Marta Granés Avui, l'execució dels sentits passa pels aparells tecnològics. Però la tecnologia no proporciona experiències sensitives directes que immisceixin tots els sentits, i com a animals que som, els necessitem completament activats per sentir-nos plenament vius.
Tenir l'atenció focalitzada en allò tecnològic redueix fisiològicament i psicològicament l'ús dels sentits (es redueix a l'oïda ia la vista) i això restringeix la riquesa de l'experiència humana.
Podríem afirmar que els joves d'ara són la generació més amputada sensitivament de la història. I, el pitjor de tot és que no noten l'absència, ja que mai no han viscut una altra cosa. El que és qualitatiu mai ha estat aquí.
Equips en interdependència i unitat d’experiència de la doble dimensió i la dimensió absoluta
Notas previas a la lectura del artículo:
Doble dimensión: La lengua, como constitutiva del animal-humano, provoca que la experiencia de la realidad quede bifurcada en dos dimensiones (1) relativa a las necesidades de supervivencia del animal-humano que denominamos dimensión relativa y (2) una suelta de toda significación humana o liberada de toda interpretación que denominamos dimensión absoluta.
Cualidad Humana. Es el cultivo del doble acceso a la realidad generado por nuestra estructura lingüística: la dimensión relativa a nuestras necesidades y la dimensión no relativa o absoluta. El doble acceso manteniendo los condicionamientos de los intereses del ego eso es lo que nos diferencia del resto de los animales, es la cualidad específicamente humana. En las SC su cultivo no puede ser opcional, sino necesario.
Cualidad Humana Profunda: Vendría a ser lo mismo que la CH, pero con la diferencia que en la CHP el cultivo de la dimensión absoluta (DA) es sin condiciones. Para llegar a la CHP es necesario cultivar la DA gratuitamente, es decir de forma desinteresada, no condicionada por los intereses del ego. No será mayoritaria pero sí es fundamental e imprescindible en la Sociedad de Conocimiento.
Los equipos en interdependencia no son viables, si no se excluye lo más posible el egoísmo. Para que sean posibles se requiere que todos los miembros del equipo tengan la cualidad humana suficiente como para que, en la tarea común, no barran para sí mismos, sino que, para que la interdependencia pueda funcionar, eviten lo más posible el egoísmo.
En un equipo en interdependencia se ha de dar un intercambio total y sin reservas de los conocimientos de cada especialista, para hacer posible la mejor creatividad e innovación. Si se reservaran conocimientos, para conservar sus propios intereses actuales o futuros, perjudicarían la posibilidad de innovación y creación, dañando al resto del equipo. Si todos reservaran conocimientos de su especialización, para cubrirse las espaldas frente a los posibles avatares del equipo, ese equipo tendría disminuidas seriamente sus posibilidades creativas e innovadoras.
Lo característico de un equipo en interdependencia es que cada uno de sus miembros tenga una especialización fuerte que los otros no tienen. Podríamos decir que en este tipo de equipos las individualidades y sus saberes respectivos son centrales y la base operativa del equipo. Se remarca el individuo, pero de tal forma que el saber exclusivo de cada miembro solo es operativo y valioso en el seno de la interdependencia con otros individuos dotados de saberes exclusivos y valiosos. Esa es la sutilidad de la interdependencia. Si cada individualidad pretendiera poner a su servicio a las otras individualidades, el equipo sería imposible. El egoísmo, se dé en la medida en que se dé, imposibilita la fecundidad el equipo.
Se remarca al individuo, pero cada uno de los individuos solo tiene valor y operatividad en el seno del equipo, fuera del equipo su saber no es operativo y pierde su valor.
El equipo en interdependencia solo es equipo en la unidad de un propósito común creativo, que solo puede ser llevado a cabo en un sentimiento de unidad en torno al propósito con exclusión de egoísmos.
