Las generaciones menores de 45 se encuentran en un descampado tal, que no hay nada que llevarse a la boca, por eso el ofrecimiento que se les haga tendría que ser una noticia primera, sin ningún tipo de supuestos ni de creencias, porque en las nuevas sociedades de movimiento constante es imposible creer. Habría que ofrecerles una noticia que sea un dato verificable con una verificación axiológica, no científica.
Una noticia en la que no resuene nada religioso ni antirreligioso.
¿Cuál sería ese dato limpio y verificable?
Consecuencias del final de la epistemología mítica.
Partimos de la definición de “epistemología mítica” como la interpretación de los textos sagrados como descripciones fidedignas de este mundo y del otro.
Desde ahí la reflexión de que la completa o progresiva desaparición de las sociedades preindustriales, la generalización de la industrialización, el asentamiento de las socie¬dades de innovación continua, y la globalización que han comportado, están cambiando radicalmente la idea que tenemos de nuestro conocer y sentir, lo que llamamos nuestra epistemología. Están cambiando de forma que nos vemos arrastrados desde una epistemología que creía que lo que decían nuestros mitos, símbolos, y formaciones teóricas describía cómo era la realidad misma, -actitud que llamaremos “epistemología mítica” porque la generaron los mitos-, a una epistemología en la que sabemos que nuestras formaciones lingüísticas no describen la realidad sino que la modelan únicamente. A este segundo modo de epistemología le llamaremos “epistemología no-mítica”.
Si todos nuestros modos de conocimiento son modelaciones entonces se suscitan graves preguntas: ¿qué es la verdad, qué la revelación, qué la cualidad humana profunda?