio, de lo que va y viene. Versa sobre cosas que ocurren o no ocurren.

Lo Real es el “no-dos”, no es un fenómeno, por lo mismo, no puede ser experimentado.
Si esperas que la Realidad se manifieste como una experiencia, esperarás sin esperanza, porque la Realidad ni viene ni se va. Si la esperas así, no vendrá jamás a ti porque la tendrás delante y no la advertirás.

¿Cómo podría la Realidad depender de la experiencia, cuando es la base misma de la experiencia? La Realidad está en el hecho mismo de la experiencia, no en un tipo peculiar de experiencia; no es una experiencia peculiar entre las experiencias

-Lo Real se advierte, no se espera. El deseo ardiente de lo Real y su búsqueda son el modo de operar y la acción de la Realidad misma.

Para advertir lo Real,

-deja a un lado todo tu mundo de interpretaciones, conceptos y valoraciones
-e intenta volver todo el interés de tu mente y sentir, a “eso que es”
-vacío de toda categorización de sujetos y objetos,
-y que se presenta directa e inmediatamente a la propia conciencia
-como su propio ser.

EJERCICIO nº 19.

-Mira el acontecimiento en tanto que tal acontecimiento, lo transitorio como transitorio, todo tal como viene, y habrás cumplido todo lo que debes hacer.

Mira lo que viene, como viene; sea lo que sea. ¡Ahí está lo Real!

-Si consideras que la Realidad es acontecimiento y experiencia, te pones una armadura que te hace invulnerable a ella.

Si no esperas ni acontecimiento ni experiencia, no impones filtros a lo Real.

Si le pones filtros con tus expectativas, te acorazas frente a ella.

-La Realidad no es algo que ocurra o no ocurra; no es una experiencia que pueda darse o no darse.

La Realidad está siempre ahí, y no como una experiencia particular.

La Realidad no es una experiencia particular y peculiar entre las experiencias.

La Realidad está en toda experiencia, y tal como la experiencia viene, la Realidad viene, directamente.

-Vuélvete a “lo que es”, como viene, sin filtros;
abre tu atención a todo, tal como es;
no como yo desearía que fuera o como yo creo o deseo que debiera ser,
sino como de hecho es.

Si lo haces, te desnudarás de protecciones y la Realidad te herirá.

-Como el agua toma la forma del recipiente donde se encuentra, toda cosa es determinada por sus condicionantes. Como el agua sigue agua, sea el que sea el recipiente; como la luz sigue luz sea el color que la refleje, así lo Real continúa siendo real, sean las que sean las condiciones en las que se enmarque.

Lo Real, el “no-dos”, es siempre y únicamente lo Real, se presente como se presente, porque fuera de él no hay nada.

EJERCICIO nº 20.

-Lo Real está más allá de toda descripción.
-Toda descripción habla de una forma del “no-dos”, pero nunca puede hablar del “no-dos”.
-Lo Real es vacío de toda forma. Ese vacío no se puede objetivar.
-Por consiguiente, a lo real sólo se le puede conocer siéndolo.
-Siendo “el que es” se le conoce; no de otra manera.
-Cualquier otra manera, le situaría en el orden de las formas y, por tanto, en el orden de la dualidad, la objetivación, la pluralidad. Todas esas formas sólo residen en le mente.

-Lo Real no es concebible. Lo que no es concebible, no puede orientarse a un fin, ni subordinarse a nada.
-Hay que buscarlo y desearlo por sí mismo. No se le busca por sus consecuencias sociales, morales, de justicia, de solidaridad, de paz, de salvación o cualquier otra finalidad.
-Quien le busque por otro motivo que no sea por sí mismo, ya lo ha perdido, porque lo sitúa en el orden de lo plural y de las formulaciones, donde no reside.

-Lo Real es todo. Cuando se le busca entre las cosas, no se le encuentra. No es uno, aunque máximo, entre varios: el mundo, los seres vivientes, los humanos, lo Real.
-Sólo por el hecho de buscarle entre lo dual y lo plural, ya se le ha perdido.

-En lo “no-dual” no cabe ni conocedor, ni conocido, ni conocer. Lo Real trasciende esa tríada.
-Lo Real no es algo nuevo, ni una facultad nueva, es, simplemente, lo que está desembarazado de camuflaje. ¿Qué camuflaje? El que proporciona la necesidad, el deseo, el temor y su servidor, las representaciones mentales, los conceptos.

