Skip to content

Reflexions conjuntes sobre el lliure albir

Presentem tres textos que, conjuntament, busquen aproximar-se tant a la pregunta de si hi ha el lliure albir com a les conseqüències antropològiques i epistemològiques que implicaria la no existència del lliure albir.

Hi ha lliure albir? de Marià Corbí
Un únic actor de Marta Granés a partir de textos de Marià Corbí
La meva vida no em pertany de Jose Manuel Bobadilla

¿Hay libre albedrío? – Marià Corbí

Lo que constituye la individualidad es la conciencia del yo.
Lo que constituye al yo es DTRE (un paquete de deseos, temores, recuerdos y expectativas).
Ningún otro componente constituye al yo. Ningún elemento espiritual, ningún elemento racional.
La racionalidad es hija de la metalengua abstracta humana. Para construir una metalengua, el yo debe estar ya constituido.
Podemos expresar estas ideas con unas igualdades.

Individualidad=conciencia de yo=paquete de DTRE. Nada más.

Así es por nuestra condición animal lingüístico.
Hemos visto que DTRE funciona autónomo sin depender de decisiones de ningún supuesto sujeto.
Un yo constituido por DTRE y solo por DTRE, ¿sobre qué base puede tomar decisiones libres? Cierto que DTRE toma decisiones sobre DTRE, ¿pero pueden llamarse libres? No parece razonable.

Si el individuo se ejercita en comprender
-que no es una individualidad,
-porque no es su pretendido yo,
-que no es nadie,
-que es el misterio de los mundos,
-entonces es libre de DTRE.
Entonces comprende que no es nadie para decidir nada, que el único actor solo es la DA (dimensión absoluta).

Quedan dos posibilidades para el animal constituido por su condición lingüística:
-o es una individualidad, que se identifica con la conciencia de yo, y ese yo es DTRE y, entonces no tiene libre albedrío,
-o no es una individualidad, y está libre del yo y de su estructura DTRE, pero entonces no es nadie, y nadie no tiene nada que decidir.

El libre albedrío es la ilusión de un sujeto, que es un supuesto irreal.
El libre albedrío es irreal por solo uno es el actor, la DA. Como una es la realidad, la DA.

Un solo actor – Marta Granés a partir de textos de Marià

Si admitimos que toda nuestra realidad es construcción mental realizada por cada sujeto; si admitimos que esa construcción no es la nada porque tenemos percepciones, debemos reconocer que se realiza sobre un trasfondo. A ese trasfondo lo llamamos dimensión absoluta, como aquello a lo que no es posible dar forma porque dejaría de ser el trasfondo para pasar a ser cosa en medio de cosas y que es la base de todas formas. Así es que tendremos que admitir que la dimensión absoluta lo es todo, que es sin segundo, también en el caso de los humanos.

Si admitimos que toda nuestra realidad, la de toda la humanidad desde siempre, es construcción mental realizada por los sujetos que no son más que Dimensión Absoluta (DA a partir de aquí), entonces deberemos admitir que:

