Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos.
Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana.
Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
Reflexiones sobre la muerte (2): ni extinción ni eternalismo
Esta reflexión sigue a la realizada en Reflexiones sobre la muerte.
Acompañamos este texto con un audio en catalán que recoge la discusión del texto por parte de un grupo de personas con aclaraciones de Corbí.
La doble dimensión de lo real, supone que las realidades son a la vez espacio-temporales y no espacio-temporales.
Los humanos tenemos noticia de la dimensión absoluta (DA) siempre en el plano accesible a nuestros sentidos, porque la DA es cualidad pura y la cualidad sólo es accesible a la sensibilidad.
Sin poder sensar no hay DA para nosotros. Cuando un ser, mi perro, muere, desaparece de la dimensión espacio-temporal y no puede ser sensado, ni puede verse en él la DA, aunque esté en ella y sea ella.
Pero Quitxo, mi perro muerto, que aparecía en la dimensión espacio-temporal y en la no espacio-temporal, en su realidad verdadera, como pura forma de la DA, era no espacio temporal.
Todo lo que es pura forma de la DA, todos los seres como formas de la DA, sin nada añadido, están fuera de la dimensión espacio-temporal. Luego las formas, los seres de la dimensión relativa a nuestras necesidades, en su ser propio, la DA, están asentados en la dimensión no espacio-temporal.
Yo no veo a Quitxo, a pesar de que en su ser era pura forma de la DA, porque está fuera de la dimensión espacio-temporal no puedo sensarlo. Cuando yo, por mi muerte, me salga de la dimensión espacio-temporal, como pura forma de DA, aparecerá mi unidad con ella y con las formas salidas, como yo, de la dimensión espacio-temporal.
Las formas de la DA, en su ser propio no están en el espacio-temporal. La realidad de todas las formas de la DA, todas las criaturas, en su ser propio no entran y salen del tiempo-espacio, están siempre en el no espacio-tiempo.
Cuando muera me encontraré con mi perro, no con un fantasma de ser, disuelto en la DA.
Todas las formas de la DA, con como la DA misma, son sin espacio-tiempo.
Queda una cuestión por resolver: sostener que me encontraré con mi perro en el ámbito sin espacio-tiempo de la DA, es suponer que tiene sentido hablar de la DA en ella misma, fuera de la doble dimensión donde aparece a los humanos.