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Aqueste llagado corazón

Por Michele Najlis,
«Cantos de Ifigenia”, 1991

¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?”
Sn. Juan de la Cruz

 

¿Qué flores no te tomado de tus manos?
¿Qué fieras no he vencido por tu amor?
¿Qué oscuridad no he desafiado hasta el cansancio por tus ojos?
¿Qué centinelas no abatí para llegar al lecho en que reposas?
¿Qué auroras no he agotado tras tus pasos?
¿Qué bosques, qué peligros, no he cruzado valerosa?
¿Qué espinas no han herido mis manos y mis pies?

¿Qué lágrimas fatigan mis ojos doloridos?
¿Qué límites no he roto por tu cuerpo?
¡Cuántas veces abrí la puerta de mi alcoba
buscando tus palabras, tus besos, tus caricias!
¡Cuántas veces oí tu voz que me llamaba
y el aire de tu cuerpo danzando tras mi puerta!

Mi alma se escapaba al escucharte,
pues mi amor se alzaba hasta lo alto de los cielos
y mi llanto fecundaba el agua de los mares

Pero esta llama que arde ¿habrá de consumirme?
Este fuego que abrasa ¿habrá de calcinarme?
Este fulgor ardiente ¿habrá de aniquilarme?
¿No me darás un día el vino de tus labios?
¿No curarás mi cuerpo lacerado?
¿No me llevarás a tu viña florecida?
¿No me conducirás al monte donde sopla la brisa?
¿No me harás beber el agua del arroyo?
¿No habrá luz para mis ojos ni música que alivie mis oídos?

¿No habrá para mí descanso entre tus brazos?
¿No reposará mi cabeza reclinada en tu pecho?
¿No pastarán mis palabras cansadas
en el dulce remanso de tus besos?

¿Por qué, pues me has llagado
no tomas esta vida que robaste?

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