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Elements constitutius d’una societat creativa

Para crear o mantener creativa de forma continuada una organización, se necesitarán además de la creatividad científica y/o tecnológica, plantearse el sostén axiológico como un sistema de cohesión y motivación.

Concretemos estos dos grandes componentes:

Se necesita un planteo científico y de sus repercusiones tecnológicas, o si se quiere un planteo tecnológico con su fundamentación científica; con unos desarrollos estrictamente lógicos.

Además, será conveniente que se plantee un propósito axiológico que vaya más allá del puro beneficio económico; el propósito axiológico lo constituirá el sistema de motivación y cohesión que se construirá con la lógica propia de lo cualitativo.

Hay que tener en cuenta que ninguna ciencia o procedimiento tecnológico puede tratar adecuadamente lo cualitativo, sea del tipo que sea. Lo científico y tecnológico está construido con uno de los dos metalenguajes que permite el hablar humano; está construido con el metalenguaje abstracto.

El metalenguaje abstracto está construido eliminando de él todo lo que tenga que ver con nuestro con nuestro sistema de estímulos y respuestas. Se abstrae de él todo lo axiológico: los conceptos se forman dejando en ellos solo los pretendidos elementos descriptivos y eliminando todo lo que tenga referencia a nuestro sentir, tanto a nivel del sistema del animal humano de sentires con relación al medio físico y humano que le rodea, como al sentir hondo, que es un sentir humano que es gratuito, porque no tiene nada que ver con nuestra sobrevivencia. En las teorías se elimina la estructura honda de actantes. No hay actantes sino solo operadores. Los sujetos y objetos que aparezcan en la formulación de la teoría, no son tales sujeto u objetos, sino exclusivamente operadores gramaticales u operadores físicos.

Si de todo el mundo teórico o técnico se ha abstraído, es decir, se ha eliminado todo lo que tenga referencia al sentir, sea superficial (sistema de señales para un viviente) o sea profundo (elementos gratuitos del sentir), resulta que la metalengua científico-técnica, se presente como se presente, es eunuca, incapaz radicalmente para tratar lo axiológico. No sirve ni para motivar ni para cohesionar a un equipo.

Lo axiológico, lo referente a los valores, lo cualitativo debe tratarse con una formalidad propia, que es la formalidad semiótica. Un pintor no pinta con conceptos, ni con lógica científica, pinta con contrastes y semejanzas de colores y formas. Lo mismo hay que decir de un músico o de un hombre espiritual. Las cohesiones y motivaciones funcionan de la misma forma. Los argumentos racionales pueden ayudar, pero no pueden crear la cohesión que une sentires, ni la motivación que ofrece finalidades comunes sentidas. Un equipo de personas, en interdependencia de conocimientos y especialidades, requiere ese tipo de cohesión y motivación.

Cuando se han conseguido la motivación y cohesión que llega a los sentires, es el momento de construir un PAC que deje constituidas y duraderas esas motivaciones y sentires.

Por último, para implantar en un colectivo ese PAC se necesita crear una narración, que se sustentará en un sistema de actantes adecuados.

Las empresas u organizaciones que pretendan ser innovadoras y creativas tendrán que comprender que son imprescindibles los dos niveles, el que se construye con la metalengua científica, y la que se construye con la metalengua axiológica. No basta, para funcionar adecuadamente y con eficacia, con la metalengua científica, aunque lo parezca.

Sirva de confirmación a estas observaciones hechas desde la epistemología axiológica, que todas las organizaciones que nos han precedido tenían dos tipos de lenguajes: el propio de la tecne, es decir, el que correspondía al quehacer artesanal, y el axiológico que correspondía a la motivación y cohesión de los colectivos, que se conseguía con mitos y narraciones.

Las ciencias y las técnicas nos han deslumbrado y han eliminado ese tipo de narraciones y mitologías, considerándolas como error y falsedad, sin advertir la función que cumplían. Al ignorar esa función nos hemos quedado sin motivaciones que no sean el beneficio económico, la ventaja, y nos hemos quedado sin sistemas de cohesión, si no es los restos debilitados de las ideologías de la época industrial.

Hay recuperar, en la conciencia colectiva, la necesidad de que las dos metalenguas, la científica y la axiológica, estén presentes en nuestras construcciones. Sin la presencia constante de estas dos funciones de nuestro hablar, no serán posibles los equipos en interdependencia de las SC, ni será posible gestionar para bien de nuestra especie y para bien de la vida y habitabilidad la marcha acelerada exponencialmente de nuestras sociedades.

Hay que decirlo y proclamarlo, hasta que sea conciencia común. Este es uno de los papeles propios del epistemólogo axiológico.

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