Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos.
Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana.
Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
La libertad espiritual: ¿Existe el libre albedrío?
En el ámbito de la necesidad y de la dualidad, parece existir el libre albedrío. ¿Existe realmente? Donde rige la necesidad, ¿puede decirse que hay libertad?
Dice Rumí: Los profetas son deterministas en cuanto a las obras de este mundo, pero los infieles lo son en cuanto a las labores del otro mundo. Para los profetas, los trabajos del otro mundo son libre albedrío; para los necios, las obras de este mundo son libre albedrío…” [ 1 ]
Donde parece que hay libertad, impera la necesidad y donde impera la necesidad no hay verdaderamente libertad. Por el contrario en el ámbito del silencio, cuando ha callado la necesidad hay verdaderamente libertad.
[ 1 ] Rumí: Mathnawî. Madrid, 2003, Editorial Sufí, Tomo I, pg. 58.
El que no ha gustado el sabor de “el que es”, cree que es al contrario. Cree que el único lugar en el que hay libertad es en el mundo del ego, y cree, también, que cuando el ego no es el actor, sólo hay un determinismo ciego.
Es un error. El silencio es la raíz de la libertad. Donde hay silencio hay libertad; donde no hay silencio no hay libertad.
[ 1 ] Rumí: Mathnawî. Madrid, 2003, Editorial Sufí, Tomo I, pg. 58.