Marià Corbí “No som ningú vingut a aquest món, som aquest món” –insisteix sovint en Marià Corbí. I la petita selecció de textos que presentem aquí n’és una mostra. Si no soc “algú”, què soc? On queda la consciència d’individualitat? I la responsabilitat sobre l’actuació? O, quin propòsit pot tenir la vida? Preguntes com aquestes seran la base d’un diàleg en dues sessions (26.11 y 3.12.2025) amb la intenció de poder aprofundir en unes afirmacions que impregnen el llegat de saviesa de tradicions ben diverses.
Proposta als joves de les societats del coneixement: una simbiosi amb les generacions sèniors

En el tránsito que estamos sufriendo, pasar de las sociedades agrarias y agrario-autoritarias e industriales, a las sociedades de conocimiento, no puede esperarse que las generaciones jóvenes puedan crear, por sí mismos, los rasgos adecuados a las nuevas necesidades culturales: el nuevo funcionamiento de la economía, unas nuevas estructuras sociales, los nuevos proyectos axiológicos colectivos correspondientes al crecimiento continuo y acelerado de las ciencias y tecnologías, correspondientes a las nuevas formas de conocimiento, y al cultivo conveniente de la cualidad humana y de la cualidad humana profunda. Es decir, que puedan generar los rasgos adecuados a la creación continuamente acelerada de los conocimientos y tecnologías y a todos los rasgos culturales de las sociedades de conocimiento. Y creemos que no pueden hacerlo porque son jóvenes y no han tenido tiempo de acumular todos los conocimientos que se requieren para esa tarea.
¿Quiénes deberán realizar esa tarea?
Por una parte, indudablemente, los jóvenes, pero en interdependencia con las generaciones de los mayores.
Las generaciones de los mayores deben proporcionar las bases de los saberes desde las que se postulan los nuevos rasgos culturales de las sociedades de conocimiento e incluso las bases de los valores y los sentires que postulan y exigen el cambio.
¿Cómo organizar esa simbiosis?
Los mayores deben decir a los jóvenes que solo ellos deben realizar la transformación, porque ellos son los que tienen futuro; los mayores tienen poco futuro, si es que tienen alguno. Pero ellos poseen el poder del pasado, los saberes acumulados y la inquietud axiológica que viene de lejos, pero el futuro ya no les pertenece, el futuro pertenece exclusivamente a los jóvenes. De los jóvenes es el mundo que viene, en exclusiva.
Los mayores deben concienciar y confesarles a los jóvenes que sin ellos no se puede construir el futuro, que ellos son los constructores, que los mayores solo puede ayudar a esa construcción con su saber acumulado. Los mayores solo pueden ayudar y confiar en los jóvenes para que el futuro sea construido
¿Qué impide esa simbiosis?
La actitud de los mayores, que con gran frecuencia sostienen que el futuro debe de ser repetición del pasado, seguir las normas del pasado, porque piensan y sienten que el futuro debe de ser construido como se hizo en el pasado.
Eso nunca es posible, pero es radicalmente imposible en el transito cultural que estamos sufriendo, posiblemente el más radical de la historia humana.
Los mayores solo pueden cooperar al éxito de lo que los jóvenes construyan.
El inconveniente que los jóvenes presenta para llegar a esa simbiosis, es pensar que ellos solos pueden construir el mundo futuro, que los mayores solo saben poner obstáculos y desconfiar.
Pondremos un ejemplo para que se entienda mejor lo que estamos diciendo: el caso de la transición religiosa, de una espiritualidad adecuada a las sociedades agrario-autoritarias e industriales, a una espiritualidad adecuada a las sociedades de conocimiento. Las nuevas formas de sobrevivir exigen una transformación profunda en los proyectos axiológicos colectivos y en la manera de cultivar la cualidad humana profunda.
Con frecuencia los mayores sostienen, sin discusión posible, que la única manera de practicar la religión y la espiritualidad es seguir el proyecto axiológico colectivo de las sociedades agrario-autoritarias. Esa forma forma de cultivar la religión y la espiritualidad es la única válida, porque es revelación divina, la cristiana católica, por ejemplo, las demás formas son error, delito frente a Dios y frente a la sociedad.
Los jóvenes no pueden aceptar las formas exclusivas y excluyentes del cristianismo y así no hay posibilidad de espiritualidad para los jóvenes en las nuevas sociedades, O se acepta la imposición de las jerarquías de las iglesias y se someten, o se estorban las actitudes necesarias para ser miembros de las nuevas sociedades.
Quienes sostienen el proyecto axiológico colectivo-religión de las sociedades agrario-autoritarias, que son teístas, que imponen creencias intocables, organizaciones jerárquicas y espiritualidad de sumisión, que son exclusivistas y excluyentes, hacen a las nuevas generaciones ineptas para las sociedades de innovación y cambio continuo en todos los aspectos de la vida individual y colectiva.
Las sociedades de conocimiento exigen que se cambie la interpretación y valoración de la realidad, de acuerdo con lo que requieren las ciencias y tecnologías y sus consecuencias en nuevos productos y servicios. Esas sociedades deben partir de la formación de equipos de interdependencia que, necesariamente excluyen la jerarquía, porque la continuada creatividad no casa bien con la sumisión.
Igualmente, en las nuevas sociedades habrá que excluir las creencias, tanto las religiosas como laicas, porque fijan. Si hay que excluir las creencias, habrá que excluir las religiones e igualmente el teísmo. Si se ha de vivir de la creatividad continuada y acelerada, no se podrá aceptar una espiritualidad cuyo eje es la sumisión, tendrá que tratarse de una espiritualidad que se base, como ese tipo de sociedades, en la libertad, la creación libre y no la sumisión.
Esta contraposición tan radical entre el sistema de vida de los mayores y las exigencias de las nuevas sociedades, no ocurre solo en el tema de la religión y la espiritualidad, sino que pasa igualmente en cualquier ámbito que se considere de la vida de los colectivos.
¿Cómo conseguir la simbiosis entre los mayores y sus saberes y los jóvenes?
-Con el respeto y confianza mutuo.
-Con el convencimiento mutuo de que se necesitan mutuamente.
-Con el convencimiento por parte de los mayores de que el futuro es de los jóvenes que lo construirán según su criterio y en libertad.
-Convencidos de que el proyecto axiológico colectivo de las nuevas sociedades no es una prolongación del pasado, sino una creación libre.
-diciendo a los jóvenes explícitamente que el proyecto axiológico colectivo y la nueva cultura de las sociedades de conocimiento la construirán ellos y solo ellos, aunque con la ayuda de los mayores.
-los mayores no pueden intentar imponer, solo podrán ofrecer y ayudar.
-los mayores tendrán que comprender que las formas con las que ellos solucionaron los problemas del vivir humano, no es la única forma correcta, hay otras muchas, y una de ellas será la que tendrán que construir los jóvenes para las nuevas sociedades.
-igualmente, que que hay muchas formas de espiritualidad, de cultivo de la cualidad humana profunda, que existieron en la historia humana, y que se crearán en el futuro.
-No hay solo una forma de legitimidad, sino muchas, que no hay una única forma de la verdad y la profundidad, sino que ha habido muchas y habrá muchas más.
-Hay que fomentar el convencimiento de que toda la pluralidad de formas tiene la posibilidad de llegar a Eso informulable, que es el misterio de la inmensidad de los mundos.
