Las generaciones menores de 45 se encuentran en un descampado tal, que no hay nada que llevarse a la boca, por eso el ofrecimiento que se les haga tendría que ser una noticia primera, sin ningún tipo de supuestos ni de creencias, porque en las nuevas sociedades de movimiento constante es imposible creer. Habría que ofrecerles una noticia que sea un dato verificable con una verificación axiológica, no científica.
Una noticia en la que no resuene nada religioso ni antirreligioso.
¿Cuál sería ese dato limpio y verificable?
¿Qué pueden ofrecer las tradiciones religiosas a las sociedades del siglo XXI?
Se acuerda en el grupo que el término «religiones» hace referencia a la institucionalización de las espiritualidades, mientras que el término «tradiciones religiosas» se refiere a las joyas espirituales que conservan las grandes tradiciones a pesar, muchas veces, las mismas institucionalizaciones.
Aquí algunas de los rasgos que caracterizan la espiritualidad:
• La espiritualidad es rebelión contra cualquier tipo de absolutización de medios, de imposiciones culturales, políticas o religiosas.
• La espiritualidad posibilita vivir la cualidad esencial humana. En ella conviven la satisfacción de las necesidades y la distancia generada por el conocimiento absoluto, que permite que coexistan pluralidad de proyectos.
• La espiritualidad auténtica es islam sin islam, budismo sin budismo, cristianismo sin cristianismo …, en resumen, religión sin religión.
• En el ámbito de la espiritualidad no tiene sentido hablar de conversiones de una tradición a otra.