John Berger ¿Se puede escribir todavía algo sobre él? Pienso en todas las palabras que ya se han escrito, incluidas las mías, y la res- puesta es “no”. Si miro sus cuadros, la respuesta vuelve a ser “no”, aunque por una razón diferente: sus cuadros invitan al silencio. Casi iba a decir que ruegan silencio, y eso habría sido falso, pues ni una sola de sus imágenes, ni siquiera la del anciano con la cabeza entre las manos en el umbral de la eternidad, muestra el menor patetismo. Siempre detestó inspirar compasión y hacer chantaje. Solo cuando veo sus dibujos me parece que merece la pena añadir algunas palabras. Tal vez porque sus dibujos tienen algo de escritura, y a menudo dibujaba en las cartas. El proyecto ideal habría sido dibujar el proceso que llevaba a sus dibujos, tomar prestada su mano de dibujante. Sin embargo, lo intentaré con palabras.
Sonríe
¿Y alguna vez he sonreído así?
¿Fui como tú de luz, candor que tiembla?
¿Supe dar la mañana, confundirla,
equivocar el mundo?
¿Fui como tú despertador
de la ternura quieta? ¿Agua capaz?
¿Detuve al aire, al gran maestro?
La pureza más desnuda es en tu boca
Y avergüenza.
Ángeles, ángeles.
Quien dice que los vió, nunca los vio.
El que los ve se canta para adentro
Juan Gelman
Gotán y otras cuestiones Poesía I (1956-1962). Colección Visor de Poesía,2008