Últimos artículos
Edmond Jabès
Muy pronto me encontré ante lo incomprensible, lo Impensable, la muerte. Desde ese instante supe que nada, aquí abajo, era Compartible, porque nada nos pertenece... Hay en nosotros una palabra más fuerte que todas Las demás –más personal también. Palabra de soledad y de certeza, tan sumergida en su Noche que apenas a sí misma se hace audible. Palabra del rechazo pero, igualmente, del compromiso Absoluto, que forja vínculos de silencio en el silencio Abisal del vínculo. Esa palabra no…
EL PEREGRINO Y LA FILOCALIA
La obra anónima Relatos de un peregrino ruso popularizó la tradición de "oración continua" practicada por la Iglesia oriental y, muy especialmente la recopilación de enseñanzas sobre la oración que lleva por título Filocalía (amor a la belleza). Dice así el peregrino: … entré en la Iglesia para orar durante el oficio; estaban leyendo la epístola de San Pablo a los Tesalonicenses, en el pasaje en que está escrito: "Orad sin cesar". Estas palabras penetraron profundamente en mi espíritu, y…
NO CONOCIENDO AÚN LA VIDA… -Enseñanzas de Confucio-
El Maestro dijo: “estudiar y, en el momento oportuno, llevar a la práctica lo aprendido, no es acaso motivo de alegría? El que venga un amigo de lugares remotos, ¿no es acaso motivo de regocijo? No experimentar amargura pese a ser ignorado por los hombres, ¿no es eso nobleza? (I,1) El Maestro dijo: “You, te enseño lo que es el saber? Considera que sabes lo que sabes, considera que no sabes lo que no sabes. Ese es el saber” (II,…
La contemplación viva -Claudio Rodríguez-
Estos ojos seguros, Ojos nunca traidores, Esta mirada provechosa que hace Pura la vida, aquí en febrero Con misteriosa cercanía. Pasa Esta mujer, y se me encara, y yo tengo el secreto, No el placer, de su vida, A través de la más Arriesgada y entera Aventura: la contemplación viva. Y veo su mirada Que transfigura; y no sé, no sabe ella, Y la ignorancia es nuestro apetito. Bien veo que es morena, Baja, floja de carnes, Pero ahora no…
La llama
La vieja llama no se apaga. Las tormentas, las Impiedades, todo Lo que renuncia no Le impiden temblar como un cuerpo deseado. Insiste en el fracaso del mal, aunque Sangres sin límites mancharon El corazón primero, el que Cambiaba días cada furia. La llama está escrita y no perdida. Frecuenta tierras imprecisas Que va haciendo. Juan Gelman, Valer la pena, Visor de poesía, 2008Selección Pepa Torras Virgili