Marta Granés Hoy la ejecución de los sentidos pasa por los aparatos tecnológicos. Pero la tecnología no proporciona experiencias sensitivas directas que inmiscuyan todos los sentidos, y como animales que somos, los necesitamos completamente activados para sentirnos plenamente vivos.
Tener la atención focalizada en lo tecnológico reduce fisiológica y psicológicamente el uso de los sentidos (se reduce al oído y a la vista) y esto restringe la riqueza de la experiencia humana.
Podríamos afirmar que los jóvenes de ahora son la generación más amputada sensitivamente de la historia y, lo peor es que no notan la ausencia puesto que nunca han vivido otra cosa. Lo cualitativo nunca ha estado ahí.
Despedida. Poema de Josep Palau i Fabre
Despedida
Ya no sé escribir, ya no sé escribir más.
La tinta me embadurna los dedos, las venas…
-He dejado en el papel toda la sangre.
¿Dónde podré decir, dónde podré dejar dicho, dónde podré escribir
la pulpa del fruto de oro sino en el fruto,
la tormenta en la sangre sino en la sangre,
el árbol y el viento sino en el viento de un árbol?
¿Dónde podré decir la muerte sino en mi muerte,
muriéndome?
Lo demás son palabras…
Nada mejor sabré escribir ya.
Demasiado cerca de la vida vivo.
Las palabras se me mueren dentro
y yo vivo en las cosas.
(Poemas del alquimista. Proa, p.193)