John Berger ¿Se puede escribir todavía algo sobre él? Pienso en todas las palabras que ya se han escrito, incluidas las mías, y la res- puesta es “no”. Si miro sus cuadros, la respuesta vuelve a ser “no”, aunque por una razón diferente: sus cuadros invitan al silencio. Casi iba a decir que ruegan silencio, y eso habría sido falso, pues ni una sola de sus imágenes, ni siquiera la del anciano con la cabeza entre las manos en el umbral de la eternidad, muestra el menor patetismo. Siempre detestó inspirar compasión y hacer chantaje. Solo cuando veo sus dibujos me parece que merece la pena añadir algunas palabras. Tal vez porque sus dibujos tienen algo de escritura, y a menudo dibujaba en las cartas. El proyecto ideal habría sido dibujar el proceso que llevaba a sus dibujos, tomar prestada su mano de dibujante. Sin embargo, lo intentaré con palabras.
GURU NANAK en el Guru Granth Sahib Ji, el libro sagrado del sikhismo
Haz del silencio tus pendientes, de la compasión tu riqueza, de la meditación tu escudilla de mendigo.
Sea tu propio cuerpo el hábito remendado, el Verdadero Nombre tu cayado.
Practica este yoga, oh yogui. Que las cenizas con las que bañes tu cuerpo sean el conocimiento, tu flauta la concentración. Desátate de todo apego y peregrina a través de la ciudad de tu propio ser, tañe el arpa de tu mente.
Oh santos, escuchad: ¡haced de la Verdad y de la compasión vuestro jardín!
*
Aunque se medite sobre Él miles y miles de veces
no es posible comprenderlo.
Por más que se piense profundamente en Él
por largo tiempo y en silencio
no se puede alcanzar el Silencio Interior.
Esta hambre
no pueden apaciguarla
todos los graneros del mundo.
Por muchas que sean las vías
jamás se puede llegar a la meta.
¿Cómo sabremos la verdad?
¿Cómo nos libraremos del velo de la ilusión?
Lo sabremos acatando la voluntad de Dios,
oh Nának,
que al nacer, se inserta en nuestro corazón.
no es posible comprenderlo.
Por más que se piense profundamente en Él
por largo tiempo y en silencio
no se puede alcanzar el Silencio Interior.
Esta hambre
no pueden apaciguarla
todos los graneros del mundo.
Por muchas que sean las vías
jamás se puede llegar a la meta.
¿Cómo sabremos la verdad?
¿Cómo nos libraremos del velo de la ilusión?
Lo sabremos acatando la voluntad de Dios,
oh Nának,
que al nacer, se inserta en nuestro corazón.
*
Sea la sabiduría tu soporte.
La compasión sea tu guía
y escucha la música divina
que late en cada corazón.
La compasión sea tu guía
y escucha la música divina
que late en cada corazón.