El ejercicio consiste:
-1º. Comprender estos textos con tal claridad que resulten evidentes por sí mismos.
-2º. Apartar de la mente todas las representaciones y conceptos, para acercarse a lo Real inmediata y directamente en toda la realidad que nos rodea y en nosotros mismos.
Verle y sentirle inmediatamente en todo, tal como todo viene.

EJERCICIO nº 21.

-En el “no-dos” la separación de Ser y Conocimiento es una apariencia. Como el sueño no es distinto del soñador, el Conocimiento no es distinto del Ser.
-“Lo que es” es una masa sólida de Ser-Conciencia-Beatitud. Nada está fuera de Eso.
-Ser-Conciencia-Beatitud y “vacío de formas”, son lo mismo.
-Ese vacío está completamente lleno de “lo que es”, el “no-dos” sin forma.
-Eso es lo que tú eres.

-Esa es la razón por la que “lo que es” es desconocido. No se puede utilizar ninguna objetivación, ninguna palabra para conocerle, y no se puede hacer ningún comentario adecuado.
-Sin embargo, ese no-conocimiento, es conocimiento.
-Lo que parece vacío, está lleno; lo que parece lleno en el mundo de la dualidad, de los individuos y de las objetivaciones, está vacío.
-Hay que llegar a intuir la plenitud del vacío, que es nuestro estado verdadero.

-Lo que llamamos pensamiento no es más que ondas en la superficie del espíritu.
-Cuando lo mental está tranquilo, refleja la realidad.
-Cuando está perfectamente inmóvil, lo mental se disuelve y no queda más que la realidad.

-El estado tranquilo del ser es la felicidad; el agitado, es la turbación. Eso es lo que se manifiesta como mundo.
-En la “no-dualidad” ha felicidad.
-En la dualidad hay las experiencias del deseo y del temor.
-Lo que va y viene es la experiencia del dolor y del placer.
-Lo Real es estabilidad en la felicidad, porque el Ser-Conciencia es Beatitud.

-Las palabras se mueven en el mundo de las representaciones y las objetivaciones que sirven a la necesidad, el deseo y el temor.
-Lo Real es silencioso.

El ejercicio consiste:
-1º. Comprender con evidencia estas afirmaciones.
-2º. Ejercitarse en apartar los conceptos, las representaciones y las objetivaciones para llegar al vacío que es la plenitud del Ser-Conciencia-Beatitud.


EJERCICIO nº 22.

-El egoísmo se enraíza en una falsa idea:
soy una entidad venida a este mundo,
por tanto, distinta y separada de él.

-Esa pseudo entidad separada, el ego, se exhibe delante de la conciencia y ocupa todo el campo de la atención, porque la necesita toda para sobrevivir como entidad.
El mundo entero no existe más que en función de ese pensamiento: yo.
Así, la verdadera realidad de lo que soy, queda encubierta sin poderse manifestar.
El falso “yo” bloquea lo que sería el verdadero conocimiento de sí mismo

-Cuando el pensamiento “yo” aparece, se produce la identificación con el cuerpo, los sentidos y la mente.
Esa identificación con el cuerpo y con la mente a su servicio, sustenta la idea de individualidad separada.

-En realidad, ni soy una cosa, ni separada.
En cuanto no separado, soy la inagotable posibilidad de todo.
No soy “otro” del poder que se manifiesta en el despliegue del universo.

-La tarea es indagar primero ese falso “yo” para comprender su naturaleza, para averiguar de dónde proviene.
Cuando se le investiga, desaparece.
Después, busca la fuente de ese “yo”, porque ese falso sentimiento de individualidad separada, no cesará hasta que no sea descubierta su fuente.

-Si descubres la fuente, comprenderás que no eres otra cosa que el “no-dos”, el Absoluto.
Ese conocimiento es el único que hace desaparecer al ego;
con él desaparece todo el sufrimiento que la idea lleva consigo.

-El método para eliminar esa falsa identificación, soporte de una falsa idea, es transformar mi identidad;
no tanto por el intento de aniquilación del ego,
sino por el conocimiento de mi Ser-Conciencia sin separación, porque carece de la condición de individuo.

EJERCICIO nº 23.

