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Silenciamiento a través de la acción desinteresada (sesión 2)

Se puede fomentar la compasión y la misericordia para que actúen como aliados de nuestro esfuerzo metódico. La compasión por el sufrimiento de otros y la misericordia pueden llegar a despertar a nuestro sentimiento e incitarlo para que acompañe a la acción desinteresada y la haga más fácil. Quien crea en Dios puede ayudar a su sentimiento actuado como ofrenda a Dios, o como ofrenda al espíritu del hombre el que no crea. Pero el aliado, – la compasión y la misericordia -, no eliminará del todo la dificultad que presenta actuar con el sentimiento en contra.

El Karma yoga es siempre el “agere contra” de los ascetas, que no es eliminado por la ayuda del aliado.

Para la aplicación correcta del Karma yoga hay que evitar con mucho cuidado los sentimientos ficticios. ¿Cuáles son esos sentimientos ficticios? Los sentimientos que uno decide con la voluntad tener. Tener compasión por los pobres y por los necesitados es un sentimiento que todo hombre bien nacido debiera tener; por tanto decido que lo he de tener y tengo tanto empeño en tenerlo que acabo creyendo que lo tengo.

Esta confusión entre lo que decido tener y lo que realmente tengo se da con mucha frecuencia en las instituciones religiosas de Occidente. Quien se mueve entre ficciones e irrealidades no puede practicar el yoga de la acción desinteresada con la lucidez que se requiere.

Actuar por deber tampoco sería Karma yoga. Quien practica la acción gratuita busca la completa libertad, quien actúa por deber se somete.

El Karma yoga es un instrumento extraordinariamente potente. No puede suplirse con nada. Debe acompañar a la práctica del Yoga del conocimiento y al Yoga de la devoción, y así se ha practicado en todas las grandes tradiciones religiosas de la humanidad.

La actuacion correcta en el camino

La actuación correcta ética o socialmente no es lo mismo que la actuación correcta en el camino interior. La actuación correcta en el camino ha de tener los rasgos de una no-actuación, porque ha de ser una actuación que ya no es del ego.

Todos los esfuerzos, intentos, métodos y procedimientos para lograr estar totalmente presente y alerta a los signos de Dios son infructuosos.

Todos los trabajos emprendidos para conseguir una concentración capaz de perforar la envoltura cerrada de la egocentración fracasan.

Todos los conatos hechos para callar los recuerdos que hablan del pasado y para callar los temores que nos llegan desde el futuro no consiguen el silencio sino que añaden un monólogo más.

Todos los empeños para acercarnos a las cosas con ternura y por ellas mismas no consiguen hacernos olvidar el propio interés. Las cosas son así y no pueden ser más que así, porque toda actuación que proviene del ego, está a su servicio.

Siempre que el ego actúa, indefectible e irremediablemente es para construir y reparar el capullo de la egocentración que le envuelve.

Siempre que el ego actúa, sea en el campo que sea, su interés primario y central es él mismo. Se interesa en cualquier otra cosa que no sea él mismo sólo si le reporta algún beneficio. Esta es la ley fatal: todo lo que sale del yo, le refuerza; incluso sus esfuerzos para quebrar los barrotes de su cárcel le fortifican.

Las acciones del yo son como los lazos de las trampas de los cazadores: cuantos más esfuerzos se hacen para liberarse de ellos más aprietan y sujetan. Esta puede ser la trampa mortal en la que se puede quedar atrapado toda la vida el que intenta hacer el camino interior.

[extractos de escritos de Marià Corbí]

Citas 

“Aquel que está libre de las cadenas y del egoísmo y cuya mente está libre de cualquier mal deseo, aunque matara a todos estos guerreros, no los mata y es libre.

uno ve la Eternidad en las cosa que pasan y el Infinito en las cosas finitas, tiene un conocimiento puro.

Pero si solo ves la diversidad de las cosas con sus divisiones y limitaciones, entonces el tienes un conocimiento impuro.

Cuando una acción se realiza como sagrada, sin egoísmo, con una mente pacífica, sin deseo ni odio, sin esperar recompensa, entonces la acción es pura.

Pero cuando la acción se realiza con deseo egoísta o sintiendo que es un esfuerzo o pensando que es un sacrificio, entonces la acción es impura.

Hay una sabiduría que sabe cuando ir y cuando volver, qué hay que hacer y que no hay que hacer, qué es el miedo y qué es el coraje, qué es la esclavitud y qué es la liberación- ésta es pura sabiduría.”

Bhagavad Gita XVII 17-30

“El acto justo que puede tener consecuencias eternas es aquel que no está motivado por ningún deseo de fruto o de recompensa.”

Shanti P. CCI (dins Mahabharata)

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