Conseguir esa unidad exige una cualidad humana, hija de la experiencia de la doble dimensión y de algún grado de experiencia de la dimensión absoluta. ¿Cómo conseguir, en el seno del equipo, ese grado tan notable de exclusión del egoísmo?
La solución más eficaz es un cultivo explícito del equipo de la doble dimensión y de la dimensión absoluta.
Los equipos de creación continuada de ciencias, tecnologías y desde ahí de nuevos productos y servicios en interdependencia con fuertes especialistas en diversas materias, para hacerse posibles y máximamente creativos e innovadores, requerirá un cultivo explícito de la doble dimensión y de la dimensión absoluta en seno mismo del equipo.
Los miembros activos de este tipo de equipos, se verán necesitados de un estudio continuado de su propia especialidad, y de un cultivo adecuado de la doble dimensión, de la cualidad humana, la cualidad humana profunda y la dimensión absoluta en privado y en el seno del equipo de por vida.
Los jóvenes que quieran prepararse para integrarse en este tipo de equipos, necesitarán adquirir una fuerte especialización, aprender a trabajar con otros, y cultivar la cualidad humana, la cualidad humana profunda y la dimensión absoluta.
Coordinar equipos de interdependencia y la cualidad humana
¿Por dónde empezar esa coordinación?
Se trata del supuesto de que ya se vive en una sociedad de conocimiento.
Se puede empezar por intentar crear un equipo de interdependencia para trabajar en crear innovación científica, tecnológica, nuevos productos o nuevos servicios.
La interdependencia de varios especialistas, sea en paralelo o sea en el interés mismo del proceso, lo primero que advertirá es que se precisa excluir todo tipo de egoísmo en los miembros del equipo. Nadie puede entrar en una auténtica interdependencia yendo a la suya, barriendo para sí, reservándose conocimientos por lo que pudiera pasar. El egoísmo de las personas tiene que estar excluido al máximo.
Esta necesidad la experimentará el equipo y cada uno de los miembros del equipo.
¿Cómo conseguir barrer en el seno del equipo ese egoísmo?
Solo un cultivo serio de la cualidad humana será capaz de alejar ese egoísmo.
¿Cómo tendrán que cultivar la cualidad humana los miembros del equipo y el equipo mismo como tal? Meditando explícitamente los temas que hemos expuesto en el apartado anterior. Solo cuando, partiendo de la experiencia de la doble dimensión, se es capaz de discriminar con claridad lo que son nuestras modelaciones relativas a nuestras necesidades, de eso que está ahí, porque sí, absoluto, solo entonces se puede alcanzar la cualidad humana. La profundización de esa discriminación lleva a la experiencia explícita de la dimensión absoluta. Esa experiencia de la dimensión absoluta proporciona la cualidad humana profunda.
Cuando se han adquirido estas cualidades, supuesto que estamos en sociedad de conocimiento, se comprende, sin duda alguna, que para afrontar con eficacia la complejidad creciente tecnocientífica y poder llevar a cabo innovaciones del tipo que sean, se precisa inevitablemente, proceder a la formación de equipos. Desde la cualidad humana y la cualidad humana profunda se hará completamente evidente que para tener éxito habrá que excluir radicalmente todo egoísmo en las personas del equipo, en el funcionamiento del equipo y en la relación con otros equipos.
Hay otra manera posible de iniciar la creación de un equipo de interdependencia:
se puede empezar por cultivar la cualidad humana y la cualidad humana profunda hasta llegar a la experiencia de la dimensión absoluta.
Esas personas, a quienes les preocupa principalmente la discriminación de la doble dimensión del nuestro acceso a la realidad, entenderán que tienen que trabajar en la situación de las sociedades de conocimiento. Primero, porque quien no trabaja no come, y segundo, porque la experiencia de la cualidad humana profunda y de la dimensión absoluta los llevará espontáneamente a formar equipos de interdependencia. Será totalmente evidente para ellos que los equipos que formen excluirán el egoísmo.