-Ligamos la idea de “realidad” a lo que es acotado, objetivado y, por tanto, palabra, concepto.
Las acotaciones, objetivaciones, conceptos son simplificaciones para reducir la realidad a nuestra medida.
Podríamos decir que todo eso son deformaciones de la realidad.

Para acceder a la Realidad habrá que renunciar a acotaciones, objetivaciones, conceptos y permanecer silenciosos y atentos.

-Sin palabras no hay conceptos. Las palabras son, pues, el instrumento central que usa la Conciencia para ponerse al servicio del viviente.
La Conciencia al servicio del viviente más las palabras, eso es “lo mental”.

Las palabras y lo mental, parcelan, acotan, objetivan lo Real, y así lo empequeñecen y lo deforman para que deje de ser amenazador para un frágil viviente y se haga apto para su supervivencia.
De ahí arranca la necesidad de ir más allá de las palabras para poder llegar al puro Ser-Conciencia.

-Como las nubes oscurecen al sol, así las objetivaciones y la dualidad oscurecen a la Conciencia, sin afectarla en nada.
Lo mental puro, desembarazado de todo pensamiento, de toda objetivación, es el Ser-Conciencia.

En tu indagación, aférrate a la idea de que tú eres el puro Ser-Conciencia, libre de todo contenido formado por palabras.

-La naturaleza del Ser-Conciencia es presencia pura, que no es afectada por los conocimientos objetivos al servicio del viviente.

Esa presencia pura aflora en el testigo.

La presencia pura es nuestra propia y verdadera naturaleza, y esa es la esencia de la Realidad.


EJERCICIO nº 24.

-En cuanto se manifiesta lo mental, el universo y el cuerpo hacen su aparición. Pero tanto lo mental como el universo y el cuerpo son el Ser-Conciencia y no tienen existencia independiente.

No hay más que la Fuente, oscura en ella misma, pero que lo vuelve todo brillante.
No percibida, es causa de la percepción.
No pensable, es causa de los pensamientos.
No siendo nada en particular, da nacimiento al ser.
Es el trasfondo inmutable de todo movimiento.

Cuando descubras que eres Eso, estarás en todas partes en tu casa.

El Ser-Conciencia se refracta, como un prisma, en lo mental, el cuerpo, el mundo.
Todo lo que tú dices que es, es el Ser-Conciencia.
El Ser-Conciencia incluye en su órbita todo lo que ves ser. Nada existe fuera de él.
Cuando lo sepas con toda certeza, no experimentarás más inquietud.

Sólo el Ser-Conciencia constituye la realidad. El mundo y los sujetos no son la realidad.
Un ser realizado no considera que el mundo es diferente de sí mismo.

El Ser-Conciencia, que no es personal, se manifiesta en el “yo soy” de la conciencia y en los objetos del universo. Fuera de él no existe nada.

El que no es sabio considera que el mundo es real, mientras que el sabio no ve más que la manifestación del Ser-Conciencia.

Advierte lo que eres y permanece en la Conciencia, libre de objetivaciones.


EJERCICIO nº 25.

-La tarea es reflexionar hasta verificar la afirmación de los maestros: “tú eres la realidad”, “tú solo eres”.

La realización consiste en descubrir la Fuente y permanecer en ella.
Es comprender con toda claridad al Ser-Conciencia. Es ilimitado y lo abarca todo.
Cuando lo hayas comprendido y vivas en él, despertarás al estado más alto.

-Rechaza con resolución todo lo que no eres, hasta que lo verdadero emerja en su gloriosa nada, en su naturaleza de no ser una cosa.

Ten el coraje de existir como nada y ver el mundo tal como es: nada.
No se precisan convicciones o creencias, ni recuerdos, ni proyectos.
No interesan las descripciones porque no son de utilidad.

-Si te identificas con tu cuerpo, verás el mundo a tu alrededor.
Si te identificas con tu sutilidad, con tu espíritu, todo será espíritu.

-No olvides que el despertar no puede llegar a un tú, a un yo individual.
Llega sólo cuando tú y yo desaparecen.

-Pero no busques fuera de ti mismo; lo que has de encontrar está en la profundidad tranquila de la propia conciencia.
Esa profundidad tranquila ya no es tu conciencia, es “la Conciencia”.

-Cuando hayas verificado que eres la luz del mundo, verificarás también que eres el amor.
Verificarás que amar es saber y que saber es amar.


EJERCICIO nº 26.

