John Berger ¿Se puede escribir todavía algo sobre él? Pienso en todas las palabras que ya se han escrito, incluidas las mías, y la res- puesta es “no”. Si miro sus cuadros, la respuesta vuelve a ser “no”, aunque por una razón diferente: sus cuadros invitan al silencio. Casi iba a decir que ruegan silencio, y eso habría sido falso, pues ni una sola de sus imágenes, ni siquiera la del anciano con la cabeza entre las manos en el umbral de la eternidad, muestra el menor patetismo. Siempre detestó inspirar compasión y hacer chantaje. Solo cuando veo sus dibujos me parece que merece la pena añadir algunas palabras. Tal vez porque sus dibujos tienen algo de escritura, y a menudo dibujaba en las cartas. El proyecto ideal habría sido dibujar el proceso que llevaba a sus dibujos, tomar prestada su mano de dibujante. Sin embargo, lo intentaré con palabras.
La escucha
Hugo Mugica
I.
La escucha poética, su comprensión,
no es una aprehensión,
es una entrega;
es la renuncia al deseo de poder insito en el saber,
renuncia al saber como posibilidad de posesión,
de borrar la alteridad.
II.
La comprensión poética no aboca a un discurso
sobre lo comprendido,
no es siquiera un acto del pensar:
es la sensibilidad,
la vulnerabilidad pasible de acoger,
de dejar venir, de amparar lo otro como otro;
es el dejarse alterar por la alteridad,
transfigurar por el sentido,
iluminar por la belleza,
o herirse por lo sublime.
III.
No se trata de una mera pasividad,
se trata de ser pasible,
capaz de acoger la alteridad como alteridad:
como fecundidad,
revelación que revela lo que crea.
(de Hugo Mugica. Lo naciente: pensando el acto creador. Valencia, Pre-Textos, 2007. p.82)