  • Si excluimos las acotaciones y objetivaciones que generan las necesidades de los vivientes, lo que aparece: el trasfondo, la DA, el misterio de los mundos es uno. Así pues, no hay nada, ni nadie, sino Eso, la DA. Cuando algo actúa, es Eso que actúa, así que es el único actor. Las actuaciones de todos los vivientes, incluidos los humanos, son suyas. La DA actúa cuando yo actúo.
  • Si mi ser no tiene otra realidad que la DA, el gestor último de mi «yo» es la DA, nada en mí escapa de ese Gestor, porque en mí no hay realidad propia ninguna. Todo mi sentir hondo es «Eso», también mi sentir como sistema de señales es «Eso». Y gestiona las vidas a través de las ignorancias.
  • Así debemos admitir que la DA es la fuente de toda acción, sentir, deseos y expectativas, del pensar y a la vez su actor.
  • También la modelación de la realidad es un despliegue de la DA, así que la multiplicidad de actores es solo aparente, y si es aparente la multiplicidad de actores debemos admitir que en realidad hay un solo actor, que es la dimensión absoluta[1].
  • Que tanto errores como aciertos no son otro que la misma DA, aunque en la ignorancia se interpreta ilusoriamente como fruto de una individualidad autoconduciéndose sin comprender que siendo la DA lo único real, será ella el actor.
  • Si admitimos que la individualidad no es nuestra realidad; que no somos nadie venido a este mundo, entonces no tiene consistencia considerarse el actor de nuestros actos. Debemos admitir que no es sostenible que seamos el actor que tenemos que suponer que somos y que por tanto el único actor es la DA, esa inmensidad que somos y nos rodea. Y cuando ego sale de su error de creerse una entidad y un actor libre y reconoce su naturaleza real como forma de la DA, cumple su función de gestor de la supervivencia del organismo a la perfección[2].
  • Siendo esto así, hay que admitir que la dimensión absoluta es la corriente de pensamientos y actos que determinan toda vida y es también la posibilidad de libertad de esos influjos pues es su fuente más allá de las formas (C_RsCH:190).
  • Se puede afirmar que la estructura Deseos, Temores, Recuerdos y expectativas (DTRE a partir de aquí) es quien modela, pero ella también es modelación sobre el trasfondo de la DA, por lo que DTRE también es DA. En la medida en que solo nos dejamos guiar por la estructura DTRE, no habrá libertad posible de actuación.
  • Guiarse por DTRE impide ver la DA como el verdadero gestor. Lo que hagas creyéndote alguien, no es atribuible a la DA[3]. Todo el mal del mundo es atribuible al error de creerse alguien. Ese es un error que se transmite de generación en generación y se acumula en las culturas.
  • Interpretarse como un yo que actúa, impide reconocer la propia verdadera realidad que es no ser nadie venido a este mundo, sino solo un momento de los procesos de esos mundos. Ese error, inevitable, le convence de que es un actor, cuyo motor para actuar son sus deseos, temores, expectativas y recuerdos, que es el fundamento de su condición de depredador y el fundamento de la idea de su responsabilidad.
  • Incluso la acción mediatizada por la necesidad, y consiguientemente por el deseo, no es nada diferente, ni añadido a la dimensión absoluta. De ahí que deberemos admitir que el deseo, motor de nuestras acciones, es una modelación desde y en la dimensión absoluta. El problema con el deseo es que nos ofusca la interpretación de esta realidad como modelación.
  • Si la DA es la realidad de todo lo existente, entonces es su gobernante interno atemporal que todo lo rige, aunque las realidades no le conocen. Todo lo que pueda aparecer en los supuestos mundos de los supuestos seres es solo la dimensión absoluta y la DA desplegándose en una infinidad de supuestas formas que forman una total y radical interdependencia de supuestas realidades[4].
  • si La DA lo abarca todo, porque es todo, es, también, el único actor de todas mis obras, de todos mis deseos, de todas mis percepciones, de mis deseos y expectativas, de todos mis sentires. La DA es la sede de mi pensar y sentir.
  • El yo, la función del cerebro para gestionar al viviente que se considera una individualidad en su mundo pasará por DTRE para llevar a cabo su gestión. Pero el yo es una proyección de la mente para gestionar la vida del individuo, y DTRE es una estructura azarosa que da orientación a nuestro sentir, a nuestra mente y actuar. La DTRE no tiene otra entidad que ser reacción a la vida vivida, no la creó el individuo sino el conjunto de circunstancias que le tocó vivir. Y esa estructura de deseos/temores le regirá toda la vida. Solo escapará de esa sujeción a su estructura de deseos /temores cuando tenga noticia de la DA y la reconozca. Solo desde ahí piensa, siente y actúa libre.
  • Si admitimos profundamente que el yo es una función del cerebro y no alguien llegado a este mundo, entonces nos liberamos de DTRE y podemos advertir la gran incógnita que somos, la DA que somos. Solo entonces el yo-nadie podrá actuar adecuadamente. Si no hay nadie ¿quién actúa? El «yo» no porque es una función del cerebro.
  • La DA aparece en ese mi «yo» como un Yo absoluto, el único y absoluto gestor de todo y de mí mismo, aunque pensemos que es ese «yo» el que dirige nuestro sentir, nuestra vida.

ERRORES QUE HAY QUE EVITAR al abordar este tema

  1. Marià advierte en Compendio que “Sin embargo, cuando decimos que la DA es la única que es y que es el único actor, debemos ser conscientes de la debilidad, inadecuación y pequeñez de nuestras afirmaciones. De la DA no podemos decir que es o que no es, tampoco podemos decir que sea un actor o no lo sea. Esas son categorías de un pobre viviente de la tierra hablando de lo que no se puede hablar.

Por ello, el misterio innombrable de la realidad de nuestra realidad es también nuestro propio misterio innombrable.” (246)

  1. No se trata de que la DA actúa en DR, puesto que DR es solo modelación, una ilusión y todo es solo DA. DA como único actor no es una entidad diferente de nuestra realidad cotidiana.

