A mí me llama la atención que siempre se habla, y con razón, de libertad…
El destino humano
Reconocer es hacer presente todo mi ser, con todas sus facultades, a algo que se me hace presente con toda su autonomía y su misterio. Reconocer es una comunión de presencias. La comunión de presencias, ¿no es amor? Esa es la inconmensurable belleza del destino humano.
(M. Corbí. El camino interior. Bronce, 2001. p. 208)