EL ALIENTO DE LA VIDA: PRÂNA
Raimon Panikkar (traducción de L'alè de la vida, en: Iniciació als Veda. Fragmenta 2008, p.42-47) Viento, aliento y vida forman una tríada que hace miles de años el hombre experimentaba como una totalidad única, dado que los tres están profundamente relacionados y se pertenecen el uno al otro. La característica común de los tres es el movimiento. El movimiento es el alma, el principio vital de todos los fenómenos de los tres mundos. El viento no es tan sólo aire, sino aire en movimiento. El aliento es el movimiento mismo del aire en el interior de los seres vivos. La vida es intrínsecamente movimiento, algo que se mueve de algún modo sin cambiar de lugar. La experiencia se da a un nivel de realidad más profundo, donde aún no se ha llegado a esta dicotomía fatal entre la materia y el espíritu. La vida es un factor que lo…
3. KÂRIKÂ DE GAUDAPÂDA.
17. Lo mismo que una cuerda desconocida se imagina como una serpiente u otros objetos, así sucede con el Ser, que se imagina de diversas formas. 18. Cuando se revela la verdadera naturaleza de la cuerda, todas las ilusiones en torno a ella se desvanecen. Y sobrevive la certeza de que allí no hay nada más que una cuerda. Así es la certeza al tomar conciencia del Ser. 30. El Ser que aparece como distinto de todas estas cosas no es diferente en realidad de ellas. Aquel que en verdad posee comprensión interpretará los distintos significados sin ninguna duda. 31. Como el sueño y la ilusión, como una ciudad que surgiera entre las nubes, así es este universo irreal a los ojos del sabio que comprende los Vedas. COMPRAR 5. Los sabios afirman que el estado de vigilia y el de sueño son idénticos por la similitud…
Claros rasgos no duales de Rumí
Resulta enormemente ilustrativo de la unidad profunda de todas las grandes tradiciones espirituales de la humanidad poder comprobar como un musulmán, teísta puede llegar a tener expresiones que podrían haber sido firmadas por un vedantino, no teísta y no dualista. Permítaseme una cita larga por lo extraordinario del texto.Dice Rumí: En lo espiritual no hay división ni números, no hay partición ni individuos. Dulce es la unidad del Amigo con Sus amigos; aférrate al pie del espíritu. La forma es testaruda. Haz que la terca forma se consuma de tribulación para que bajo ella, puedas descubrir la unidad, como un tesoro. Y si no la consumes, Sus favores la consumirán –oh mi corazón es su vasallo. Se cose a nuestros corazones y cose el remendado manto del derviche. Éramos simples y una misma sustancia, todos sin cabeza y sin pies, allá. Éramos una misma sustancia, como el Sol; sin…
La libertad espiritual: ¿Existe el libre albedrío?
En el ámbito de la necesidad y de la dualidad, parece existir el libre albedrío. ¿Existe realmente? Donde rige la necesidad, ¿puede decirse que hay libertad? Dice Rumí: Los profetas son deterministas en cuanto a las obras de este mundo, pero los infieles lo son en cuanto a las labores del otro mundo. Para los profetas, los trabajos del otro mundo son libre albedrío; para los necios, las obras de este mundo son libre albedrío…” [ 1 ] Donde parece que hay libertad, impera la necesidad y donde impera la necesidad no hay verdaderamente libertad. Por el contrario en el ámbito del silencio, cuando ha callado la necesidad hay verdaderamente libertad. El que no ha gustado el sabor de “el que es”, cree que es al contrario. Cree que el único lugar en el que hay libertad es en el mundo del ego, y cree, también, que cuando el ego…
EL DESEO NO TIENE REMEDIO
El deseo es una sed que no tiene remedio. Cuando se satisface el deseo, no cesa la sed, sino que crece. Hablando de este tema Rumí dice “por destino divino, el hidromiel producía bilis y el aceite de almendras aumentaba la sequedad” [ 1 ] La única solución para el deseo es salirse de su juego mortal, para hacer pie en Dios, en “lo que verdaderamente es”. Todo lo que no sea “eso que es”, está vacío de entidad. Se comprende que nada pueda satisfacer la sed del deseo. Nadie puede apagar la sed bebiendo viento, nada. El deseo es una sed y esa sed es necesidad y es amor. Cuando perseguimos satisfacer esa sed perseguimos más el amor que la satisfacción de la necesidad. La necesidad se puede satisfacer, pero vuelve a renacer y tiende a expandirse sin límites. Desde esa perspectiva es como un inmenso vientre que…