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Nisargadatta P5

5. silencio con el capítulo 27. Nisargadatta:  Yo soy Eso  

Como introducción: Cada uno ve el mundo a través de la idea que tiene de sí mismo. Según lo que crea que usted es, así creerá que es el mundo. Si se imagina separado del mundo, el mundo aparecerá separado de usted y experimentará el deseo y el miedo. Yo no veo el mundo separado de mí y por lo tanto no hay nada que pueda desear o temer.  (183)

Se puede trabajar en la orientación de comprender mejor en qué basamos el sentido de separación. Pero también podemos sopesar el valor de la contrapartida, el valor de atreverse a vivir sin los muros de separación, en la desnudez de “no-dos”, “no un yo”; valorarlo tan hondamente como podamos para alimentar el convencimiento, ya que sólo un profundo convencimiento nos ayudará a andar.

1. Lectura pausada de los textos, saboreando, sopesando, la posibilidad a la que apuntan. Elegimos alguna frase, alguna afirmación, la miramos desde todos los ángulos, nos la hacemos nuestra, la repetimos… 

Cuando está ausente el sentido de distinción y separación puede llamarlo amor. (161)

[quien se ha curado de la ignorancia es…] un ser consciente e intensamente afectuoso. Se mira a sí mismo sin caer en autodefiniciones y autoidentificaciones. No se conoce a sí mismo como algo separado del mundo. Él es el mundo. Se da por completo a sí mismo, como alguien muy rico que continuamente regala sus riquezas. No es rico puesto que nada tiene; no es pobre puesto que da en abundancia. Simplemente no tiene propiedades. Del mismo modo, no tiene ego, ha perdido la capacidad de identificarse con cualquier cosa.  (156)

P: ¿No queda ningún interés en uno mismo?

M: Por supuesto que me intereso por mí mismo, pero yo soy todo. En la práctica eso adquiere la forma de buena voluntad, universal e inagotable. Puede llamarlo amor, un amor todo-abarcante y que lo redime todo. Ese amor es enormemente activo, sin la sensación de hacer nada. (162)

[…]

P: Para examinarme necesito el estado de ánimo adecuado.

M: Tiene que estar verdaderamente interesado. Ha de estar lleno de buena voluntad hacia sí mismo. […] Sea egoísta del modo adecuado. Desee el bien para sí mismo, trabaje en aquello que sea bueno para usted. […] La ansiedad y las expectativas nacen de la imaginación. La autoindentificación con lo exterior causa sufrimiento. La felicidad es la armonía entre lo interior y lo exterior. […] Destruya todo lo que se interponga entre usted y la felicidad. Sea todo, ámelo todo, sea feliz, haga feliz. No hay felicidad mayor. (167)

Elegimos alguna frase, alguna afirmación, la miramos desde todos los ángulos, procuramos percibir su sentido… ¿Sé a qué se refiere? ¿He vivido a ese nivel en algún momento? (momento, ámbito, relación…). ¿Qué me impide que cada día sea así?

2. Recorramos algún escenario (o escenarios) de nuestra vida: familia, ocupaciones, relaciones… Me detengo en algún aspecto concreto. Contrasto cómo habito la vida normalmente con «el ser consciente e intensamente afectuoso» que «no se conoce a sí mismo como algo separado del mundo«.

¿Qué me lo impide? ¿Qué se interpone? ¿A qué me aferro? ¿Que no quiero perder? ¿Qué defiendo?…

Intentemos «acorralarnos», concretar alguno de nuestros apegos, como quien quiere curarse de algo pero necesita concretar qué le duele, cuál es su mal. (¿Qué defiendo, qué espero, qué deseo, qué temo…)

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