Marià Corbí “Un anciano explicó que Yajnadatta creía que había perdido la cabeza y se puso a buscarla, pero una vez detuvo la mente que buscaba, encontró que todo estaba bien”... LAS ENSEÑANZAS ZEN DEL MAESTRO LIN-CHI (China, s.IX), es uno de los textos que se están trabajando este curso en CETR. He aquí una pequeña selección de la obra y un comentario de Marià Corbí sobre la propuesta del maestro Lin-Chi. La edición castellana utilizada en el seminario está a cargo de B. Watson (Los Libros de la Liebre de Marzo).
Sutra del Diamante. Vajracchedika Sutra
(circa s.IV dC. Fragmentos iniciales. El texto se trabajará en seminario este curso)
Esto es lo que he oído. Una mañana, cuando el Buddha estaba cerca de Shravasti, en el bosque de Jeta, en el estado de Anathapindika, Él y Su congregación de mil doscientos cincuenta monjes fueron a la ciudad para mendigar el desayuno; cuando regresaron y terminaron de comer guardaron las túnicas y los cuencos y se lavaron los pies. Entonces el Buddha tomó Su asiento y los demás se sentaron ante él. De entre la asamblea se levantó el Venerable Subhuti. Se desnudó el hombro derecho, se arrodilló sobre su rodilla derecha, y juntando las palmas de las manos se inclinó ante el Buddha.
«¡Señor! -dijo- ¡Tathagata! ¡Honorado-por-todo-el-mundo! Señor, cuando hombres y mujeres anuncian su deseo de seguir el Camino del Bodhisattva, y nos preguntan cómo deberían proceder, ¿qué deberíamos decirles?»
«¡Bien Subhuti! -contestó el Buddha- cuando alguien dice, ‘¡Quiero seguir el Camino del Bodhisattva porque quiero salvar a todos los seres; sin importarme que sean criaturas que hayan sido formadas en un útero o incubadas en un huevo; que sus ciclos vitales sean tan observables como el de los gusanos, insectos o mariposas, o que aparezcan tan milagrosamente como las setas o los dioses; que sean capaces de pensamientos profundos, o de ningún tipo de pensamientos; hago el voto de conducir a cada uno de los seres al Nirvana; y hasta que no estén todos allí seguros, no recogeré mi recompensa y entraré en el Nirvana.!’ entonces, Subbhuti, debes recordar que incluso si tal incontable número de seres fueran liberados, en realidad ningún ser habría sido liberado.
Porque, Subhuti, si un bodhisattva mora en la idea de un sí mismo, de una persona, de un ser sensible, o de un tiempo de vida, entonces no es un bodhisattva.
Además Subhuti, cuando los bodhisattas practican la generosidad no moran [en la idea de que están practicando generosidad]. Practica la generosidad sin morar en las formas, sin morar en sonidos, olores, sabores, sensaciones táctiles, ni objetos mentales.
Porque si los bodhisattvas practican la generosidad sin morar en los signos de la generosidad, su mérito será incalculable. ¿Qué piensas, Subhuti? ¿Puedes medir todo el espacio que se extiende hacia el este?
– No, Honorado por todo el mundo, no puedo.
– Entonces Subhuti, ¿puedes medir todo el espacio que se extiende en las cuatro direcciones cardinales, las cuatro direcciones intermedias, el cenit y el nadir?
– No, Honorado por todo el mundo, no puedo.
– Bien, Subhuti, del mismo modo, el mérito alcanzado por los bodhisattvas que practican la generosidad sin morar en los signos de ésta es también tan inmensurable como el espacio. Subhuti, los bodhisattvas sólo necesitan morar en esta enseñanza.
[…]– ¿Qué piensas, Subhuti? ¿Ha alcanzado el Tathagata la Completa y Perfecta Iluminación Suprema? ¿Y tiene el Tatagata alguna enseñanza que exponer?
El Venerable Subhuti respondió:
– Honorado por todo el mundo, según comprendo las implicaciones de lo que el Buddha ha explicado, no hay ningún fenómeno concreto llamado “Completa y perfecta iluminación suprema” que pueda ser obtenido. Como tampoco hay ninguna enseñanza concreta que pueda ser expuesta por el Tathagata. ¿Por qué? Porque las enseñanzas expuestas por el Tathagata no son susceptibles de obtención ni de exposición. No hay ni una enseñanza ni una no-enseñanza.
[…]¿Qué piensas Subhuti? ¿Un practicante que ha entrado en la Corriente de la Vida Santa, se dice a sí mismo: “yo he obtenido el fruto de uno que ha entrado en la Corriente”?
– No, Honrado por todo el Mundo. ¿Por qué no? Porque en realidad, no hay una cosa tal como una corriente a la que entrar. Uno no entra en formas, sonidos, olores, sabores, sensaciones táctiles ni objetos mentales […]
¿Qué piensas Subhuti? ¿Un santo se dice a sí mismo: “yo he obtenido el fruto de la santidad”?
-No, Honrado por todo el mundo. ¿Por qué no? Porque en realidad no hay una cosa tal a la que se llame “un santo”. Si un santo albergara el pensamiento de que ha alcanzado el fruto de la santidad, necesariamente significaría que todavía se aferra a la idea de un sí mismo, de una persona, de un ser sensible, de un tiempo de vida.
[…] Por lo tanto Shubuti, todos los bodhisattvas y mahasattvas deberían hacer surgir la aspiración pura al despertar de la siguiente manera: deberían hacer surgir dicha aspiración mientras no moran en la forma, mientras no moran en el sonido, el olor, el sabor, las sensaciones táctiles, o los objetos mentales. Deberían hacer surgir la aspiración pura al despertar mientras no moran en nada.Si un bodhisattva practica la generosidad mientras mora en las cosas, es como una persona andando a tientas en las tinieblas. Si un bodhissattva practica la generosidad mientras no mora en las cosas, es como una persona con los ojos bien abiertos caminando a plena luz del día; para él toda clase de formas y colores son claramente visibles.