Marià Corbí Este nuevo libro de Marià Corbí es la recopilación de una serie de conferencias que, a pesar de que se hicieron tiempo atrás, siguen planteando cuestiones muy vigentes a las que es necesario volver. Dice el autor: «Cuando las culturas se trasforman profundamente; cuando venerables formas de vida desaparecen, dejadas definitivamente atrás por el asentamiento de las nuevas sociedades; cuando hay que seguir adelante por nuevos caminos es la hora de plantearse qué hay que tomar consigo de las viejas residencias para llevarse por el camino y qué hay que dejar para que se lo lleve la riada de la historia.»
El aprendíiz de ladrón
¿Con qué comparar el Zen?
Wu-Tsu
El maestro Wu-tsu Fa-yen, para explicar que no hay métodos establecidos, que el camino es creación única, contó esta historia:
Si la gente me pregunta a qué se parece el Zen, le diría que es como aprender el arte de robar. El hijo de un ladrón vio envejecer a su padre y pensó: «Si es incapaz de llevar adelante su profesión, ¿quién ganará el pan en esta familia, salvo yo mismo? Debo aprender el oficio». Comunicó la idea a su padre, quien la aprobó.
Una noche el padre llevó al hijo a una casa grande, forzó la cerca, entró en la casa, y abriendo un gran baúl le dijo al hijo que fuese a sacar vestidos. Tan pronto el hijo se introdujo en el baúl, hizo caer la tapa y aseguró la cerradura. Entonces el padre salió al patio, y golpeando fuertemente la puerta despertó a toda la familia, al tiempo que silenciosamente se deslizó por el agujero que anteriormente practicara en la cerca.
Los moradores se excitaron, encendieron velas pero descubrieron que los ladrones se habían ido. El hijo que todo el tiempo que permanecía confinado en el baúl, pensó en su cruel padre. Se sentía muy herido cuando surgió en él una buena idea. Hizo un ruido que sonó parecido al chillido de una rata. La familia dijo a la sirvienta que tomase una vela y examinase el baúl. Al ser abierta la cerradura de la tapa, salió el prisionero, apagó la luz de un soplido, hizo a un lado a la sirvienta y huyó. Los moradores corrieron tras él. Al advertir un pozo junto al camino, tomó una gran piedra y la tiró al agua. Todos los perseguidores se congregaron alrededor del pozo tratando de hallar al ladrón ahogándose en el oscuro agüero. Mientras tanto, él estaba de vuelta y seguro en casa de su padre, imputándole el haberse podido escapar por muy poco.
El padre le dijo: «No te ofendas, hijo mío. Dime solamente cómo te escapaste». Cuando el hijo le narró todas sus aventuras, el padre observó: «¡Ya lo lograste, aprendiste el arte!»
Wu-tsu Fa-yen (aprox. 1024-1104, en japonès: Goso Hoén) maestro chino de la escuela Zen Rinzai. En: D.T. Suzuki. Ensayos sobre el budismo zen. Primera serie. Kier, 1975. p. 342