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Sentir la presencia plena de las cosas. Lectura de poemas

(textos leídos en CETR en el acto de final de curso 2012-2013). «Cuando el conocimiento se interesa total y completamente por lo que quiere conocer y no por la utilidad que ese conocimiento pueda proporcionar, se desliza imperceptiblemente hacía el amor. Así, el interés cognoscitivo completo por las realidades metamorfosea al conocimiento en sentir y en amor». Hemos querido que el hilo conductor de esta lectura de poemas fuera esta actitud de interés por todo. Poemas que nacen de de un sentir que late con el sentir de la realidad…

            El camino interior es el camino de la transformación que se precisa para hacerse apto para sentir la presencia plena de todas las cosas. La presencia de las cosas es el estar simplemente ahí de las cosas.

            El camino interior es un sentir que se transforma en conocimiento. Cuando uno se vuelve a las cosas con total interés por ellas, lo que siente en su propia carne es el existir mismo de las cosas.

            Cuando uno llega a sentir el mismísimo existir de las cosas, las conoce desde dentro. Ese conocimiento es como la luz que se desprende de su presencia.

            Esa luz no es ni un dibujo conceptual, ni una simplificación, ni un diseño para orientar nuestra acción.

            El conocimiento que se adquiere con el sentir de la presencia misma de alguna realidad, está demasiado interesado por ella y demasiado próximo para poder trazar desde ella un plano práctico que sirva para manipularla.

            Así, el sentir se transforma en conocimiento, de una manera semejante a lo que le ocurre al poeta. Pero su conocimiento es como el del poeta, fascinado, sagrado e inútil.

            Cuando el conocimiento se interesa total y completamente por lo que quiere conocer y no por la utilidad que ese conocimiento pueda proporcionar, se desliza imperceptiblemente hacía el amor. Así, el interés cognoscitivo completo por las realidades metamorfosea al conocimiento en sentir y en amor.   (Marià Corbí. El camino interior)

 

Hemos querido que el hilo conductor de esta lectura de poemas fuera esta actitud de interés por todo. Poemas que nacen de una mirada que se maravilla, de un sentir que late con el sentir de la realidad, poemas que nos dicen que ésta es la verdadera posibilidad humana. Podríamos encontrar muchos, muchísimos ejemplos, pero no se trata de amontonar sino de poderlos saborear, dejarse impregnar por lo que nos ofrecen. Será una pequeña selección, leída dejando espacio para que las palabras nos penetren, en la medida de lo posible.

 

La asombrosa realidad de las cosas

es mi descubrimiento de cada día.

Cada cosa es lo que es,

y es difícil explicarle a alguien cuánto me alegra esto,

y cuánto me basta.

Basta existir para sentirse completo.  (Fernando Pessoa)

 

*

Más allá de la curva del camino

quizás haya un pozo, y quizás un castillo,

o quizás sólo la continuación del camino.

No lo sé ni pregunto.

Que nos importe sólo el lugar donde estamos.

Hay suficiente belleza en estar aquí i no en otra parte.

Si tenemos que llegar allí, cuando lleguemos lo sabremos.

Por ahora sólo sabemos que allí no estamos.

Aquí sólo hay el camino antes de la curva, y antes de la curva,

el camino sin curva alguna.  (Fernando Pessoa) 

 

 

Libro de los muertos

Mira que pasas sin sabiduría

por el viejo camino trillado, tan sólo una vez,

y que, de pronto, la voz pronunciará

el secreto nombre que en ti lleva la muerte.

No volverás. Recuerda, no te apartes,

mientras caminas, de lo que tan sencillo

es amar: este trigo y la casa,

la huella blanca de la barca sobre el mar,

el lento oro del invierno tendido sobre las viñas,

la sombra de un árbol sobre el amplio campo.

¡Oh! ¡Ama sobre todo la sagrada vida

del árbol, y el susurro del viento

entre las ramas que se alzan hacia la luz!

            Salvador Espriu. El caminant i el mur (1954)

 

 

Crece el poema y delimita espacios.
Crecerá más y será el eje secreto
de esta inmensa esfera de la tarde
que voltea lentamente y es una
secreta fuente de tantas cosas bellas.

(Miquel Martí i Pol. en: Estimada Marta)

 

 

Invierno
Amo la quietud de los jardines
y las manos prietas y rojas de los peones.

Amo la ternura de la lluvia
y el paso inseguro de los mayores sobre la nieve.

Amo los árboles con dibujos de escarcha
y la quietud de los atardeceres cerca de la estufa.

Amo las noches interminables
y la gente que se apresura a la salida del cine.

El invierno no es triste:
Es un poco melancólico,
de una melancolía blanca y muy íntima.

El invierno no es el frío y la nieve:
es un olvidar la preponderancia del verde,
un recomenzar siempre esperanzado.