-Lo real es simple, abierto, claro, amable, bello, gozoso, siempre nuevo, fresco, perpetuamente creador.

Ser y no ser, vida y muerte, todas las distinciones se fundamenta en Él.

El Ser-Conciencia está más allá de la concepción dualista de conocer y conocido, sujeto y objeto.

-Lo Real, el Ser-Conciencia está siempre ahí.
Eres tú mismo.
Por ello, no existe nada más que tú.
Nada puede estar separado de ti.
Está en tu intimidad y no tienes existencia fuera de Él.

El Ser-Conciencia es percibido directamente a cada instante.
Descubre ese Ser-Conciencia, porque tú eres Eso.

La Existencia, que es Conciencia, es tu naturaleza.
Existencia y Conciencia forman juntas el universo.

-Ve más allá de la idea “yo soy el cuerpo” y descubrirás que el espacio y el tiempo están en ti y no tú en el espacio y en el tiempo.
Una vez hayas comprendido esto, el principal obstáculo a la realización se habrá levantado.

Tu naturaleza verdadera es el Espíritu Infinito.

Eres la vacuidad en la que todo está incluido, en la que nada el universo como una nube en el cielo.


EJERCICIO nº 27.

Miras y no ves más que tinieblas.
Sin embargo ves.
La luz está ahí y te espera.
Los ojos están preparados.
Las tinieblas que ves no son más que la sombra de un gramo de polvo, tu propio ego.
Desembarázate de él y tus ojos serán inundados de luz; y volverás a tu estado natural.

El alma de tu esclavitud es imaginar que eres un proceso: que tienes un pasado y un futuro, que tienes una historia.

No tienes una historia, ni eres un proceso, ni te desarrollas, ni pereces. Todo eso es un sueño; permanece fuera de él.

Eres “no-dos” sin historia, sin proceso.
Si permaneces ahí, estarás libre de la ilusión de creer que eres alguien venido a este mundo.

La realización no es un devenir.
Tu naturaleza propia es vacía; y el vacío no puede ser la base del devenir.
La nada que eres es el vacío de toda cualidad y de todo contenido; el vacío de toda posible objetivación.

La misma idea “me he realizado” es un error.

La realización es hacer pié en la “sensación de existir”, el “puro ser” sin cualificación alguna, anterior a las palabras y a las imágenes.

Es un estado en el que te bañas en la evidencia de ser, sin necesidad de comentario alguno.


EJERCICIO nº 28.

-Espontáneamente crees que lo percibes y concibes en el campo de tu conciencia corresponde a la realidad, pero eso es falso.
Nada de lo que puedas ver, sentir o pensar, es lo que parece.

¿Cómo sabes que se ha descubierto la Verdad?
Cuando la idea: “esto es verdad, esto es falso”, no se manifiesta más.

Lo que hay en tu conciencia, los contenidos de tu conciencia, no pueden ser nunca la Verdad.

No puedes pretender llamar Verdad a los conceptos.
La Verdad no puede ser objetivada.
Como la Verdad no es conceptuable, sólo puedes conocer lo que no es.
La Verdad sólo puedes serla. Esa es la única manera de conocerla.
Ese es un conocimiento que es un no-conocimiento.

La Verdad no se afirma por ella misma, está en la visión de lo falso como tal, y en su rechazo.
Es inútil buscar la Verdad mientras lo mental está ciego a lo falso.
Es preciso que estés completamente purgado antes de que la Verdad pueda levantarse en ti.

Es preciso que busques la Verdad más allá de lo mental.

-Sería necio exigir la prueba del dulzor del azúcar antes de tomarla. La prueba del dulzor se encuentra en la boca, no en el azúcar. Para saber qué es lo dulce, es preciso que lo gustes, no hay otra solución.
Cuando pruebes el azúcar, toda incertidumbre sobre el dulzor se eliminará y tendrás un conocimiento de primera mano e inquebrantable.

No te pido que me creas, sino sólo que tengas confianza para moverte a probarla, sólo un poco de confianza.
Si esa confianza te falta, no te animarás a poner el azúcar en tu boca.

No hay prueba de la Verdad que preceda a la Verdad.

En la ciencia, para hacer la prueba de una teoría, hay que seguir un modo operatorio establecido por aquellos que lo han hecho antes. En la búsqueda de la Verdad, ocurre algo semejante; y se llama disciplina, método o yoga a la cadena de pasos a cumplir.

 


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