John Berger ¿Se puede escribir todavía algo sobre él? Pienso en todas las palabras que ya se han escrito, incluidas las mías, y la res- puesta es “no”. Si miro sus cuadros, la respuesta vuelve a ser “no”, aunque por una razón diferente: sus cuadros invitan al silencio. Casi iba a decir que ruegan silencio, y eso habría sido falso, pues ni una sola de sus imágenes, ni siquiera la del anciano con la cabeza entre las manos en el umbral de la eternidad, muestra el menor patetismo. Siempre detestó inspirar compasión y hacer chantaje. Solo cuando veo sus dibujos me parece que merece la pena añadir algunas palabras. Tal vez porque sus dibujos tienen algo de escritura, y a menudo dibujaba en las cartas. El proyecto ideal habría sido dibujar el proceso que llevaba a sus dibujos, tomar prestada su mano de dibujante. Sin embargo, lo intentaré con palabras.
Coro de poetas
No pensar nunca en la muerte
y dejar irse las tardes
mirando como atardece.
Ver toda la mar de frente
y no estar triste por nada
mientras el sol se arrepiente.
Y morirme de repente
el día menos pensao
ése en el que pienso siempre.
(Manuel Alcántara)
Poesía es Amargura
Miel celeste que mana
De un panal invisible
Que fabrican las almas.
Poesía es lo imposible
Hecho posible. Arpa
Que tiene en vez de cuerdas
Corazones y llamas.
Poesía es la vida
Que cruzamos con ansia
Esperando al que lleve
Sin rumbo nuestra barca.
(Federico García Lorca. Sobre un libro de versos)
He sufrido. No importa.
Ni amargura ni queja.
Entre salud y amor
Gire y zumbe el planeta.
Desemboqué en lo alto.
Vida regala vida,
Ímpetu de ascensión.
Ventura es siempre cima.
Quien dice la verdad
Es el día sereno.
El aire trasparenta
Lo que mejor entiendo.
Suenan aquí las calles
A esparcido tesoro,
A júbilo de Mayo
Que nos abraza a todos.
La luz, que nunca sufre,
Me guía bien. Dependo,
Humilde, fiel, desnudo,
De la tierra y el cielo.
(Jorge Guillén. de: Cántico)
Yo no soy yo.
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pie cuando yo muera.
(Juan Ramón Jiménez)