Resulta difícil pensar este tipo de funcionamiento de nuestra sociedad, desde la estructura cultural en que vivimos, que parece no tener intención de ceder el paso. Vivimos en una sociedad en la que el eje de toda la organización, económica y política, y el eje de la cultura toda, incluida lo que queda de ideología y de religión, pivota sobre el individuo y sus intereses, es decir sobre su egoísmo. El egoísmo de personas, organizaciones y países es la perspectiva de toda nuestra cultura.
Pensar una cultura que pone todo su empeño en evitar el egoísmo de individuos y colectividades es poco menos que una locura. Puede ser para nuestros contemporáneos una locura, pero es una locura necesaria e imprescindible.
La alternativa a esa locura, supuesto el poder de las nuevas ciencias y tecnologías, y supuestas las perspectivas que abren, es un suicidio colectivo.
Hay que liberar a los equipos de innovación continuamente acelerada de la sumisión a una organización jerárquica. Mientras los equipos estén regidos por la jerarquía, que será siempre la jerarquía del capital, no podrán descubrir la necesidad indiscutible de la horizontalidad de su organización y desde ahí la necesidad inevitable de la cualidad humana y de la cualidad humana profunda.
Insistimos, nuestra propuesta parece ser soñadora, pero no lo es, es tan realista que resulta inevitable, si queremos librarnos de una degradación rápida y una muerte de nuestra especie, de todas las especies y de la inhabitabilidad del planeta.
Es urgente advertir que ya vamos de camino a ese desastre.
La interdependencia de los grupos y la experiencia de la dimensión absoluta
Un equipo en el que sus miembros no excluyan el egoísmo, tiene que ser necesariamente jerárquico y la coerción será necesaria.
Un equipo sin jerarquía ni coerción exige fundamentarse en la confianza, en la fiabilidad, en la comunión, en un proyecto común construido por todos los miembros del equipo y en una experiencia común de la doble dimensión. Sin experiencia común de la doble dimensión no se elimina el egoísmo.
Los equipos de creación e innovación continuada han de ser forzosamente equipos en interdependencia del saber de sus miembros.
La única forma de evitar el egoísmo en los equipos en interdependencia es la experiencia común de la doble dimensión. Así se practicó en la larga etapa de la cultura cazadora-recolectora.
La experiencia de doble dimensión genera respeto mutuo, comunión, hermandad, unidad de unos con otros y diluye el egoísmo.
La esencia de la creatividad en equipo es la voluntariedad en la tarea de todos los miembros del equipo. Si en el equipo que pretende ser creativo e innovador se da algún grado de sumisión y coerción, se daña la voluntariedad y se daña la capacidad creativa.
Los equipos de creación continuada, dependen de la interdependencia de varias disciplinas. En ese caso se han de cumplir varias condiciones:
-el interés de un miembro del equipo, ha de ser mi interés;
-mi interés ha de ser el interés de todos los miembros del equipo;
-un interés exclusivamente individual es enemigo del interés general;
-todos los intereses particulares, han de ser intereses de todo el equipo;
-para que el interés de uno sea el interés de todos
-la creación del proyecto ha de ser muy importante para todos,
-el interés del proyecto se ha de identificar con mi proyecto personal,
-mi proyecto personal no puede estar por encima del proyecto colectivo.
-La confianza en cada miembro del equipo ha de ser sin fisuras.
-La confianza sin fisuras no es posible si se acentúa el individualismo.
Habrá que convencer a todos los miembros del equipo de que el individualismo es muy perjudicial para la sociedad de conocimiento y su creatividad.
Se deberá estructurar todos los aspectos de la vida colectiva desde el equipo.
Podríamos decir que habría que construir un proyecto axiológico general para el equipo.
Como resumen:
La sociedad de conocimiento exige una organización en equipos.
Los equipos de interdependencia exigen un cultivo colectivo explícito de la doble dimensión y de la dimensión absoluta.
Y la doble dimensión y la dimensión absoluta son la condición imprescindible y necesaria para la posibilidad de los equipos de creación e innovación continuada en interdependencia.