No tiene sentido pensar que DA actúa, decide en DR puesto que sería una entidad diferente de DR. El mal en DR proviene de la egocentración inevitable del animal humano sintiéndose una individualidad y como tal guiándose por RDTE. El mal es hijo de la ignorancia de quien se cree alguien y pelea duro por sobrevivir y ser alguien.  El mal está ahí mientras no controlemos al egoísmo, individualmente y en grupo.

Desde la base de considerarme una individualidad, mis actuaciones son egocentradas, como las de todos los animales, como si fuera alguien en un medio. El deseo /temor provocan en mí actuaciones egoístas. Ese actuar no es atribuible a DA, sino a la ignorancia de la que es mi verdad.

Pasos para indagar que no somos una entidad (del libro de Principios de Epistemología Axiológica 7)

  • Hemos llegado a la existencia gracias al Big Bang, las estrellas, el sistema solar, el sol y la luna, a los movimientos de la tierra alrededor el sol y a los movimientos de la luna alrededor de la tierra.
  • Mi existencia depende del sistema global de la vida, los sistemas ecológicos locales, el país en que se nace, sus modos de vida y sus patrones culturales; la familia en que se nace, sus modos de vida y patrones culturales.

Y de muchos otros factores cósmicos, terrestres, locales, familiares.
De todo eso dependo porque me configura.
            Ese es mi Gran Gestor.

            Todo eso tiene una DA
                        -que no es materia inerte,
-que es el misterio de los mundos,
-que es como mente sin ser mente,
-que es dirección sin ser dirección,
-que es como un Gran Gestor
-sin que haya nada ni nadie que tenga que ser gestionado,
-sin que haya nadie que gestione.

Todo eso es como una gran unidad que se desarrolla y gestiona desde dentro.
            Y ese es mi Gran Gestor.
– La supuesta individualidad de cada uno depende de múltiples factores:
-del aire que respiramos,
-de los alimentos que tomamos,
-de la familia, de amigos y compañeros,
-de la cultura y la política del país en que uno vive,
-del apoyo de los colegas de trabajo,
-de las amistades más próximas,
-de los libros, de la música y de las flores,
-de la belleza del cielo y de la tierra.
-y muchos otros factores

Depender de todo eso quiere decir que todo eso gestiona mi vida. ¿Podemos afirmar que estamos en nuestras manos? Entonces ¿podemos afirmar que somos nosotros los que tomamos decisiones? Todas las decisiones estaban condicionadas por todos los factores del Gran Gestor. No hay margen para la decisión libre.

Si solo hay una realidad, la realidad de «Eso» es mi realidad. No hay dualidad entre la DA y mi individualidad. Mi gestión la lleva «Eso Único» desde el seno de las peripecias de suponerme, actuar, pensar y sentir como si fuera alguien venido al misterio de los mundos, alguien que se conduce a sí mismo.

Hay que concluir que uno no se gestiona ni es libre para hacerlo, y no puede porque no es nadie. Es la DA la que nos gestiona a pesar del error de nuestra supuesta individualidad.

Mi vida no me pertenece – Jose Manuel Bobadilla

Para entender que mi vida no me pertenece parto de tres ideas: (1) no he elegido ninguno de mis recuerdos, (2) mi individualidad es un supuesto necesario modelado desde relaciones simbióticas en interdependencia y (3) no hay posibilidad de libre albedrío.

Pensar estas ideas desde el animal constituido como tal por la lengua implica analizarlas desde el doble acceso a la realidad asumiendo que, por un lado, toda forma relativa a mis necesidades humanas e incluida mi propia individualidad, son un supuesto necesario y, por el otro, no están ontológicamente determinadas por nada trascendental ni racional.

Todo sujeto es sujeto en tanto que su ego (paquete de deseo, temores, recuerdos y expectativas) se forma en interdependencia con otros supuestos sujetos. Esto es lo que Bakunin expresa cuando dice que el sujeto es un espejo entre tantos otros espejos. Es decir, la interpretación que hago de mi identidad, el espejo, es el reflejo de las relaciones que establezco con otros espejos. El paquete de Deseos, Temores, Recuerdos y expectativas (DTRE a partir de aquí) es un nudo que se construye en interdependencia con otros paquetes de DTRE.

