Marià Corbí Este nuevo libro de Marià Corbí es la recopilación de una serie de conferencias que, a pesar de que se hicieron tiempo atrás, siguen planteando cuestiones muy vigentes a las que es necesario volver. Dice el autor: «Cuando las culturas se trasforman profundamente; cuando venerables formas de vida desaparecen, dejadas definitivamente atrás por el asentamiento de las nuevas sociedades; cuando hay que seguir adelante por nuevos caminos es la hora de plantearse qué hay que tomar consigo de las viejas residencias para llevarse por el camino y qué hay que dejar para que se lo lleve la riada de la historia.»
Reflexiones sobre la muerte (2): ni extinción ni eternalismo

Esta reflexión sigue a la realizada en Reflexiones sobre la muerte.
Acompañamos este texto con un audio en catalán que recoge la discusión del texto por parte de un grupo de personas con aclaraciones de Corbí.
La doble dimensión de lo real, supone que las realidades son a la vez espacio-temporales y no espacio-temporales.
Los humanos tenemos noticia de la dimensión absoluta (DA) siempre en el plano accesible a nuestros sentidos, porque la DA es cualidad pura y la cualidad sólo es accesible a la sensibilidad.
Sin poder sensar no hay DA para nosotros. Cuando un ser, mi perro, muere, desaparece de la dimensión espacio-temporal y no puede ser sensado, ni puede verse en él la DA, aunque esté en ella y sea ella.
Pero Quitxo, mi perro muerto, que aparecía en la dimensión espacio-temporal y en la no espacio-temporal, en su realidad verdadera, como pura forma de la DA, era no espacio temporal.
Todo lo que es pura forma de la DA, todos los seres como formas de la DA, sin nada añadido, están fuera de la dimensión espacio-temporal. Luego las formas, los seres de la dimensión relativa a nuestras necesidades, en su ser propio, la DA, están asentados en la dimensión no espacio-temporal.
Yo no veo a Quitxo, a pesar de que en su ser era pura forma de la DA, porque está fuera de la dimensión espacio-temporal no puedo sensarlo. Cuando yo, por mi muerte, me salga de la dimensión espacio-temporal, como pura forma de DA, aparecerá mi unidad con ella y con las formas salidas, como yo, de la dimensión espacio-temporal.
Las formas de la DA, en su ser propio no están en el espacio-temporal. La realidad de todas las formas de la DA, todas las criaturas, en su ser propio no entran y salen del tiempo-espacio, están siempre en el no espacio-tiempo.
Cuando muera me encontraré con mi perro, no con un fantasma de ser, disuelto en la DA.
Todas las formas de la DA, con como la DA misma, son sin espacio-tiempo.
Queda una cuestión por resolver: sostener que me encontraré con mi perro en el ámbito sin espacio-tiempo de la DA, es suponer que tiene sentido hablar de la DA en ella misma, fuera de la doble dimensión donde aparece a los humanos.