CETR En la epistemología axiológica iniciada por Marià Corbí se afirma que los humanos tenemos un doble acceso a la realidad gracias al hecho de hablar, y que eso es lo que nos diferencia del resto de animales. Nuestra captación de la doble dimensión en la realidad tiene consecuencias: es lo que nos abre la posibilidad del arte, la filosofía, lo que se ha llamado espiritualidad y la acción desinteresada. El curso consta de 6 sesiones, una al mes de enero a junio, en él se trabajará, además de la nueva antropología introducida por la epistemología axiológica, y sus consecuencia como la doble dimensión de la realidad, la noción de que lo que tomamos por realidad es nuestra modelación pero que por necesidad la tomamos como descripción de cómo es la realidad; abordaremos los dos tipos de epistemología: la mítica y la no mítica, entre otros temas extraídos del libro de Marià Corbí Proyectos colectivos para sociedades dinámicas. Principios de Epistemología Axiológica de la Ed. Herder.
Nuestra condición animal y el tiempo-espacio.
Intentamos reflexionar sobre todas las consecuencias de nuestra condición de animales necesitados, de depredadores.
¿Cuál es la relación entre nuestra condición animal y la aparición del tiempo-espacio?
Los animales necesitados, para poder satisfacer nuestras necesidades hemos de modelar toda realidad en el tiempo-espacio. Concebirse como animal viviente supone que me concibo como una individualidad frente a un mundo de individualidades en el que he de satisfacer mis necesidades. Tener que suponerme como un individuo frente a un mundo exige que conciba esa realidad como una contraposición en dualidad. Tengo que suponer dos espacios diferentes, yo no me confundo con aquello que necesito y que he de conseguir. Para esta operación tengo que pensarme como desplazándome en un espacio y en un tiempo. Por consiguiente, para poder realizar mi depredación, he de desplegar un tiempo-espacio. Tengo que darlos ahí como existentes, de lo contrario no sería posible mi sobrevivencia.
Nada puede contradecir esa interpretación imprescindible. Preciso extender ese tiempo-espacio a todos los seres. Extiendo un espacio y un tiempo donde me sitúo a mí y a todos los seres que me rodean.
Las estaciones de la naturaleza son una sucesión que extienden un tiempo en un espacio. Igualmente, el movimiento de sol y la luna y de todos los astros extienden un inmenso tiempo-espacio.
Toda la vida humana es como un corto tramo de tiempo en un espacio.
Para poder sobrevivir, medimos esas sucesiones y damos las mediciones como algo real, como algo ahí, fuera de mí. Sin embargo, por las consideraciones que hemos hecho, el tiempo y el espacio son proyección necesaria de nuestra condición de necesitados; el tiempo no es una entidad real, ni el espacio tampoco. Modelamos nuestra realidad como situada en el espacio-tiempo y eso nos da pie a leer los procesos de la naturaleza y de los astros como situada también en el espacio-tiempo.
¿Interpretaríamos los procesos de la naturaleza y los procesos de los astros como situados en un espacio-tiempo si no necesitáramos proyectar esas dimensiones para sobrevivir como animales necesitados?
Podríamos hablar del espacio y el tiempo como supuestos a priori de la sensibilidad, aproximándonos al lenguaje kantiano.
La flecha del tiempo, el hecho de que el tiempo siempre vaya hacia delante, sin posible marcha atrás, podría también ser expresión de nuestro hecho fundamental, ser seres necesitados. Tenemos que concebir nuestra actuación como una causa cuyo efecto es la sobrevivencia. La marcha de la sobrevivencia va siempre hacia delante, no puede invertir la marcha e ir hacia atrás; desde adultos no podemos volver a nuestra infancia.
Las metalenguas científicas, como las matemáticas, la astronomía, pueden hacer muchas afirmaciones sobre el tiempo-espacio gracias a esas ciencias que, sin embargo, son modelación. No se puede llegar a esas afirmaciones sino desde sus metodologías, como que el tiempo-espacio puede deformarse por la fuerza de la gravedad.
Desde nuestra dimensión absoluta de humanos, que es nuestra verdadera realidad, no hay ni espacio ni tiempo con relación a ningún ser, todos somos el misterio de los mundos, sin diversidad, ni dualidad, ni pluralidad ninguna. Todos somos perfecta unidad, sin individualidad, pero en diversidad.