Nisargadatta afirma que ningún recuerdo han sido seleccionado por un sujeto consciente, sino que son seleccionados por el ego-gestor independientemente de lo que mi supuesta individualidad quiera recordar. ¿Podría decirse lo mismo de los deseos, temores y expectativas? Si los recuerdos no son elegidos de manera consciente se ha de asumir que tanto los deseos, los temores y las expectativas tampoco lo son. Entonces ¿aquello que deseo, temo y espero son elecciones mías o están condicionadas a las relaciones de interdependencia y al contexto social en el que mi supuesta individualidad se desarrolla?

Si intento responder a estas preguntas desde la existencia del libre albedrío afirmaría que soy un animal constituido desde la razón que puede elegir libremente como formar su paquete de DRTE y, consecuentemente, sería dueño de mi vida, la dimensión relativa a las necesidades humanas tendría una entidad propia y la dimensión absoluta pasaría a un plano trascendental ya que no sería un acceso a una dimensión propia de un animal-lingüístico, sino que sería algo externo.

Partir de esta idea supone dos problemas: (1) mi individualidad se construye a expensas del PAC colectivo y estaría asumiendo que existe el individualismo como realidad heterónoma y (2) el contexto social en el que estoy inmerso no tendría ningún sentido para el animal-humano indeterminado genéticamente. La programación cultural del paquete de DRTE quedaría fuera.

En cambio, si se niega el libre albedrío y la existencia de cualquier trascendencia o racionalidad que maneje mi vida, la pregunta que se plantea es: ¿en qué momento he decidido ser la persona que soy?

Como dimensión relativa no soy un ser que modela, sino que soy una modelación-modelada en un contexto social modelado desde las formas de sobrevivencia que condicionaron un tipo de modelación, soy producto de una modelación que me precede. Por consiguiente, mi modelación está condicionada al PAC y a los PACS que dan forma a mi supuesta modelación o identidad.

En ningún momento he decido la forma del nudo de interdependencias que forma mi DRTE. Este nudo siempre ha estado condicionado por las relaciones que nunca decidimos tener. Podemos pensar que elegimos a los amigos que tenemos, pero esas relaciones surgieron de un proceso de socialización que no decidí tener, sino que fue el encuentro inesperado y fortuito de todo un proceso de escolarización. Si nos alejamos de ciertas personas, tampoco lo decidimos libremente, sino que esa decisión está condicionada a como los diferentes paquetes de DRTE entran en disonancia, no elegimos que entren en conflicto, sino que normalmente asumimos que ya no pensamos igual, que vemos la vida de maneras diferentes o que no nos aportan nada. Pero si nunca elegí qué pensar, ni cómo ver/sentir el mundo ya que estas elecciones forman parte de ese nudo de interdependencias que me constituyen y que tampoco elegí ¿quién elige qué?

Si no hay ser trascendente que elija por mí ya que eso implica ser una criatura sometida a los designios de un Dios con entidad propia y no soy un ser individual ni racional que elija su propio camino ¿quién dirige mi vida?

Si la modelación que hago de mi supuesta individualidad es una modelación que hace el ego-gestor y que tampoco he decidido como tiene que hacerla ya que no soy libre de elegir mis DRTE ¿quién construye ese paquete de DRTE?

Reconocer la doble dimensión de la realidad ayuda a entender y sentir que toda la dimensión relativa, incluida la propia individualidad, es una modelación de un animal condicionado a unas formas de sobrevivir. La peculiaridad es que esto, que es de un materialismo radical, es indisoluble de la dimensión absoluta. Toda individualidad biológica es una forma modelada de la dimensión absoluta pero que no otra cosa que la dimensión absoluta.

La dimensión absoluta, como dato antropológico de un animal constituido por la lengua, no tiene forma ni sustancia, al no tener forma ni sustancia no tiene entidad propia y de la no-entidad no puede surgir otra entidad. Si se acepta esta premisa antropológica toda vida (y la propia) es la dimensión absoluta. No hay nada que no sea dimensión absoluta, es el único actor.

Cuando se reconoce que la dimensión absoluta es el único actor, es cuando la supuesta individualidad puede liberarse de su paquete egocentrado de DTRE y reconocer que su supuesta vida en la dimensión relativa no le pertenece, sino que toda ella es un constante condicionamiento que tiene que auto-otorgarse y dar como real para poder suponer que vive una vida de libertad individual y construida desde el libre albedrío.

Reconocer que nuestra vida no nos pertenece es libertad frente a los condicionamientos del ego-gestor, implica comprender y sentir que el ego-gestor está atado a las formas de la dimensión relativa y que silenciar el mundo de DR y no dejarse convulsionar por él, tanto en sus aspectos negativos como positivos, pone al ego-gestor al servicio desinteresado porque no hay nadie frente a nadie, sino solo formas de la dimensión absoluta.

