Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos.
Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana.
Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
Intervención de Marià Corbí en IFEST’08
«Nuestra especie se caracteriza por su capacidad para distinguir la necesidad de la realidad de la propia realidad. Es la razón de nuestra flexibilidad, una ventaja específica gracias a la que hemos podido adueñarnos de la Tierra».
«El habla, la doble experiencia de la realidad y la flexibilidad son las cualidades que potencian nuestra capacidad de innovación científico-técnica».
«La absolutización de cualquier «cómo» o manera de hacer comporta la pérdida de la flexibilidad y, por lo tanto, de esta capacidad de innovación».
«La época de las religiones ya ha pasado. Pero es necesario adentrarse en la experiencia absoluta de lo real que nuestros antepasados llamaban espiritualidad y adaptarla a la laicidad».
«Sólo quienes sean capaces de aceptar las cosas comprenderán a lo que se enfrentan y le darán la solución más adecuada de acuerdo con el saber científico y tecnológico del que dispongan».
Intervención de Marià Corbí: 1º de Agosto de 2008