El invierno no es los días de niebla:
es una rara flexibilidad de la luz
sobre las cosas. El invierno es el silencio,
es el pueblo en silencio,
es el silencio de las casas
y el de las habitaciones
y el de la gente que mira, tras los cristales,
cómo la nieve unifica los horizontes

y todo se vuelve
impresionantemente próximo y asequible

                       (Miquel Martí i Pol. Hivern en: Obra poètica. I)

 

 

Magia 

Es pozo que mana agua nueva y fresca.
Es cueva de tesoros inagotables.
Es jardín cerrado de árboles y de flores perennes.
Es coro de voces fundiéndose en una sola.
Es arco de infinitos tonos y colores.
Es mar de olas que siempre retornan.
Es azul de cielo cargado de proyectos.
Es noche de secretos guardados en soledad.
Es magia…

(Esther Codina. Mirades)

 

 

Todo apunta hacia un ápice perfecto,

Y sin decir su perfección me colma

De la más clara fe primaveral.

¿Este suelo? Meseta en que me pasmo

De tanta realidad inmerecida,

Ocasión de mi júbilo. Tan firme,

Tan entrañable, tan viril lo siento

Que me confunde con mi propia esencia.

Hoy me asomo feliz a la mañana

Porque la vida corre con la sangre,

Y se me imponen placenteramente

Mi fatal respirar y un sonreír

Sin causa, porque sí, porque es mi sino

Propender con fervor al universo.

Todo es prodigio por añadidura.

**

Cantó un pájaro

Cantó un pájaro, oí

su decir claramente,

y en todo el universo sólo había

certeza y gratitud.

**

Ser, nada más. Y basta.

Es la absoluta dicha.

¡Con la esencia en silencio

Tanto se identifica!

                                               Jorge Guillén. Cántico

 

A la rosa

No decirte, es lo mejor.
Guardar silencio, enmudecer.
Respetar tu evidencia.
            (Josep Palau i Fabre. Poemes de l’alquimista)

 

Cu-cut! Cu-cut!
A penas dos notas
y un corazón a punto.
(Josep Palau i Fabre. Poemes de l’alquimista)

 

 

Eso

Os aseguro que a muchos
nos basta
para llenar esta vida
nuestra de sentido,
ver cómo la
primavera la tierra mueve,
y la maravilla
del cielo infinito.
No necesitamos
grandes ideales
para seguir adelante.
Ni pensar en futuros
paraísos para gozar.
Nos basta con
seguirnos enamorando,
de lo que de la mano de la
vida nos estremece.

(Jaume Esteve Gilabert. Glops de la meva set)

* * *

 

¡Inteligencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
…Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente.
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos
los mismos que las aman, a las cosas…
¡Inteligencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!

(Juan Ramón Jiménez. Eternidades)

*

¡Allá va el olor
de la rosa!
¡Cógelo en tu sinrazón!
¡Allá va la luz
de la luna!
¡Cógela en tu plenitud!
¡Allá va el cantar
del arroyo!
¡Cógelo en tu libertad!

(Juan Ramón Jiménez. Eternidades)

*

Dios del venir, te siento entre mis manos,
aquí estás enredado conmigo, en lucha hermosa
de amor, lo mismo
que un fuego con su aire.

No eres mi redentor, ni eres mi ejemplo,
ni mi padre, ni mi hijo, ni mi hermano;
eres igual y uno, eres distinto y todo;
eres dios de lo hermoso conseguido,
conciencia mía de lo hermoso.

Tú, esencia, eres conciencia; mi conciencia
y la de otros, la de todos,
con forma suma de conciencia;
que la esencia es lo sumo,
es la forma suprema conseguible,
y tu esencia está en mí, como mi forma.

Todos mis moldes, llenos
estuvieron de ti; pero tú, ahora,
no tienes molde, estás sin molde; eres la gracia
que no admite sostén,
que no admite corona,
que corona y sostiene siendo ingrave.

Eres la gracia libre,
la gloria del gustar, la eterna simpatía,
el gozo del temblor, la luminaria
del clariver, el fondo del amor,
el horizonte que no quita nada;
la transparencia, dios, la transparencia,
el uno al fin, dios ahora sólito en lo uno mío,
en el mundo que yo por ti y para ti he creado.

(Juan Ramón Jiménez. Eternidades)

 

 

¿Qué hacer?
Nacer,
amar,
reconocer.
Nada más
que hacer.

(Marià Corbí. Sentires)

 

Quien soy
¿Quién soy yo?
Punta de conciencia
del gran universo,
sobre el cosmos mismo.
¿Cuál es mi destino?
Es reconocerle.
¿Reconocer qué?
Esta inmensidad;
ella desde ella,
el Ser desde el Ser.

(Marià Corbí. Sentires)

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