—————————— Notas al pie de página del texto de Marta Granés

[1] No existe nada que vea sino Él, nada que escuche sino Él, nada que perciba sino Él; nada que conozca sino Él . (Brahma-Sûtras: 153).

..y sus manos y sus pies están en todas partes, sus ojos y su cabeza se encuentran por todos lados, sus oídos están en todo el mundo. Sostiene y abarca todas las cosas. (Sv. Up. III, 16).

Similarmente, el jnani actúa inadvertidamente. Los demás le ven actuar, pero él mismo no lo sabe. Debido al temor de Él, el viento sopla, etc. Ese es el orden de las cosas. Él ordena todo y el universo actúa en consecuencia, pero Él no lo sabe. Por consiguiente, Él es llamado el gran Hacedor. (Ramana, Conversaciones,Tomo III: nº 470)

Discípulo: La Gita fue enseñada para la acción.

Maharshi: ¿Qué dice la Gita? Arjuna se negaba a combatir. Krishna dijo: «Mientras te niegues a combatir, tienes el sentido de ser el hacedor. ¿Quién eres tú para abstenerte o para actuar? Abandona la noción de ser el hacedor. Hasta que desaparezca ese sentido, estás obligado a actuar. Tú estás siendo manipulado por un Poder Más Alto. Lo estás admitiendo con tu propia negativa a someterte a él, en lugar de reconocer a ese Poder y someterte a él como un instrumento. (O dicho esto de otra manera), si te niegas, serás arrastrado a hacerlo por la fuerza. En lugar de ser un operario que no quiere, sé un operario que quiere. Más bien, mantente fijo en el Sí mismo y actúa de acuerdo con la naturaleza, sin el pensamiento de ser el hacedor. Entonces, los resultados de la acción no te afectarán. Eso es virilidad y heroísmo. (Ramana, Conversaciones,TomoI:nº52)

[2]      Mi Âtman, que es hecho de mente, cuyo cuerpo es la vida, cuya forma es la luz, cuyo pensamiento es la verdad, cuya esencia es el espacio, de quien son todas las actividades, todos los deseos, todos los olores, todos los sabores, que abarca todo, silencioso indiferente.

Mi Âtman, de quien son todas las actividades, todos los deseos, todos los olores, todos los sabores, que abarca todo, silencioso, indiferente, mi Âtman, que está en el interior de mi corazón, es Brahman. Al dejar este mundo penetraré en él. Para aquel que piensa así, no existen dudas. (Chândogya Upanishad 3, 14, 2-4).

 Ese es tu atman, el rector interno, el inmortal, el vidente invisible, el oyente inaudible, el pensante impensable, el conocedor desconocido. No hay ningún otro vidente sino él. No hay ningún otro oyente, sino él. No hay ningún otro ser pensante sino él. No hay ningún otro cognoscente sino él. Él es tu atman, el rector interno, el inmortal. (Brihadaranyaka Upanishad 3.7.23)

[3] La humanidad está encadenada a la idea / ‘yo soy el que actúa’;
está adherida a la idea/ ‘otro es el que actúa’.
No se han dado cuenta / ni han visto que esta es la espina.
Pero no existe: ‘yo soy el que actúa’/ ni ‘otro es el que actúa’,
para aquel que, cautamente, / ha visto esta espina.
La humanidad está llena de vanidad,/ atada por la vanidad, / encadenada por la vanidad;
y utilizando airadas palabras / en la defensa de sus doctrinas
no escapa al ciclo de las reencarnaciones. (Udana VI, 6)

[4] -Explícame aquel Gobernante interno.
-Yâjñavalkya dijo:
[…] Aquel que, estando en todos los seres, es distinto de todos los seres, a quien los seres no conocen, cuyo cuerpo son todos los seres y que rige desde adentro a todos los seres, aquél es tu Âtman, el Gobernante interno, el inmortal.
[…] Él es el que ve, y no es visto; es el que oye, y no es oído; es el que piensa, y no es pensado; es el que conoce, y no es conocido. No existe nadie, diferente de él, que vea; no existe nadie, diferente de él, que oiga; no existe nadie, diferente de él, que piense; no existe nadie, diferente de él, que conozca. Aquel es tu Âtman, el Gobernante interno, el inmortal. Todo lo que es distinto de él está sumido en el dolor. (Brihadâranyaka Upanishad 3.7.3/ 15/ 22 / 23).

Back To Top