Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos.
Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana.
Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
El dilema de la generación millennial o ‘Generación Z’
Junto con Marta Granés, durante el curso pasado estudiamos la generación Millennial: extrajimos lo que les interesaba, cómo se comportaba, qué y cómo lo expresaba con el fin de poder comprender sus rasgos valorales, es decir cómo se enfrenta esta generación axiológicamente a su entorno, con el fin de indagar las diferencias respecto a las generaciones anteriores y averiguar si se da una brecha generacional entre ellas.
Si es cierto que hay una brecha profunda entre generaciones, nosotros postulábamos en nuestro trabajo que esto tendría repercusiones en la transmisión de la calidad humana (CH) y la calidad humana profunda (CHP) (términos que usamos para nombrar lo que nuestros padres querían significar cuando hablaban de espiritualidad y que consideramos más adecuados al tener en cuenta que esta generación ha abandonado la antropología resultante de interpretar el humano como un compuesto de cuerpo más espíritu). Presentamos el trabajo como ponencia en el 13º. Encuentro Internacional CETR en noviembre del 2017.
Nosotros estuvimos analizando varios autores centrándonos principalmente en Marc Presky, Diana Oblinger y Don Tapscott. Ahora nos hemos topado con este estudio realizado por investigadores de la Deusto Business School sobre esta generación que llaman ‘Generación Z’ a partir de 600 encuestados. En el documento se encuentran muy sintetizados los rasgos de esta generación. Y hemos podido comprobar que a los resultados son plenamente concordantes con los de nuestro estudio.
Las conclusiones de este trabajo de campo lleva a sus autores a afirmar que «esta generación se encuentra ante un dilema, un cruce en el que pueden elegir el mejor camino o perseverar en los errores de las generaciones anteriores.»
Así resumen la manera de ser de esta generación: «desconfían de la educación superior actual por su falta de pragmatismo y lejanía de las vanguardias tecnológicas. También podrán saber que los Z españoles votaron masivamente en las últimas elecciones y se muestran muy preocupados por la situación política. O que como empleados, lo más importante no es el sueldo como lo era para sus mayores sino el ambiente de trabajo y la capacidad de conciliar. Finalmente estos jóvenes, en coherencia con otros estudios recientes, apuestan por la buena noticia del emprendimiento como el empleo ideal.
Pero a la vez que todo lo anterior sucede, persisten demasiados jóvenes abocados a instalarse en la precariedad del empleo actual. Adolescentes que cuando dejen de serlo no podrán aspirar a formar una familia con los sueldos que percibirán. Nuevos votantes que ven que la nueva política ha envejecido demasiado rápido y volverán al desencanto. Jóvenes emprendedores que sufren los rigores de la misma administración que les anima a arriesgarse. Marcas que maquillan su falta de compromiso con su entorno con campañas de greenwashing dirigidas a estos nuevos consumidores. Además, son la primera generación que aspira a equilibrar la relación trabajo y vida privada. Y en lo que respecta a sus hábitos de consumo son fieles pero cambian si las recomendaciones y la experiencia no van alineadas; su uso compulsivo de las redes sociales ha hecho que lo normal allí acabe siéndolo también a la hora de comprar.
Una contradicción pura, dos realidades que conviven en una misma generación. En definitiva una situación comprometida para los jóvenes que no saben por qué optar, porque ni es bueno lo anterior ni lo que viene, porque el pasado no era tan malo ni lo es el presente. Casi la definición literal de dilema que nos ofrece el diccionario.
Pero lo que no aparece en ningún manual es la solución mágica a esta disyuntiva. Nuestra investigación pretende aportar desde el rigor científico las pautas del comportamiento de más de siete millones de españoles que están llamando a las puertas de nuestra sociedad.»
A nosotros se nos confirma que hay una brecha generacional y que habrá que trabajar para poder presentarles la cualidad humana y la cualidad humana profunda de manera que les resulte significativa. Estamos trabajando en ello.
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